Seiscientas millas al sur del Valle de Napa, justo pasando Tijuana, se encuentra una serie de exuberantes viñedos verdes en donde se originan algunos de los vinos más interesantes del Nuevo Mundo. La carretera principal es tranquila y polvorienta y emergen en el paisaje colinas salpicadas de rocas y vacas pastando.
Pero al doblar por cualquier camino lateral uno comienza a desenterrar las muchas joyas del Valle de Guadalupe, la primera región vinícola en ascenso de México. Hay restaurantes reconocidos internacionalmente, elegantes hoteles boutique, y vastas bodegas -en su mayoría con vistas panorámicas- donde se puede alternar con los lugareños y con los productores de vino.
Para los iniciados del vino, México es todo movimiento. Dos décadas atrás, se podían contar las bodegas del Valle de Guadalupe con los dedos de las manos. Para el año 2012, había alrededor de 50. Y ahora, la Ruta del Vino de Baja cuenta con más de 100 bodegas.
A pesar del crecimiento exponencial, Valle de Guadalupe se percibe todavía como de bajo perfil, y nos remite a Napa antes del comercio y del turismo.
"Todas las bodegas aquí son familiares", dice Fernando Pérez Castro, propietario de las bodegas La Lomita y Finca La Carrodilla. "Todos vivimos aquí. Cuando visitas una bodega, es muy probable que veas al propietario o al enólogo o a los hijos del propietario dando vueltas".
Llegar es fácil. Se puede conducir dos horas en dirección al sur desde San Diego, o volar a Tijuana. Una vez en Baja California, se puede utilizar UberValle para trasladarse; es un servicio de Uber que despacha coches particulares durante todo el día, desde el aeropuerto de Tijuana hasta las bodegas, hasta la hora de cenar o más tarde. Es un recorrido típico para los turistas de fin de semana o que vienen a pasar el día a San Diego y L.A. aunque también para los habitantes prósperos de Tijuana.
He aquí una guía de los mejores vinos, comidas y hoteles para una estancia de cuatro o cinco días:
(Tomada de Facebook.com/lasnubesvinos)
DÓNDE CATAR
El clima de la región del Valle de Guadalupe es similar al de Burdeos y Rioja, aunque más árido, por lo que los blends de Cabernet Sauvignon y Merlot se encuentran entre los más populares. Dicho esto, los monovarietales son la actual obsesión en la zona.
Se puede comenzar con Nebbiolos de Las Nubes y L.A. Cettom, una de las bodegas más respetadas de la región. Luego encarar hacia Finca Carrodilla, que utiliza uvas orgánicas certificadas. Sus Cabernet y Shiraz son de alta demanda. Para finalizar, Decantos Vinícola se destaca por sus técnicas innovadoras, donde el vino pasa del tanque al barril por gravedad, y no por decantación mecánica, logrando así mantener la integridad del aroma, sabor y color del vino.
(Tomada de Facebook.com/corazondetierrabc)
DÓNDE COMER
Los restaurantes usan los productos de estación, directo de la granja a la mesa.En el caso de Deckman's en el Mogor, Drew Deckman, un chef nacido en Georgia y que estudió con Paul Bocuse, lidera un restaurant de campo refinado, donde sirve carne de vacas alimentadas a pasto y verduras grilladas provenientes de su quinta. En Corazón de la Tierra, el restaurante del B&B con estilo hacienda La Villa del Valle, el chef Diego Hernández compone menús con platos modernos mexicanos. Es el único restaurante del Valle que figura entre los 50 mejores de América Latina, desde su debut en 2013.
(Tomada de http://www.fincaladivina.com)
DÓNDE DORMIR
Son muchos los hoteles boutique con diseños de avanzada en la región, entre ellos Bruma, un B&B con cinco habitaciones, piscina y spa, que pronto abrirá bodega y restaurant; Encuentro Guadalupe, que ofrece 20 lofts y villas sobre una ladera rocosa. La barra del hotel convoca a acomodados tijuanenses y a hipsters del sur de California.
También los chefs están entrando en el juego de los hoteles, como Javier Plascencia, que dirige entre otros el restaurant Finca Altozano, y que abrió el B&B Finca La Divina el año pasado con planes de ampliación para fines de 2017.