El Nobel de Literatura y una de las voces más sólidas de América Latina ha salido al foro para defender al idioma, a México y al subcontinente de las amenazas reales de la administración de Donald Trump contra quienes hablan español, a los que llamó "claramente agraviados".
El peruano entra en la escena anti Trump poco antes de que el magnate cumpla un mes en la Casa Blanca. Y ocupa su lugar desde la defensa de la lengua. "Hay que defenderlas -dijo- cuando enfrentan algún peligro". No dudó en la sentencia. Para él, el español sufre un acoso en Estados Unidos, lugar en el que, en sus palabras, "ha echado raíces muy profundas". Puso el dato en la diana: "Hay 50 millones de latinos que no quieren renunciar a su idioma".
El autor de la La ciudad y los perros adviritió de los efectos directos de la política interna y anti inmigrante que ha intentado poner en marcha Trump. "Hay síntomas claros y muy preocupantes, que derivan de alguna manera de la difícil situación en que se encuentran los hispanoparlantes en la Unión Americana", aseguró en la presentación del proyecto El valor económico del español.
Un día después de las movilizaciones en la Ciudad de México contra las medidas discriminatorias de Washington, el articulista del diario El País convocó a una resistencia de mayor envergadura en el continente para frenar los avances de la intolerancia.
"Creo -sostuvo- que todas las comunidades hispanoparlantes deberíamos solidarizarnos no solamente con los latinos que viven en Estados Unidos, sino con países que han sido claramente agraviados por el nuevo mandatario norteamericano, como México".
Vargas Llosa, uno de los escritores más universales de profunda fidelidad liberal, apeló la cualidad "invulnerable de la lengua". Llamó a las instituciones, a los Estados y a la sociedades de habla hispana a ejecutar de mejor manera las acciones colectivas en este delicado momento de la historia de Latinoamérica. "Ninguno de nuestros países ha hecho correctamente las cosas, afortunadamente los idiomas se defienden solos", precisó en tono categórico.
La defensa de uno de los más prolíficos narradores de las letras universales sucede justo cuando el peligro de las deportaciones masivas de latioamericanos se incrementa a pasos acelerados.
"En casos como estos sí necesitamos defender una lengua que ya ha demostrado su valía, su importancia como gran vehículo de comunicación y también como una fuente riquísima de cultura", añadió ante los Reyes de España en la fundación Telefónica.
Felipe VI se pronunció en favor de dar ánimos al idioma español en todos los campos posibles. La lengua -observó- ha sabido mantener la unidad dentro de la diversidad, es una señal de identidad colectiva y una fuente de riqueza material de primer orden. "Nuestra lengua -señaló el monarca- constituye un tesoro cultural, pero también una extraordinaria fuente de riqueza económica, presente y futura".
Comparó al idioma con los recursos naturales y la articulación de un tejido empresarial en la fortaleza de una nación.