«El amor no tiene cura, pero es el remedio más eficaz para todos los males», con esa frase el cantautor y poeta Leonard Cohen nos deja en claro la importancia de ese sentimiento que todos, o al menos casi todos, anhelamos llegar a sentir en el Día de San Valentín, donde las ventas de chocolates, rosas y preservativos se dispara mientras parejitas de todo el mundo se juran amor eterno, pero ¿por qué lo celebramos cada 14 de febrero?
«Soldado del amor, en esta guerra entre tú y yo»
Su origen se remonta varios siglos atrás, alrededor del siglo III durante la expansión del cristianismo en el Imperio romano, cuando un sacerdote llamado Valentín se dedicaba a casar a los jóvenes en contra de las órdenes del emperador Claudio II, pero ¿por qué estaban prohibidas las bodas entre los jóvenes? Bueno, se solía pensar que los hombres solteros eran mejores soldados que aquellos que tenían algún tipo de vínculo emocional con alguien (familia, esposa, etc.).
Volviendo a la historia, como era de esperar, el emperador terminó por enterarse y sentenció a muerte al pobre sacerdote el 14 de febrero del año 270 por rebeldía; aunque se dice que Claudio sólo buscaba reprenderlo y expulsarlo del país, pero al sentirse presionado por algunos funcionarios decidió el fatídico final para el sacerdote, quien fue ejecutado.
Algunos siglos después el papa Gelasio I intentó honrar el enorme gesto de amor que había tenido Valentín haciéndolo santo y declarando el día de su ejecución como un día para celebrar el amor. No obstante, algunos creen que tenía otra intención menos romántica ya que durante aquellos días se celebraba en Roma una fiesta pagana llamada Lupercalia para celebrar la fertilidad en donde las mujeres deseaban ser golpeadas con látigos de cuero bañados en sangre de perros y cabras para atraer la fertilidad, por lo que el papa Gelasio buscó una manera de prohibir dicha celebración.
Desde entonces se convirtió en una celebración oficial en la Iglesia católica hasta que en 1969 durante el Concilio Vaticano II se intentó eliminar la fiesta del calendario litúrgico, pero para su mala suerte ya era muy tarde, para ese entonces el día era muy popular no sólo entre los religiosos sino con los no religiosos y, sobre todo, con las empresas que hicieron de él un negocio.
Como dato curioso, en 1382 apareció la primera evidencia literaria que confirmaba la existencia de este día en el poema Parlamento de los pájaros del dramaturgo inglés Geoffrey Chaucer.
Entre el amor y la curiosidad
En México estamos acostumbrados a celebrar este día regalando cartas, dulces, rosas o hasta peluches de tamaños ridículos a esa persona que nos hace sentir mariposas en el estómago, pero no se celebra de la misma manera en todo el mundo, aquí te van algunos datos sobre como lo celebran en otros países.
-En Japón se regalan chocolates, ¡pero sólo las mujeres! Es hasta un mes después en el Día blanco, donde es el turno de los hombres para dar un detalle a las mujeres de su vida.
-En Dinamarca son más creativos que todos ya que se envían unas curiosas tarjetas llamadas Gaekkebrev donde se escriben rimas graciosas con las letras del nombre la persona que la envía para que quien la reciba adivine quién es el autor.
-En Croacia la celebración es muy dulce, se regalan bizcochos en forma de corazón de gran tamaño con un espejo en la parte de arriba.
-En Estados Unidos se celebra el quirkyalone para aquellos que buscan poner en alto su soltería.
-Algo similar al quirkyalone pasa en Corea del Sur donde los solteros aceptan su triste situación en un día especial para ellos.
En fin, sea como sea que celebres el día, lo importante es que lo hagas en compañía de tus seres queridos sin dejar de lado la sana distancia porque quererse es cuidarse.