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ANÁLISIS: Margaret Thatcher fue una precursora neoliberal


 
Roxana González García
 
 
El legado más importante que la exprimera ministra británica, Margaret Thatcher, deja al mundo es sin duda haber sido la precursora de la era del neoliberalismo económico que llega hasta nuestros días, aseguró Mauricio Meshoulam, profesor e investigador del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana.
 
En entrevista con EL FINANCIERO, el experto en historia y economía de Europa explicó que el mérito de la Dama de Hierro -quien murió ayer a los 87 años- radica en haber llegado al poder en un momento de crisis económica y social, incluso mayor a la que padece ahora Europa.
 
Acotó que "ni laboristas ni conservadores tenían otra caja de herramientas que no fuera la misma de las décadas anteriores, y cuando se hablaba de cambiar las cosas todo quedaba en yermas declaraciones de intenciones. Una de las principales aportaciones de Margaret Thatcher, si no la más importante, es sin duda que se enfrentó a los consensos y lo hizo con un conjunto de ideas que eran nuevas y viejas a la vez, y que en otro momento se había llamado liberalismo".
 
También recordó que lo primero que la exprimera ministra hizo fue cortar de raíz la inflación, con una política de altos tipos de interés. Luego reformó, progresivamente, el mercado de trabajo y se recortaron los gastos para reconducir las cuentas públicas, sin que el Estado no acaparara todo el financiamiento.
 
"El hecho de que la recuperación de la depresión comenzara semanas más tarde pasó a la leyenda del thatcherismo, mismo que podría resumirse en una idea básica: el menor Estado posible para dar la mayor libertad posible a los mercados, más eficientes al asignar recursos si no se producen monopolios ni oligopolios", dijo.
 
En la segunda legislatura, el gobierno de Thatcher se enfrentó a los sindicatos y privatizó grandes empresas, las cuales "vendió a sus propios trabajadores y al público en general. La industria británica, aquejada como su política y su ideología mayoritaria en 1979 por una esclerosis, dio un vuelco en pocos años y volvió a ser competitiva".
 
Según Meshoulam, la mejor explicación del ascenso de Thatcher al poder fue la desilusión del público debido al desplome económico y político que siguió a la caída del imperio en los cincuenta y sesenta.
 
"La era Thatcher constituyó un periodo totalmente atípico en la historia política británica reciente y su gobierno fue probablemente el más ideológico desde la Primera Guerra Mundial, y aunque no pudo ver la mejoría del empleo durante su gobierno, sus políticas fueron la base de ello en los noventa", puntualizó.
 

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