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Kia Soul: un auto de alma joven

Inadaptado, diferente y subversivo, en su tercera generación este auto sigue siendo único y no deja de sorprender.

El segmento de los SUVs compactos no sólo no deja de crecer, además, los modelos existentes se hacen cada vez más competitivos y se renuevan para dar batalla a los nuevos rivales y ganarse el corazón de los usuarios en cada esquina del mundo.

Con un diseño entre lo peculiar y polémico, entre amores y odios, el nuevo Soul no parece realmente un Kia en términos estéticos, pero llega a diferenciarse notoriamente del segmento y a entregarnos una nueva generación parecida a nada que hayamos visto antes.

El diseño, tan diferente a lo que estamos acostumbrados, nos recuerda los últimos cambios que han sucedido en la empresa. Desde hace unos meses, el experimentado Luc Donckerwolke fue contratado como jefe de diseño de Kia tras su éxito en Hyundai y Genesis. Seguramente, y aunque tome dos o tres años más, con él veremos una nueva visión e integración estética entre los productos de toda la gama Kia del futuro.

Regresando al auto, desde el asiento del conductor, basta con un paneo general al tablero para comprender que el término básico se convierte en práctico. Es un vehículo muy bien equipado para su gama, es simple en la manera de presentarse, sin querer aparentar mayor cosa. Los nuevos e innovadores patrones de iluminación interior personalizables, incluso en los paneles de las puertas, lo hacen único e individual. Nuevo volante, consola central y tomas de aire con bocinas integradas, una pantalla de infoentretenimiento de siete pulgadas para todas las versiones, tomas de corriente USB para casi todos los ocupantes, y hasta head-up display, asientos en piel, cargador inalámbrico para el celular y climatizador automático en las versiones tope de gama. Tiene de todo.

La conducción es siempre fácil porque la posición de manejo es muy neutral, ergonómica y ligeramente alta. La visibilidad en cualquier dirección es excelente y en general operar el Kia Soul es muy simple. El interior permite medir bien los espacios laterales, la cámara trasera tiene una muy buena visión, y aunque no cuenta con sensores delanteros, la parte frontal se controla sin mayor problema. Cabe por todo lado, pero sin sentirse que vamos en un mini-auto. Esta nueva versión intenta mejorar en cuestión de reducción de ruidos y vibraciones, y lo logra. Se destaca que tiene climatizador automático, tapicería en piel y llave inteligente.

El nuevo Soul llega con una transmisión IVT heredado del Kia Forte 2019 que permite una mejor respuesta y un menor consumo de combustible. Cuenta con dos opciones de motorización: el primero es un 1.6 litros de 121 hp con transmisión manual o automática, ambas de seis cambios o, un motor de 2.0 litros, con 147 hp con una transmisión automática de tipo CVT.

El 2.0 litros reacciona muy bien a nivel del mar, sobre todo considerando que es de ciclo Atkinson, pero eso sucede en gran medida gracias al contenido peso del Soul. La caja IVT es mucho mejor de lo que podríamos esperar, y las simulaciones de cambios de velocidades son más que convincentes mientras apoyan mucho a mejorar las sensaciones de manejo y retroalimentación del auto.

Conocemos a la perfección estas combinaciones de motores y cajas en el Forte, y el Soul no hace más que adaptarlas a la perfección. Dirección precisa, frenos a la altura pero que se pueden fatigar ligeramente si les exigimos de más, y una calidad de marcha bastante buena con amortiguadores que tienden a firmes, pero de excelente filtrado de las irregularidades del camino, hacen que vivir el día a día con el Kia Soul en ciudad o carretera sea cosa fácil.

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