Un grupo de aficionados queretanos afiliados al Club de Criadores de Gallos Curritos y Gallinas de Raza busca preservar la especie del gallo miniatura mexicano, también conocido como currito, miniatura azteca o kikiriki.
Se trata de una veintena de personas que cría cada una un promedio de entre 25 y 30 animales, principalmente en municipios como El Marqués, San Juan del Río, Tequisquiapan y la capital queretana.
La reproducción de estas aves, normalmente utilizadas para ornato y más recientemente como mascotas, no es barata. Su costo oscila entre los mil y los 4 mil pesos, y de forma anual se registra una tasa de mortandad de hasta 50 por ciento, derivado de circunstancias relacionadas con enfermedades, cuestiones climáticas y depredadores.
"En realidad el valor es más estimativo puesto que muchas veces las personas que tienen interés por comprar un gallo o gallina de este tipo buscan a los ganadores de las exposiciones; en este sentido ellos mismos elevan el precio", explica Hugo Becerra Ugalde, integrante del club.
El tamaño de estas aves representa la cuarta parte del tamaño de un ave normal, en tanto que su promedio de vida es de cinco a seis años.
Raúl Moreno, también miembro del club, afirma que lo que se busca mediante la asociación es fomentar la preservación de estos animales.
Refiere que el Club de Criadores de Gallos Curritos y Gallinas de Raza se formó hace unos diez años, y en la actualidad cuenta con asociados de diferentes estados del país, entre ellos Querétaro, Nuevo León, Guanajuato, San Luis Potosí, Jalisco, México, así como el Distrito Federal. El club inició precisamente en Querétaro.
"El objetivo principal de la asociación es crear un gallo 100 por ciento mexicano. Esto se hace a partir de la cruza de diferentes razas, y este gallo sería el más pequeño que habría en el mundo, muy parecido al gallo de pelea, con la diferencia de que es de ornato."