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Competitividad: reto del TPP con o sin Estados Unidos (II)

De proseguir con el acuerdo comercial, la competitividad es la premisa que puede disminuir la brecha entre unas cuantas empresas exitosas y un gran número de unidades productoras que podrían quedar fuera de la jugada.

Analizamos en la entrega anterior que, ante el eventual progreso en las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP-11), uno de los principales desafíos de México será elevar la competitividad; es decir, mayor profesionalización y modernización de los procesos de producción.

Cabe mencionar que el requisito de eficiencia en la unidad productiva no es el único; también se requiere de eficiencia en bienes y servicios públicos y privados; por ejemplo, uno fundamental es el financiamiento.

En un mercado de competencia que supera las fronteras nacionales, el acceso a recursos financieros con tasas de interés de competencia "global" será crucial para las empresas. El TPP también incluye un apartado que regula las inversiones y servicios financieros con reglas no discriminatorias.

Pero ¿cuál es el fundamento de la firma del tratado? y ¿por qué elevar la competitividad es importante para el crecimiento?

Estas preguntas nos llevan a pensar en la famosa "ley de las ventajas comparativas" del comercio internacional. Grosso modo la ley establece que un país debe especializarse en la producción del bien del que goza mayor ventaja (menores costos) y dejar que otro se especialice en la producción de bienes en los que es más competitivo; en consecuencia, el comercio internacional generará ganancias con el intercambio.

Si bien la disminución arancelaria para ciertos productos será paulatina, justamente con el objetivo de brindar la oportunidad de volverse competitivo, en muchos bienes comercializables la apertura será inmediata.

Así pues, de proseguir con el acuerdo comercial, la competitividad es la premisa que puede disminuir la brecha entre unas cuantas empresas exitosas y un gran número de unidades productoras que podrían quedar fuera de la jugada.

Hay que recordar que aunque Estados Unidos ya no forma parte de la negociación, el acuerdo incluye a países especializados en exportación de bienes de alto valor agregado, así como de productos del sector agropecuario y minería.

Es decir, para que la apertura comercial genere el crecimiento económico que la teoría dice, es necesario trabajar en una gama de políticas de fomento, en este caso no proteccionistas, para que el aparato productivo converja a la eficiencia económica y como consecuencia a menores costos de producción; en caso contrario estaremos limitados a ser proveedores de materias primas y mano de obra barata.

*Director General de Forecastim SC y editor de la revista Triángulo Industrial Bajío.
rtrejo@forecastim.mx

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