Bajío

Dos caras de San Luis Potosí: abundancia y pobreza

Según estadísticas del Coneval, 49.1 por ciento de la población en el estado vive en pobreza, cifra que lo posiciona como el estado del Bajío con la mayor proporción de habitantes en esta condición. 

Al término de 2016 la economía de San Luis Potosí se expandió a un ritmo mayor que el producto nacional. De acuerdo con estimaciones de Citibanamex, el Producto Interno Bruto (PIB) del estado aumentó 3.4 por ciento al cierre del año, por encima del incremento de 2.3 por ciento a nivel nacional.

La distribución de la producción de la entidad entre sus 2.8 millones de habitantes, estima un PIB per cápita de 143 mil 394 pesos.

No obstante, la realidad del estado es otra, ya que la mitad de los potosinos se encuentran en condiciones de pobreza.

Según estadísticas del Coneval, 49.1 por ciento de la población en el estado vive en pobreza, cifra que lo posiciona como el estado del Bajío con la mayor proporción de habitantes en esta condición. En términos absolutos, 1.3 millones de personas están en pobreza en la entidad.

La situación es más aguda para 259 mil de ellos (9.5 por ciento de la población estatal), ya que se encuentran en pobreza extrema. Además, las personas que no pueden cubrir sus necesidades alimentarias asciende a 590 mil habitantes, 21.6 por ciento de la población del estado.


Pese a que la entidad reporta el nivel más bajo de desocupación, ya que las estadísticas del INEGI revelan que sólo 2.0 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) se encuentra desocupada, se advierte que la informalidad es un gran problema en el estado.

Del total de la población ocupada, 56 por ciento trabaja en la informalidad y cerca de 63 por ciento no cuenta con acceso a las instituciones de salud.

Las problemáticas que el estado enfrenta se han capturado en el Índice de Competitividad Estatal, a cargo del IMCO. Dicho indicador evalúa las condiciones del sistema de derecho, del manejo sustentable del medio ambiente, de su sociedad, del sistema político, de la eficiencia del gobierno, del mercado de factores, de la estabilidad económica, de los precursores, del aprovechamiento de las relaciones internacionales y de la innovación de los sectores económicos.

La edición más reciente del índice (2014) lo ubicó en el sitio 19 a nivel nacional, manteniéndose sin cambios respecto a la edición previa, en 2012.

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