El reto global del país es incentivar al aumento de la productividad y al incremento de las cifras de la formalidad laboral. Para ello el gobierno federal ha determinado sus acciones prioritarias del sexenio.
Algunas de ellas son detonar el crecimiento por regiones; obtener un crecimiento nacional del 1.5 por ciento al 2.5 por ciento para su primer año de gobierno, para llegar a un 4 por ciento al final de su sexenio; programar el desarrollo por zonas económicas como ocurrió ya con la frontera norte, donde se ha determinado reducir el IVA y el ISR, y en contraparte el salario mínimo se ubicará para 2019 en 176 pesos.
Todo parece óptimo hasta aquí, si se considera que México es un mosaico de culturas que debe tejerse finamente estado por estado y región por región para unir cabos y cumplir las metas planteadas a nivel federación en materia de desarrollo económico. Sin embargo, hay un tema prioritario para la economía que ha sido relegado para la actual administración: el impulso a la pequeña y mediana empresa.
Con la desaparición del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), al momento se desconoce ¿Qué pasará con el fortalecimiento al sector Pyme? Lo que pone en desventaja al país con naciones como China y Estados Unidos, que no sólo cuentan con acciones gubernamentales a favor de la innovación y el fortalecimiento de la pequeña y mediana empresa, si no que se han convertido en un estilo de vida que fortalece la economía de estos países.
Es importante señalar que para el estado de San Luis Potosí, uno de los grandes retos locales es impulsar la creación de la pequeña y mediana empresa que pueda brindar servicios a las grandes organizaciones manufactureras y sus subsidiarias que se han instalado en territorio potosino.
Para tal efecto, el estado debe apoyarse de la Federación en un tema crucial que hoy naufraga en un mar de incertidumbre "El Apoyo a Emprendedores".
San Luis Potosí aporta el 2.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, un porcentaje muy similar al del vecino estado de Querétaro que aporta el 2.3 por ciento del PIB, de acuerdo con datos proporcionados por el INEGI.
Sin políticas públicas a favor de la apertura y creación de nuevas unidades empresariales no podrá darse el crecimiento esperado como nación, hay que recordar que el Ejecutivo Estatal ha abonado poco al fortalecimiento de la pequeña y mediana empresa en la entidad, a pesar de que tres de sus cuatro regiones viven del comercio y el intercambio de bienes y servicios a través del sector Pyme.
Sin una política nacional clara en materia de impulso al emprendimiento, las acciones del Estado Mexicano quedarán reducidas en un delgado margen en los municipios que tengan la visión y el entusiasmo por crear igualdad y generar oportunidades de negocio para todos. Ojalá haya golpe de timón y la Federación no deje en el olvido este importante rubro de la vida económica de México.
*Director de Fomento Económico del municipio de Soledad de Graciano Sánchez, SLP. @lfernandogamez