El 21 de marzo de este año en México comenzó el movimiento #MeToo. Este es un movimiento creado por la activista estadounidense Tarana Burke, en 2006, para apoyar a mujeres jóvenes de comunidades marginadas que sufrieron algún tipo de violencia sexual.
En octubre de 2017 este movimiento se popularizó en Estados Unidos como un medio para denunciar los acosos y abusos sexuales que Harvey Weinstein (productor de películas) cometió en contra de varias actrices estadounidenses.
En México comenzó con la denuncia de varias actrices en contra de productores y colegas del medio artístico.
En marzo tuvo un resurgimiento, cuando Ana G. González publicó en su cuenta de Twitter que el escritor Herson Barona golpeó, manipuló, embarazó y amenazó a más de diez mujeres.
Otras mujeres comentaron que vivieron experiencias similares con el escritor. Esto fue el inicio del hashtag #Metooescritoresmexicanos para ser seguido de otros más que hacían referencia a una gran variedad de comunidades profesionales.
Las reacciones no se dejaron esperar. Desde cancelaciones de eventos, destituciones de profesionistas, hasta el suicidio de un músico. La constante era que cada vez más mujeres publicaban sus historias de acoso y violencia en diversos grados. Algunos de nosotros creemos sus historias, otros las condenan.
Este es otro ejemplo de cómo las redes sociales son usadas como un medio de denuncia anónima para levantar la voz ante injusticias ocurridas en lugares, donde usualmente la ley carece de medios para generar estas denuncias de manera formal.
Esta no es la primera vez que esto sucede, la web desde sus inicios ha sido una herramienta para promover la democracia y la transparencia. El problema surge cuando denuncias graves se realizan de forma totalmente anónima sin ninguna prueba.
Para nosotros, como usuarios de estas redes sociales, es importante entender que las redes sociales jamás podrán ni pretenden sustituir a las denuncias formales ni mucho menos a la ley.
Por lo contrario, pretenden ser un medio que fomenta la libertad de expresión, la transparencia y la democracia. De ahí la importancia de ver a las redes sociales como un medio individual (o grupal) de presentación de ideas e información, no como un juez que condenará o liberará de culpa a los usuarios.
*Directora del Departamento Regional de Computación y Mecatrónica, escuela de Ingeniería y Ciencias Región Centro del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.
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