Bloomberg Businessweek

La vista desde el espacio

Una startup planea lanzar una flota de satélites diseñados para analizar la atmósfera, la tierra y el agua de nuestro planeta con gran detalle.

Una startup busca monitorear la eficacia de programas de reforestacióny situación agrícola, entre otros temas.

En los últimos años, las empresas tecnológicas han comenzado a construir algo parecido a un caparazón computacional alrededor de la Tierra, donde los satélites recopilan cantidades masivas de fotos y otras mediciones y los sistemas de software de inteligencia artificial analizan los datos.

Los resultados pueden ser bastante espectaculares. Ya no basta con que sistemas como estos cuenten todos los árboles de la superficie del planeta; ahora su objetivo es determinar la salud, el tamaño y la especie de cada uno para calcular su biomasa total y su capacidad para capturar dióxido de carbono.

Los avances en hardware y software de aprendizaje automático están ampliando enormemente lo que es posible hacer con los datos satelitales. Otrora competencia de la investigación auspiciada por gobiernos, hoy el trabajo más ambicioso proviene de empresas privadas. Las startups del sector dicen que quieren ayudar a los científicos a combatir el cambio climático proporcionando datos precisos sobre la salud del planeta. Pero también buscan ganancias y confían en que la información que generan sea valiosa para quienes juzgan si los programas corporativos y gubernamentales para mejorar el medio ambiente son efectivos.

Una de las startups más ambiciosas en el campo es Muon Space, que hace poco recaudó 10 millones de dólares en capital semilla. Mientras que otras empresas se han centrado en una parte del proceso (mantener redes de satélites, por ejemplo, o crear modelos informáticos para monitorear situaciones específicas como incendios forestales o fugas de metano), Muon quiere hacerlo todo. Fundada por un equipo de científicos y expertos en satélites, planea lanzar una flota de satélites diseñados para analizar la atmósfera, la tierra y el agua de nuestro planeta con gran detalle. La compañía combinará mediciones de su propio equipo con décadas de datos satelitales disponibles al público para crear una imagen meticulosamente detallada de los ecosistemas del planeta.

El objetivo de Muon es crear una aplicación que ayude a las empresas a hacer cosas como monitorear la eficacia de sus programas de reforestación y permita que los reguladores verifiquen qué agricultores están contaminando ciertos ríos.

“Creemos que durante los próximos 10 años tiene que darse una enorme evaluación en términos de transparencia en torno a cosas como los créditos de carbono y que vamos a necesitar mejores datos para adaptarnos a los cambios climáticos”, dice Jonny Dyer, CEO y cofundador de Muon, en sus primeras declaraciones públicas sobre la tecnología de la empresa. “Necesitamos pasar de las imágenes del planeta a las mediciones geofísicas fundamentales”.

Históricamente, los gobiernos han compartido abiertamente gran parte de los datos recopilados por sus satélites, pero trabajar con la información ha sido difícil. Buena parte de la tecnología de sus sistemas es anterior a cualquier planificación para la moderna computación en la nube y el análisis de datos basado en inteligencia artificial. “Hace veinte años, la idea de poner cada imagen de satélite donde cualquier científico pudiera acceder a ella era inaudita”, dice Joe Hamman, investigador del Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Estados Unidos. “Eso limitó enormemente la forma en que los científicos pensaban sobre los proble-mas en los que trabajarían”.

Los organismos gubernamentales se han enfocado en modernizar su tecnología, pero la industria privada suele superar esos esfuerzos. Microsoft, Google y Amazon han construido sistemas que recopilan datos climáticos públicos, a menudo obtenidos a través de satélites, y los ponen a disposición de casi cualquier persona que quiera examinar las imágenes y las mediciones. La motivación es una mezcla de altruismo y deseo de mostrar el poder de sus redes a los clientes potenciales de sus productos de informática en la nube.

Microsoft Corp. también quiere monitorear sus propios programas ambientales. El año pasado, la compañía dijo que planeaba tener emisiones de carbono negativas para 2030, una de las promesas climáticas corporativas más ambiciosas hasta la fecha. Microsoft, que duda de la calidad de algunos proyectos de reforestación y captura de carbono, ha estado buscando formas de evaluar sus propios esfuerzos. “Somos el mayor participante en el mercado de eliminación de carbono en la actualidad”, dice Lucas Joppa, director medioambiental de Microsoft. “¿Cómo vamos a monitorear y validar la eliminación por la que pagamos de alguna manera escalable? La respuesta está en la teledetección”.

La Computadora Planetaria de Microsoft es uno de los mayores repositorios de datos relacionados con el clima jamás reunidos. Joppa advierte que todavía existen muchos problemas en torno al trabajo con datos satelitales, incluida la tarea básica y minuciosa como extraer de las bases de datos imágenes de baja calidad así como encontrar los algoritmos adecuados para simplificar las mediciones científicas complejas. “Esto no es fácil y no es barato si deseas extraer información significativa”, dice.

Las startups también han comenzado a seleccionar sus propios frentes de batalla. Salo Sciences, Chloris Geospatial y NCX están aplicando el reconocimiento de imágenes y otras técnicas de aprendizaje automático a los datos existentes. Planet Labs Inc. tiene la mayor constelación de satélites jamás construida y puede tomar múltiples fotos de casi toda la superficie de la Tierra todos los días. MethaneSAT, subsidiaria del organismo no lucrativo Environmental Defense Fund, está planeando una flota de satélites para monitorear las emisiones de metano en más del 80 por ciento de los campos de petróleo y gas del mundo.

Hamman apunta que este tipo de enfoque tiene el potencial de mejorar el trabajo satelital que lleva décadas en marcha. Pero le preocupa que los típicos ciclos de sobreexpectación de las startups resulten en una distracción en un momento de extrema urgencia para el trabajo relacionado con el clima. “No quiero demeritar lo que la gente está tratando de hacer, pero hay beneficios marginales en muchas de estas cosas”, dice. “Hay desafíos fundamentales que enfrentamos con el clima que no desaparecen porque tengamos un nuevo satélite o una forma más inteligente de contabilizar”.

Los fundadores de Muon son veteranos de la industria espacial. Dyer fue el ingeniero jefe de Skybox Imaging, una startup que creó técnicas para hacer satélites más pequeños y más baratos, que fue comprada por Google en 2014. Su cofundador, Dan McCleese, fue científico jefe del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

Los satélites de Muon, que la compañía espera lanzar en los próximos dos años, utilizarán sensores infrarrojos térmicos, espectroscopía infrarroja y radares de baja frecuencia para escudriñar casi cada centímetro del planeta. Hasta entonces, aplica sus algoritmos a las existentes bases de datos de imágenes y calculando los niveles de humedad del suelo, la profundidad de la nieve y los tipos de agua estancada en varios lugares. Muon tiene proyectos con Google y la plataforma meteorológica Tomorrow.io para probar sus técnicas de análisis de datos e imágenes, que ya le han permitido detectar empresas que contaminan áreas protegidas.

”En campos como la agricultura, donde suceden algunas irregularidades, puedes ver cosas como la descarga de desechos muy claramente con estos enfoques”, dice Dyer, quien considera ineludible un sistema de satélites para monitorear automáticamente las condiciones ambientales, ya sea que lo construya Muon o alguien más. “Cuando miremos hacia atrás en 20 años, será obvio que la única forma en que los mercados pueden desarrollarse en torno a estas cosas y los reguladores pueden sentirse cómodos es si esto es real y tienes buenos datos”.

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