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Las perspectivas de un año incierto

Desde la revocación de mandato hasta las elecciones estatales, en este año la política tiene tanta influencia que incluso podría modificar la perspectiva económica.

perspectivas (Shutterstock)

Si hubiera que ponerle un calificativo a la perspectiva del 2022 no hay otro que venga mejor que: incertidumbre.

Hay muchos factores que siguen en el terreno de la indefinición y que pueden modificar el curso de los acontecimientos en el año que comienza.

Algunos tienen que ver con la salud, otros con la economía y las finanzas, y unos más con la política. Hay otros que tienen una relación más cercana con la tecnología, pero los dejaremos para futuros análisis. Permítame enunciar los que me parecen más relevantes.

1. El curso de la pandemia.

Si hace seis meses alguien hubiera dicho que en enero de 2022 estaríamos con el nivel de contagios más elevado de toda la pandemia, probablemente no le hubiéramos creído. El propio presidente Biden pretendía que el 4 de julio de 2021 estuviera controlada. Hoy, algunos piensan que la erupción de ómicron puede significar el fin de la pandemia debido a que esta variedad del virus genera síntomas más leves y a que está contribuyendo a la inmunización de cientos de millones. Sin embargo, habría que tener cuidado de hacer predicciones ya que el virus nos ha mostrado una gran capacidad para mutar y dar sorpresas. Si, efectivamente, se logra la inmunización generalizada, quizás hacia el verano podríamos estabilizarnos en la ‘nueva normalidad’ que el Covid 19 ha traído. Pero, cuidado, porque el curso de la pandemia sigue muy incierto.

2. El alza de las tasas de interés.

Un hecho que ya no está sujeto a debate es que en el primer semestre de este año veremos el comienzo de un ciclo alcista de las tasas de interés en EU. La duda es si comenzará desde marzo. Igualmente, no se sabe el número de incrementos que habrá. Algunos piensan que podrían ser hasta cinco aunque otros consideran que serán tres. En cualquier caso, eso va a provocar una situación de cierta inestabilidad en los mercados financieros. Si el alza se da ordenadamente, los vaivenes serán pocos y transitorios. Pero no debe descartarse que pueda haber fluctuaciones más acusadas si hay sorpresas. En México, la duda es si el Banxico va a acompañar a la Reserva Federal con sus alzas o si se va a anticipar. Sería también sorpresivo que no aumentara también las tasas y ello pudiera provocar un cuadro de inestabilidad cambiaria.

3. La inflación y la normalización de la cadena de suministro.

Después de que tanto en Estados Unidos como en México se cerró el 2021 con niveles de inflación que no se habían visto en décadas, la apuesta de los bancos centrales es que veamos un proceso de ajuste a la baja en el curso de este año, por efecto de que la oferta y la demanda a nivel global tenderán a equilibrarse. También se sabe que la baja no se anticipa drástica sino suave, para llegar quizás hacia el final de 2022 a niveles por abajo del 5 por ciento. Sin embargo, otros factores, como los temas geopolíticos, podrían generar todavía problemas en la cadena de suministro a nivel global, lo que eventualmente retrasaría la reducción de la inflación.

4. La reforma eléctrica en México.

En el mes de enero comenzó la discusión en el Congreso respecto a la reforma eléctrica. Si en el curso de los próximos meses esta reforma se aprobara en los términos en los que fue propuesta, lo más probable es que generara una nueva oleada de desconfianza entre los inversionistas, no solo del sector de la energía, sino en la economía en su conjunto. La perspectiva más viable es que no se apruebe durante el primer semestre del año, a la espera de que el resultado de las elecciones de junio en México modifique la correlación de fuerzas en el Congreso, para permitirle a Morena contar con la mayoría de 66 por ciento más uno que necesita, lo que hoy no tiene en ninguna de las dos cámaras.

5. El comportamiento de la inversión privada y el crecimiento.

Cerramos el 2021 con un crecimiento por abajo del que se anticipaba en el último trimestre del año pasado. Eso ocurrió tanto en Estados Unidos como en México. La presencia de la variante ómicron ha generado un comienzo del 2022 que también ha sido relativamente lento. En México, además, persiste una situación de incertidumbre y desconfianza de los inversionistas ante los signos de una mayor radicalización del gobierno de López Obrador. Si no se resuelve esta falta de confianza de los inversionistas privados, será difícil que el crecimiento de este año se acerque siquiera al 3 por ciento cuando el estimado oficial es de 4.1 por ciento. Ya los más pesimistas lo cifran por abajo del 2 por ciento, lo que no es difícil que ocurra si el entorno se complica.

6. El proceso de revocación de mandato.

El 10 de abril se realizará la consulta por la revocación de mandato del presidente López Obrador. Las previsiones indican que el presidente tendrá una respuesta abrumadoramente positiva a favor de que termine su periodo. Pero al mismo tiempo, se prevé que ante el boicot que harán los opositores, así como a la falta de recursos por parte del Instituto Nacional Electoral (INE), que no podrá instalar el mismo número de casillas que en una elección federal, la participación de la ciudadanía será limitada. La consulta del año pasado convocó apenas a 6.4 millones de personas. Así subiera esta cifra a 10 millones, apenas estaría en poco más de una décima del padrón electoral. De cualquier manera, el presidente tomará este resultado como un voto de confianza de la ciudadanía, lo que podría ahondar en su radicalización.

7. Las elecciones estatales.

Habrá cambio de gobernador en seis estados de la República. Las previsiones hasta este momento indican que los candidatos de Morena podrían ganar de manera relativamente amplia en tres entidades. En una ganaría el PAN y otras dos entidades estarían fuertemente competidas. Si Morena logra ampliar su ventaja electoral, se podría inducir a diputados y senadores del PRI a acercarse a posiciones del gobierno, y eventualmente respaldar las reformas constitucionales que enviaría el presidente López Obrador, incluyendo la reforma eléctrica. Si Morena no logra consolidar su ventaja se dará más aliento a la oposición y sería más difícil aprobar las reformas.

Como usted podrá ver, el que comenzó será un año en el que la política y la economía estarán vinculadas de manera tan cercana que no debe desestimarse la posibilidad de que haya sorpresas que modifiquen la perspectiva de la economía.

No cabe duda, la incertidumbre seguirá enseñoreándose del panorama.

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