Cuando Toto Wolff, el director del equipo Mercedes-AMG Petronas F1 Team, vio por primera vez la serie de Netflix sobre la Fórmula Uno, pensó que era terrible. ”Veo el episodio uno, el episodio dos y lo odio”, señaló Wolff sobre el programa Drive to Survive. “Ahora participamos en él.
Poco a poco tuvimos que acostumbrarnos, nunca quise tener la cámara en mi cara. Es parte de mi trabajo y necesito hablar sobre autos y el lado comercial de la Fórmula Uno. Pero, de repente, te das cuenta de que esto se ha vuelto enorme en todo el mundo con nuevas audiencias y más jóvenes”. La serie de Netflix ha atraído a nuevos fanáticos de las carreras en Estados Unidos, que se perfila como el próximo gran mercado de la Fórmula Uno. Este año habrá dos carreras en ese país (en Austin y Miami) en un intento por ganar a más aficionados.
Wolff, expiloto y ejecutivo de capital privado que ahora se desempeña como CEO, copropietario y director del equipo, supervisa una de las escuderías más exitosas de la historia, ganando ocho títulos desde su inversión inicial en 2013. Su piloto superestrella y siete veces campeón, Lewis Hamilton, quien recientemente fue nombrado caballero por el Príncipe de Gales en el Castillo de Windsor, ha ganado más carreras que nadie en la historia de este deporte. La temporada 2022 comenzó en marzo, y ha habido mucho alboroto por ella. El director de carreras de la F1, Michael Masi, fue destituido tras una investigación sobre un polémico final en el cierre de la temporada pasada en Abu Dabi, y se reformó el sistema de arbitraje.
El Gran Premio de Rusia, que estaba previsto para septiembre, se canceló de forma permanente después de la invasión rusa a Ucrania. Y después de una semana de deliberaciones, el equipo Haas F1 Team decidió rescindir su contrato con Nikita Mazepin, el único piloto ruso de este deporte, y cortó lazos con su principal patrocinador Uralkali, una empresa rusa de fertilizantes en parte propiedad del padre de Mazepin.
Charlamos con Wolff en Nueva York para discutir su perspectiva para la F1:
¿Cómo ve el momentum que se vive en el mercado estadounidense?
Es muy interesante porque la Fórmula Uno, desde nuestra perspectiva, siempre fue un deporte global: grande en Europa, grande en América del Sur, grande en Asia y también en Medio Oriente. En cierto modo, nunca accedimos ni emocionábamos a las audiencias estadounidenses. Mi teoría, en aquel entonces, era que se necesita mucho tiempo para que una liga deportiva se establezca en un país.
La Fórmula Uno es un deporte de nicho. Es de una demografía versada en la alta tecnología, de altos ingresos y alta formación académica. Pensé que debía ser más fácil captar audiencias en las grandes ciudades, como Nueva York, pero nunca lo conseguimos. Entonces Liberty Media se hizo cargo, y no hubo cambios. Pero luego llegó Netflix. Llegó el Covid. La gente comenzó a maratonear y de repente ahora gozamos de este gran momentum en Estados Unidos que nadie esperaba.
¿Es un fastidio tener esas cámaras toda la temporada detrás de escena?
Da miedo ver cuánto las dejamos entrar. Odias verte allí. Le dan un giro a la narrativa. Juntan escenas que no sucedieron. Supongo que, como alguien de dentro, dirías que las cosas pasaron de forma distinta. Pero creamos entretenimiento, y esa es una nueva dimensión del entretenimiento.
Su audiencia de más rápido crecimiento tiene entre 15 y 35 años. ¿Con qué frecuencia tienen conversaciones internas para asegurarse de llegar a ellos?
Todas las demografías son importantes. En el pasado, el presidente emérito de la F1, Bernie Ecclestone, decía: “No estoy interesado en el grupo de 15 a 35 años porque no le compran un Rolex a mi patrocinador”. Pero obviamente eso ha cambiado porque con las redes sociales, este es el grupo demográfico que impulsa las audiencias, impulsa el alcance y son los futuros tomadores de decisiones.
Usted estuvo antes en el capital privado. ¿Cree que el capital privado y el capital de riesgo están saturados y son cosa del pasado?
Creo que están saturados. Creo que la competencia por las cosas es demasiado grande, las valoraciones no están en el lugar correcto. Me recuerda a 1999. Obviamente los años 98, 99, 2000 fue una ventana de dos años y medio donde las cosas estaban desquiciadas sin modelos de negocios sostenibles. Pero hoy estamos viendo valoraciones, especialmente transacciones privadas, no en mercados públicos, que fundamentalmente no tienen sentido. Con todo, la gente gana dinero, los inversores ganan dinero y cada vez más activos se destinan al capital privado. Eso no es lo mío. Me gusta dirigir las empresas, me gusta invertir en las empresas que dirijo o con las que estoy muy asociado. Es por eso que mi oficina todavía hace capital de riesgo, capital privado, y puedo ver estas empresas, pero en realidad es más una diversificación de inversiones sin mi participación.
Los dólares de patrocinio están llegando de la industria de las criptomonedas. ¿Todo ese nuevo criptodinero está cam-biando los deportes?
El cripto está creciendo muy fuerte y generando una gran cantidad de ganancias. Nuestro socio FTX tiene como plataforma de trading un modelo de negocio realmente funcional. No es una especie de unicornio con valor inflado, sino un negocio existente. Y, por lo tanto, el cripto se ha convertido en uno de los nuevos patrocinadores deportivos debido a la visibilidad que generamos los deportes en vivo.
¿Qué opina sobre la cancelación del Gran Premio en Rusia y al mismo tiempo permitir que los pilotos rusos y bielorrusos compitan con una bandera neutral?
Estoy triste por el público ruso que disfrutó viendo la F1, y por la gente que tal vez no tenga ningún interés en la geopolítica. Pero nosotros, como sociedad, simplemente no podemos pasar por alto eso. Incluso un equipo deportivo. Tenemos intereses comerciales y es un lugar atractivo para competir, pero en un determinado momento tienes que decir: “Hasta aquí y nada más”.
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