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Elon Musk y Tesla, la apuesta de los surcoreanos en tiempos de dificultades

En un país donde la desigualdad económica inspiró historias como ‘Parásitos’ y ‘El juego del calamar’, los inversores individuales que esperan que Tesla y Musk los saque de pobres han amasado una enorme posición accionaria en la compañía.

Park Sunghyun y su esposo vendieron su casa en Seúl, se mudaron a un departamento de alquiler con su hijo de 7 años e invirtieron sus ahorros familiares de 230 mil dólares en acciones de Tesla Inc.

No son los únicos que apuestan todo por la automotriz de Elon Musk. En el curso de la pandemia, mucho surcoreanos de a pie se lanzaron sobre las acciones de Tesla, aumentando sus tenencias combinadas más de cien veces, para superar los 15 mil millones de dólares. Eso los convierte en accionistas clave de una de las compañías más grandes del mundo por valor de mercado, con una participación colectiva tan grande como la de Larry Ellison o la de la gestora de activos T. Rowe Price Group Inc. Suelen ser dip buyers, personas que compran cuando las acciones bajan, lo que ayuda a frenar las caídas.

Pero hay un trasfondo triste en ese entusiasmo: ante la creciente desigualdad económica de Corea del Sur, muchos de estos inversores creen que las arriesgadas apuestas en acciones y criptomonedas son su único camino hacia la independencia financiera. Tesla es una favorita de los inversores minoristas de todo el mundo, pero en Corea del Sur Musk ha ganado seguidores que exudan un fervor que raya en el culto. Se llaman a sí mismos Teslams, mezclando las palabras “Tesla” e “Islam” para mostrar la fuerza de su fe en la compañía. Algunos firman tuits con la palabra “Temen”, combinación de “Tesla” y “amén”.

Park y su esposo, graduados universitarios que consiguieron empleo en el sector financiero antes de casarse y formar una familia, no habían planeado arriesgarlo todo en Tesla. Luego, el mercado inmobiliario, que ya estaba en alza, llegó su punto más caliente cuando el banco central redujo las tasas de interés a un mínimo histórico tras el brote de coronavirus en 2020.

La pareja había vendido su casa a fines de 2019 con la esperanza de comprar una más grande, pero se quedó varada cuando los precios se dispararon por encima de su capacidad de endeudamiento. La misma historia se repite en muchos países, pero es emblemática de Corea del Sur, donde el costo de los apartamentos en el área metropolitana de Seúl se duplicó en los últimos cinco años, superando los aumentos salariales en más de 80 puntos porcentuales. En Seúl, un apartamento típico de tres habitaciones, el tamaño más popular, cuesta en promedio 924 mil dólares (mil 240 millones de wones), según Kookmin Bank.

“Pensé que viviría bien si trabajaba en una buena empresa después de graduarme, pero la realidad es que somos los más pobres de nuestro vecindario”, dice Park, de 40 años, haciéndose eco del tipo de frustración que inspiró la serie coreana de Netflix El juego del calamar. “Cuando vives como asalariado hay tantas limitaciones”.


Abundan las señales de alarma: están las disputas de Musk con las autoridades reguladoras; su intermitente oferta por Twitter Inc.; y la volatilidad que ha causado en el precio de las acciones de Tesla. Pero inversores como Park encuentran emoción en el drama. Aunque las acciones de Tesla han caído más de 25 por ciento desde su máximo de 2021, han ganado mil 900 por ciento en los últimos tres años. Un desempeño que eclipsa el alza del 40 por ciento de Samsung Electronics Co. (la acción más poseída en Corea del Sur), por ya no hablar del índice bursátil Kospi, que ha subido todavía menos que Samsung.

“Con Musk, pensé que podíamos apostarlo todo”, dice Park, quien compró a un precio promedio de 668 dólares por papel, muy por debajo del cierre de 870 dólares el 22 de agosto. Ella y su esposo ven a Musk como un visionario que seguirá imprimiendo cambios en la industria automotriz. “Está haciendo cosas en las que nadie estaba pensando antes”, menciona.

Los surcoreanos, en tanto personas físicas o individuos, poseían alrededor del 1.6 por ciento de la compañía al 17 de agosto, según cálculos de Bloomberg News basados en datos del depósito central de valores de Corea. Eso es más que sus inversiones combinadas en Alphabet, Apple, Microsoft y Nvidia. No hay cifras oficiales sobre las tenencias totales de los traders minoristas estadounidenses en Tesla, que se supone es mayor dado el grupo más grande de inversores en su mercado doméstico. Giacomo Pierantoni, jefe de datos de Vanda Research, estima que alrededor del 15 por ciento de Tesla está en manos de particulares de todo el mundo, excluyendo a Musk y Ellison, claro.

El atractivo de Tesla es aún más fuerte entre las personas de 20 a 30 años que tienen menos activos para empezar a invertir que parejas como Park y su esposo. Los coreanos más jóvenes asumen que tendrán menos oportunidades que sus padres en el mercado inmobiliario y están cada vez más preocupados por vivir los apuros financieros de sus abuelos. A pesar de una vida de trabajo duro que transformó la economía en una potencia exportadora, la tasa de pobreza en los adultos mayores es la más alta entre los 38 países miembros de la OCDE.

Me dio pánico nunca poder comprar una casa”, refiere Son Gilhun, un operador de montacargas de 27 años que vive en Hanam, en las afueras de la capital. “En lugar de darme por vencido, decidí seguir a mis colegas en la compra de acciones”. Apostó fuerte en Tesla y acumuló una cartera de acciones valorada en unos 100 mil dólares durante la pandemia al adoptar un estilo de vida frugal y destinar la mitad de su sueldo mensual de 2 mil dólares en acciones. Gilhun redujo su posición en acciones coreanas y aumentó su participación en el fabricante de automóviles en junio, cuando las acciones cayeron por debajo de los 700 dólares. Su objetivo inmediato es comprar un Tesla y, al cabo del tiempo, si puede ganar suficiente dinero, una casa.

La reciente decisión de Musk de vender 7.92 millones de acciones de Tesla (a fin de acumular efectivo antes de un juicio que podría obligarlo a cumplir con un acuerdo para adquirir Twitter), ha generado respuestas mixtas de los Teslams. Algunos ventilaron su decepción en las redes sociales. Otros esperaban otra oportunidad de comprar a la baja, que no se materializó. Gilhun se mostró optimista y señaló que si bien “no era deseable”, era comprensible dada la situación con Twitter. Park estaba molesta al principio, pero mantiene la fe en su elección: “Los Teslams como yo no cambiamos nuestra inversión, nos mantenemos firmes”.

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