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Disputa por tierras sagradas paraliza Resolution, la mina de cobre más grande de EU

El proyecto del gigante minero Rio Tinto tiene suficiente metal para 275 millones de vehículos eléctricos.

A pesar de los esfuerzos de la administración de Biden para asegurar el suministro de los metales necesarios para la transición a los vehículos eléctricos, el proyecto está parado. (BBW).

Debajo de los arroyos y cañones del desierto de Sonora se esconde uno de los depósitos de cobre más grandes del planeta: 18 millones de toneladas métricas, suficiente metal para abastecer a más de la mitad de los vehículos eléctricos que planean producir en Estados Unidos en las próximas décadas.

Pero la tierra árida sobre ese yacimiento es el sitio sagrado de la Ceremonia del Amanecer de la Nación Apache, un rito de cuatro días en el que las mujeres jóvenes bailan y cantan para celebrar su pubertad.

“Ha sido parte de nosotros desde la creación”, explicó Wendsler Nosie Senior, un líder apache que se opone a la extracción del cobre.

Desde 2008, el gigante minero Rio Tinto ha estado excavando túneles en el área, enclavada en tierras yermas a unos 95 kilómetros al este de Phoenix, para su mina Resolution, pero a pesar de los esfuerzos de la administración de Biden para asegurar el suministro de los metales necesarios para la transición a los vehículos eléctricos, el proyecto está parado.


El Servicio Forestal de Estados Unidos suspendió el año pasado un acuerdo en el que Rio Tinto iba a entregar tierras cercanas de su propiedad a cambio de un área sobre la mina que los apaches consideran sagrada.

Transición hacia los vehículos eléctricos no es ‘pan comido’

El retraso evidencia los peligros que enfrenta el gobierno en su afán de acelerar la transición hacia una economía más ecológica: las materias primas necesarias para los vehículos eléctricos (VE), las turbinas eólicas y los paneles solares a menudo provienen de lugares que los ambientalistas y los locales defienden, y su extracción supone un problema.

Aunque gran parte de la atención se ha centrado en el litio (componente clave en las baterías actuales), el cobre también es crucial en el tránsito hacia un transporte más ecológico. Un automóvil típico a gasolina utiliza aproximadamente 65 libras de cobre para el cableado y la electrónica, pero uno eléctrico requiere más del doble.

Goldman Sachs predice que la demanda mundial de cobre comenzará a superar la oferta para 2025, lo que hará que los precios dupliquen su nivel actual. “La transición a economías de cero emisiones netas comienza y termina con los metales”, adviertió Bart Melek, principal estratega de materias primas en Toronto Dominion Bank. “Sin cobre, nada es posible”.


A nivel mundial, los vehículos eléctricos representarán dos quintas partes de las ventas de automóviles de pasajeros en 2030, frente a menos del 9 por ciento el año pasado, y China ha tomado la delantera para llegar allí, fabricando 40 por ciento de los autos eléctricos del mundo y más de la mitad de las baterías VE el año pasado.

Biden ha dicho que su país puede superar a China en la transición energética, y ha invocado una ley de tiempos de la Guerra Fría para ofrecer subsidios para acelerar las cosas, pero ante la posibilidad de perder a votantes clave, su equipo ha frenado la mina Resolution y otros proyectos clave.

“Estamos en un purgatorio en este momento”, se lamentó Andrew Lye, geólogo australiano a cargo del proyecto Resolution de Rio Tinto. “¿Cómo preservas la cultura, pero también garantizas la seguridad de la cadena de suministro y estar aislado de Rusia y China?”

Rio Tinto, con un ‘negro historial’

Lye pasa un par de días cada semana viajando entre Arizona y Washington para reunirse con políticos nacionales y regionales y conversar con grupos comunitarios y empresariales. Gran parte de su trabajo consiste en asegurar a los locales que la empresa tendrá en cuenta sus necesidades. Esa promesa, sin embargo, no es fácil de sostener dado el historial de Rio Tinto: hace dos años, la compañía destruyó un sitio arqueológico de 40 mil años de antigüedad en Australia para expandir una mina de hierro, lo que causó la indignación de grupos indígenas.

La negligencia le costó el puesto al CEO y a otros ejecutivos de alto rango, y Jakob Stausholm, director ejecutivo de Rio Tinto desde el año pasado, afirmó que ha hecho de las relaciones con la comunidad una prioridad. Con ese fin, la empresa ha contratado a lugareños para que socialicen en su entorno el tema de la mina Resolution. Lye dijo que los representantes han realizado decenas de reuniones en el área, ayudando a Rio Tinto a comprender mejor las preocupaciones de los vecinos.

“Hay tantas oportunidades que el proyecto puede ofrecer”, comentó Willard Antone III, miembro de la Comunidad Indígena del Río Gila que actúa como enlace entre la empresa y los lugareños. “Es importante ser transparente con las tribus”.

El Servicio Forestal será quien tome la decisión sobre el intercambio de tierras. Si bien los legisladores que representan a Arizona en el Congreso han respaldado el acuerdo, el senador de Vermont, Bernie Sanders, y otros miembros del Congreso han tratado de obstaculizarlo, citando preocupaciones ambientales y los derechos de los nativos americanos. Dos personas con conocimiento del asunto comentaron que la administración Biden podría retrasar cualquier decisión hasta después de las elecciones de noviembre.

El ‘dilema’ de EU: Proteger el ambiente o competir con China

La administración se ha opuesto a algunos proyectos clave para la transición energética mientras respalda otros. En enero, el Departamento del Interior canceló los contratos de arrendamiento de Twin Metals, una mina planificada en el norte de Minnesota con depósitos de níquel, cobalto y cobre, citando un análisis ambiental inadecuad, pero ha apoyado a Thacker Pass, una mina a cielo abierto en Nevada con la mayor reserva de litio de Estados Unidos. Este último proyecto está en espera de que un juez evalúe un recurso para bloquearla por la preocupación de que consumirá el agua subterránea necesaria para el ganado y destruirá importantes sitios religiosos indígenas.

Estados Unidos produce 1.2 millones de toneladas métricas de cobre al año, pero la mina más grande, Morenci, en Arizona, opera desde 1939. Su producción cayó el año pasado 10 por ciento, a unas 400 mil toneladas, y es probable que llegue al final de su vida útil a principios de la década de 2040. Si Resolution llegara a producir lo que estima Rio Tinto (unas 450 mil toneladas anuales), podría incrementar la producción estadounidense en 40 por ciento y ofrecer a los fabricantes nacionales una fuente garantizada del metal mientras China recorre el mundo para abastecer a su industria.

Cualquier retraso es bueno para Nosie, quien encabeza la organización Apache Stronghold, que busca que el proyecto nunca se construya. La industria minera, dice, tiene un largo historial de devastación ambiental y nunca protege realmente a las comunidades. “Ves las consecuencias, la contaminación del agua y de la gente”, dice. “Esta tierra es un lugar santo y sagrado, y es nuestra identidad”.

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