Desde los 10 años, Mare, rapera zapoteca originaria de Oaxaca, se inició en la poesía de protesta. Un día, una maestra le dijo que no tendría posibilidad de destacar en esa disciplina por su dicción, pero eso nunca la frenó. La potencia de su voz y de sus ideas pronto encontraron cauce en el rap.
Hoy, Mare, quien tiene casi 20 años de trayectoria artística, es una de las raperas mexicanas más reconocidas de la escena musical de este género a nivel nacional y el año pasado rompió un nuevo techo de cristal al participar en el soundtrack de la película Black Panter: Wakanda Forever, de Marvel, junto a la cantautora feminista oriunda de Coahuila, Vivir Quintana, con el título “Árboles bajo el Mar”.
La historia de Mare, quien creció en una colonia semi campesina y con pocos recursos económicos en la periferia de la ciudad de Oaxaca, es de resistencia y lucha.
Fue justo a sus 5 años, cuando su padre, quien era técnico forestal, fue asesinado víctima colateral de un conflicto de índole agraria.
Esa situación, ha contado en diversas entrevistas, la obligó a crecer y a generar una consciencia más profunda sobre los estereotipos de género, la desigualdad, la violencia contra las mujeres, el clasismo, el racismo, la migración, los desplazamientos, la situación de los pueblos originarios y otras problemáticas políticas y sociales de su entorno.
Fue así como la niña introvertida Mare empezó a plasmar sus primeras ideas en la poesía de protesta. Y aunque aquella maestra de escuela provocó que abandonara esa disciplina, Mare nunca dejó de escribir sus versos y a los 16 años encontró su voz por medio del rap. “En el rap encontré una libertad creativa que no había encontrado en otro lugar.
Fue un lugar de desahogo y crecimiento”, comenta Mare en entrevista con Bloomberg Businessweek México.
Con el rap como su principal herramienta para expresar con fuerza su indignación ante diversas injusticias, Mare no solo rompe estereotipos dentro de su familia y la comunidad zapoteca, sino también en la sociedad mexicana por completo.
“Lo que no se nombra no existe y como una mujer racializada y periférica me toca nombrar mis identidades políticas. Y desde ahí busco cambiar esta realidad, no solo para mí”, comenta.
Mare, quien también ofrece talleres y charlas como parte de su labor educativa y transformadora, cuenta con tres materiales grabados como solista independiente, los cuales son: “¡Qué mujer!” (2010), Experimental Prole (2013) y “Siempre Viva” (2016).
Además, ha realizado diversas giras internacionales por Estados Unidos y América Latina, y ha recibido varios reconocimientos destacados, como lo es el María Sabina, que le fue otorgado por el Gobierno del estado de Oaxaca en 2013 por su contribución a los derechos humanos de las mujeres.
“La música para mí ha sido una catarsis. Poder dedicarme a esto de manera profesional ya es un gran logro y es un reconocimiento en sí mismo por el trabajo que he hecho no solo yo sino mucha gente que se dedica esta labor creativa”, indica.
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