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Nearshoring, la puerta para el talento tecnológico

El interés de Estados Unidos por reducir la dependencia en Asia beneficia a los profesionales de las TI de Latinoamérica.

México

La escasez de personal durante la pandemia dificultó que Fetch Package Inc., una compañía de logística con sede en Austin, contratara en Estados Unidos; así que comenzó a buscar ingenieros en otras latitudes. Fetch entrevistó a candidatos de Europa y África antes de decidirse por trabajadores latinoamericanos, en parte por la conveniencia de estar en la misma zona horaria.

Ahora, alrededor del 10 por ciento del equipo de ingeniería de Fetch está en Argentina, Brasil y Perú. “No puedes saber por su productividad o por una llamada telefónica quién se encuentra en un país u otro”, señala el director de tecnología Boone Putney. Muchos de los currículums latinoamericanos que él revisa a menudo incluyen experiencia en lugares como Amazon y PayPal Holdings Inc.

El nearshoring (la contratación o tercerización de trabajadores en lugares más cercanos al mercado de origen de una empresa en vez de la lejana Asia) está tomando mucha fuerza en estos días en México, donde a lo largo de su frontera norte se multiplican nuevas fábricas construidas por empresas estadounidenses que mudan sus operaciones desde China. Pero el nearshoring también está beneficiando a países de América Latina que no están tan cerca de Estados Unidos.

Las compañías de tecnología están contratando cada vez más trabajadores en Chile, Guatemala, Uruguay y otras naciones de Centro y Sudamérica para desempeñar tareas como la codificación de software. Algunos de esos países pueden estar a miles de kilómetros de la frontera de Estados Unidos, pero están a solo un par de husos horarios de gran parte de la Unión Americana y Europa, lo que los hace ideales para realizar cualquier cosa que pueda hacerse por teléfono o computadora durante el día hábil occidental.


La empresa internacional de recursos humanos Deel Inc., entre cuyos clientes están Shopify Inc. y Dropbox Inc., estima que tres mil empresas con sede en Estados Unidos utilizaron sus servicios para contratar en América Latina en el primer trimestre de 2023, el doble que el año anterior.

Esto sucede mientras los despidos dominan los titulares en Estados Unidos, pues las altas tasas de interés acrecientan los temores de una recesión. Alrededor de 760 corporaciones globales han eliminado más de medio millón de puestos de trabajo desde octubre, según un análisis de Bloomberg en marzo, y como media, el despido redujo la plantilla en un 10 por ciento. El sector tecnológico ha recortado unos 149 mil puestos de trabajo. Al mismo tiempo, algunas empresas están contratando fuera de Estados Unidos, donde los trabajadores suelen ganar menos.

Los clientes de Deel pagan un salario anual promedio de cerca de 74 mil 400 dólares en América Latina a trabajadores de tiempo completo y por contrato en áreas que incluyen ingeniería y diseño de productos. Comparemos eso con un salario medio en Estados Unidos de 127 mil dólares para un desarrollador de software y 102 mil dólares para un analista de sistemas el año pasado, según la Oficina de Estadísticas Laborales. “Si por el precio de diez ingenieros en Estados Unidos podemos contratar cien ingenieros en Brasil, definitivamente vas a reflexionarlo”, dice Alex Bouaziz, CEO de Deel.

Las contrataciones de personal ubicado en Latinoamérica suelen ser opciones financieramente más atractivas que los trabajadores remotos en otras partes del mundo. Deel estima que los trabajadores en esa región ganan aproximadamente 20 mil dólares menos por año, en promedio, frente a lo que ganan los de Asia. Y aunque los salarios en algunos lugares populares de deslocalización continúan aumentando (en Filipinas los salarios se dispararon un 15 por ciento interanual en el primer trimestre), los trabajadores remotos en Latinoamérica vieron caer sus salarios un 4 por ciento en el mismo periodo respecto al año anterior, dice Deel.


La firma india Tata Consultancy Services (TSC), líder mundial en outsourcing, planea acelerar la contratación en Latinoamérica derivado de la creciente demanda de nearshoring y de sus servicios de TI en la región. Guatemala y Uruguay son dos de los países donde está brindando esos servicios, señala Marcelo Wurmann, jefe de TCS para Latinoamérica. “Por su ubicación, estos países tienen un huso horario que es favorable y funcional para las empresas norteamericanas”, dice.

A pesar de la desaceleración económica, los clientes de TCS siguen con sus planes. “Ha habido algunas caídas en el gasto discrecional de nuestros clientes, pero son relativamente pequeñas en comparación con el gasto total en tecnología”, apunta Wurmann. “Confiamos en que podemos aumentar nuestro número de empleados entre 10 y 20 por ciento el próximo año, y ese es nuestro objetivo”.

TCS tiene alrededor de 27 mil empleados en nueve países de América Latina y ha aumentado constantemente su plantilla en la región hasta en un 20 por ciento por año. La compañía anunció hace poco 200 nuevas vacantes en Chile, enfocadas en ingenieros con conocimiento de servicios en la nube como AWS, Azure y Salesforce.

América Latina produce muchos menos ingenieros por año que una potencia del outsourcing de TI como la India. Wurmann dice que los servicios de reclutamiento tecnológico en América Latina han tenido que ser más proactivos. Están trabajando con universidades locales y escuelas técnicas para conocer de antemano los perfiles de los estudiantes por egresar.

Las empresas que buscan contratar en Latinoamérica también pueden beneficiarse de la reciente desaceleración en la industria regional de capital riesgo. Las recientes inversiones récord en startups, y la posterior desaceleración, tuvieron como consecuencia un gran conjunto de trabajadores experimentados que fueron despedidos de unicornios y ahora están disponibles para el trabajo remoto.

Revelo, proveedor de desarrolladores y tecnología remota para empresas, también está viendo un aumento en la demanda y está colocando a desarrolladores de 15 países latinoamericanos con empresas estadounidenses. “Nuestros ingresos recurrentes anuales han crecido 3.2 veces desde principios de 2022 hasta el primer trimestre de 2023. La demanda se ha disparado particularmente en 2023″, comentó el cofundador Lucas Mendes.

Las ‘fábricas’ invisibles de México

Aurora se perdió el abrazo de su mamá durante las fiestas del 10 de mayo en casa… durante 4 años. Esos días debía atender mesas en el restaurante La Parroquia, de Mérida, en Yucatán, donde sirven café al estilo jarocho.

Ella estaba acostumbrada a pasar las celebraciones trabajando; había que aprovechar los mejores días de propinas.

Pero no perdió el foco. Su vista paseaba con frecuencia por el complejo de edificios que construían enfrente del local, que era visible desde los ventanales.

El año pasado llegó su momento. La multinacional Accenture abrió allí sus oficinas yucatecas en enero de 2022.

Tan pronto como se graduó como ingeniera en Sistemas, Aurora cruzó la avenida y aplicó para un empleo. Ya acumula casi un año trabajando para ese gigante que factura globalmente unos 172 millones de dólares diarios, a cambio de digitalizar compañías.

“Gané tiempo de vida”, destaca la graduada por el Tecnológico de Mérida, que presume que va por su segundo proyecto en la empresa y compite por salarios que inician en 12 mil pesos mensuales.

Aurora forma parte de un “ejército” mexicano de 342 mil personas que trabajan en tecnologías de la información de acuerdo con el INEGI. De ese total, 16 por ciento, o 55 mil, son mujeres.

Muchos de ellos dividen su tiempo de trabajo entre una oficina y la mesa de comedor de su casa. Conforman la población de “fábricas” invisibles de software, de lo necesario para que funcionen las aplicaciones de smartphone y computadoras; las “nubes” de Google, AWS o Microsoft y la fila de ‘startups’ y nuevas empresas nacionales y extranjeras que operan en áreas como la tecnología financiera, “fintech”. “En cuanto a la ocupación de estas personas, predominaron las y los desarrolladores y analistas de software y multimedia (75 por ciento).

Siguió quienes se desempeñaron como técnicos en la instalación y reparación de redes, equipos y en sistemas computacionales (12 por ciento)”, precisa el INEGI en un reporte publicado en mayo.

La tecnología paga mejor

Hay una diferencia importante. El salario promedio en esta actividad supera los 16 mil pesos mensuales y está muy por arriba de los 10 mil pesos de la industria manufacturera que emplea a 9.5 millones de habitantes de México. A cambio, exige también una preparación profesional. “El promedio de escolaridad fue de 16.3 años, lo que equivale al nivel de licenciatura completo”, destaca el INEGI, detallando que 97 de cada 100 personas ocupadas en las TIC contaban con educación superior”.

Una persona altamente calificada, bilingüe, con experiencia en proyectos en grandes empresas y habilidades fullstack en frontend —la parte visible de las aplicaciones en pantalla— y en backend —el software que permite su funcionamiento— puede ganar unos 15 mil dólares mensuales, si es capaz de encabezar a un equipo que trabaje en un proyecto, advierte Mauricio Moreno, cofundador de Dacodes, una empresa tecnológica mexicana.

Ese es un punto relevante: no importa en donde estén, los trabajadores cotizan en dólares, toda vez que no necesariamente están empleados en México. Muchos de ellos responden a patrones en Estados Unidos, por ejemplo, a distancia.

Empresas mexicanas o argentinas compiten por trabajadores que en algunos casos pueden emplearse en compañías de Silicon Valley, lo que eleva su costo.

Ahí radica parte de la nueva estrategia de Accenture, que desde el año pasado apuesta a desarrollar talento local en Yucatán, en donde la competencia por este personal es todavía reducida, comparada con otras regiones como Nuevo León, en donde la compañía emplea a 2 mil personas.

Desde hace un par de años, incluso la modesta Universidad Tecnológica Regional del Sur ubicada en el municipio de Tekax, funge como centro de capacitación para esta compañía.

Los resultados han sido ambiguos. Si bien Accenture ha podido encontrar talento en ese lugar remoto de México, su disponibilidad es muy limitada. Esperaban cientos, y menos de 10 empleados han conseguido hasta ahora.

Ha resultado un reto encontrar a quienes se desenvuelven bien en español e inglés, con habilidades suaves o “soft skills”, un término que describe la capacidad de comunicarse eficientemente con clientes y compañeros de distintos países o culturas, explica Viridiana Zurita, quien es Technology Mexico Lead en la empresa.

Si bien hay un interés económico, la apuesta al impacto social también es grande. Ese pueblo se puede recorrer a pie en 20 minutos y ahí el negocio más grande es un almacén de Bodega Aurrerá. Salarios de más de 12 mil pesos eran impensables antes de la llegada de una empresa de tecnología.

El plan de largo plazo de Accenture en Yucatán continúa creciendo, aunque la mayoría del equipo contratado se encuentra en Mérida o en la segunda ciudad del estado, Valladolid, en donde ejecutan planes de entrenamiento final o de “última milla”, comenta Zurita. Pero se trata apenas de una de las compañías que buscan en Yucatán y en el resto de México gente capacitada para programar en Python o en Java.

Empresas mexicanas en ascenso

Mauricio Moreno es cofundador de una empresa mexicana llamada Dacodes, también basada en Mérida. Hace poco más de 5 años la creó junto con sus compañeros universitarios Jorge Campos y Carlos Vela, homónimos de los futbolistas.

Hasta ahora, basa el negocio en la actividad de “staff augmentation”, la búsqueda y administración de equipos de trabajo habilitados en tecnologías de información que complementan departamentos propios de grandes empresas o compañías de reciente creación. Presumen entre sus clientes a la vendedora de coches Kavak y a Soriana.

Sus clientes se ubican en México y en Estados Unidos, principalmente.

Moreno advierte, empero, de un cambio reciente de circunstancias. El lanzamiento público de ChatGPT el año pasado, parece cambiar el negocio.

“Los directores de empresa parecen decir: espera un poco a ver qué pasa”, lo que ha ralentizado el crecimiento de actividades.

Esta nueva herramienta cambia la concepción de la tecnología. En vez de que un directivo solicite gráficas e información a un equipo humano de análisis, ahora solo debe preguntar a la computadora qué tipo de refrescos pueden venderse mejor este mes en los anaqueles del supermercado.

Siempre y cuando, claro, tenga a gente capaz de integrar la inteligencia artificial a sus sistemas.

Datos de Accenture avalan la hipótesis de un posible estancamiento.

Después de crecer 60 por ciento durante los primeros 18 meses de la pandemia, sus ingresos se han estancado en niveles de unos 15 mil millones de dólares trimestrales.

El valor de sus acciones también luce estancado en menos de 300 dólares después de haber alcanzado un valor de 415 dólares durante algunos días de 2021.

Viridiana Zurita opina que no percibe que el arribo de proyectos de inteligencia artificial haya detenido el crecimiento en el negocio; la circunstancia puede responder al temor generalizado en los mercados de un próximo freno económico, explica.

Los bancos centrales como la Reserva Federal y el Banco de México elevan desde hace meses su poderosa tasa de referencia justamente con el propósito de encarecer los créditos y con ello detener la economía y la inflación.

Consecuentemente, Accenture anunció en marzo un recorte de 19 mil personas en su plantilla mundial de 760 mil empleados.

En México específicamente la cosa es distinta, pues su desfase respecto a naciones más desarrolladas digitalmente obliga a empresas y gobierno a seguir apostando en tecnología.

Accenture todavía estima un aumento de 23 por ciento en el volumen de contrataciones para este año. La digitalización avanza tan rápido, “que no pueden darse el lujo de esperar”, comenta Viridiana Zurita.

—Por Jonathan Ruiz Torre

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