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El real alcance del nearshoring

Mientras algunos indicadores sugieren crecimiento, como la demanda de terrenos industriales y el aumento en exportaciones a EU, aún no hay certeza sobre el alcance del nearshoring.

¿Está el nearshoring trayendo en verdad más inversiones a México? ¿Ya permite observar un crecimiento de la proporción de las exportaciones manufactureras mexicanas a Estados Unidos?

Todavía hay un debate entre expertos a propósito de si ya es visible el impacto del nearshoring en algunas de las variables de la economía mexicana. Algunos piensan que se ha sobreestimado su posible impacto y que, por lo pronto, aún no se refleja en las principales variables económicas. Otros señalan que ya se percibe, al grado que ya es medible a través de diversos indicadores.

Uno de los argumentos que esgrimen los escépticos fue el comportamiento de la inversión extranjera directa en el primer trimestre del año. En primer lugar, el monto no resultó espectacular. Si en la cifra del año pasado se incluyen las operaciones de Televisa y Aeroméxico, la cifra del 2023 resulta incluso ligeramente menor a la de 2022.

Pero, además del monto, también está el tema de la estructura pues el 90 por ciento de la inversión realizada está constituida por reinversión de utilidades, lo que solo puede hacerse si las empresas ya están instaladas en México, por lo que no se aprecia en realidad la llegada de nuevas firmas.

Otro indicador es el número de empresas registradas en el esquema IMMEX, que es el que tienen las manufactureras exportadoras, pues da facilidades fiscales para las importaciones temporales que luego se convierten en exportaciones. A mayo de este año, el número de empresas inscritas en este programa fue de 5 mil 182, 25 menos que en mayo de 2021. Es decir, las empresas que presuntamente llegarían para convertirse en fuertes exportadoras no aparecen, o por lo menos aun no en la magnitud necesaria para reflejarse en esta cifra.

Por otro lado, también hay indicadores que permiten sustentar las opiniones de aquellos que señalan que el efecto del nearshoring ya es visible.

El caso más claro es el de la demanda de terrenos industriales. Prácticamente todas las Fibras que se dedican al desarrollo de parques industriales han reportado un fuerte incremento de su demanda de bodegas, tierra y demás inmuebles para la instalación de industrias.

El siguiente argumento a favor de la realidad del nearshoring es el crecimiento en la participación de las exportaciones mexicanas en el mercado de EU. México ya logró aumentar en poco más de un punto porcentual su participación relativa en el mercado norteamericano, quedando solamente atrás de Vietnam como el segundo país que más ha crecido su participación en el mercado de nuestros vecinos.


Un argumento adicional tiene que ver con el rezago en los procesos de registro de la inversión extranjera directa por parte de la secretaría de Economía.

Siempre se ha presentado un rezago, pero pareciera que en el presente es todavía más notorio, lo que impide que las cifras de IED que se han dado a conocer ya incluyan el proceso de nearshoring que está ocurriendo.

No habrá que esperar demasiado para verificar si los argumentos de unos o de otros son los que se corresponden más con la realidad.

En pocas semanas tendremos datos de la IED del segundo trimestre y quizás haya más probabilidades de calibrar mejor la información.

Pero, aún sin esas evidencias, creo que hay varias conclusiones que ya pueden obtenerse.

Estamos en una fase en la cual muchas empresas extranjeras están explorando la relocalización y algunas de ellas ya han tomado la decisión de comprar tierra o alquilar inmuebles industriales, aunque aún no realizan los principales desembolsos en el desarrollo de los proyectos. Por ejemplo, en el caso de Tesla que realizará la mayor de las inversiones individuales que se conozcan hasta ahora, se espera que la construcción de la planta comience en el último trimestre de este año, por lo que una parte significativa de su inversión se va a realizar hasta 2024 y 2025.

No existe aún certeza de las dimensiones que tendrá este proceso. Los más optimistas hablan de agregar un punto porcentual anual al crecimiento del PIB, desde ahora y hasta el fin de esta década. Otros señalan que las cifras serían menores, quizás del 0.3 a 0.5 por ciento de crecimiento anual del PIB en los próximos cinco años. En términos de inversión extranjera se habla de que en un lustro podría agregarse desde 40 hasta 90 mil millones de dólares adicionales.

La realidad es que dado que será un proceso que abarcará varios años, aún no hay elementos suficientes para estimar con alguna precisión su alcance.

Aunque predominará la inversión norteamericana, lo novedoso será la presencia creciente de inversión china. Para las empresas que buscan eludir el pago de aranceles impuesto por Trump y mantenido por Biden, es un gran atractivo establecerse en México y buscar un nivel de integración nacional que permita cumplir con los requisitos para vender en EU sin pagar arancel, aprovechando el TMEC.

El alcance y profundidad de este proceso va a depender de las políticas que emprenda nuestro país. El caso más obvio es el de la electricidad. Un secretario de desarrollo económico de un Estado me comentaba que incluso el problema principal no es por ahora la generación sino en la distribución. A veces se cuenta con electricidad, pero se carece de los medios para entregarla porque no se ha invertido desde hace muchos años en distribución. Además del tema eléctrico, el otro gran obstáculo es la mano de obra calificada. No va a ser sencillo abastecer de mano de obra a nuevas empresas cuando ya en este momento hay un gran déficit en muchos sectores en el país.

Es claro que una política promotora de la inversión en el contexto del proceso de relocalización industrial puede generar volúmenes enormes de inversión. Una actitud pasiva no va a detener la llegada de inversiones, pero la cantidad sería mucho menor.

Hasta ahora, ninguno de los aspirantes a convertirse en candidatos presidenciales de las principales fuerzas políticas del país ha hablado con detalle del nearshoring, aunque los prospectos más relevantes apuestan a los efectos positivos que tendrá sobre el país en los próximos años.

Por lo mismo, aún no hay claridad respecto a las diferencias en las estrategias de atracción de inversión. Quizás se podría suponer que Claudia Sheinbaum le daría continuidad a las actuales; Ebrard haría algunos cambios y previsiblemente Xóchitl Gálvez haría cambios más profundos.

Ya lo veremos seguramente en el curso de los próximos meses.

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