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Adiós al dinero barato. ¿Altas tasas para rato?

El director de uno de los mayores fondos de inversión del mundo, que administra 7 billones de dólares, habla del futuro de las tasas, del nearshoring y aconseja a México apostar por la educación como lo hizo China.

Greg Davis, Director de inversiones en Vanguard.

Desde 2009, el mundo experimentó un largo período de dinero “barato”, de tasas bajas promovidas por bancos centrales como la Reserva Federal y el Banco de México; ahora que detener la inflación supera la intención de generar crecimiento, parece haber llegado una época en la que el crédito pierde accesibilidad y no está claro cuánto tiempo puede durar.

En exclusiva con Bloomberg Businessweek México durante su visita a clientes en el país, Greg Davis, director de inversiones (CIO) en Vanguard —que junto a BlackRock es uno de los mayores fondos de inversión del mundo occidental—, sugiere que la tasa de fondos federales a largo plazo que en momentos críticos recientes se acercó al cero, podría rondar el 3.5 por ciento debido a las expectativas de inflación, insinuando que los fondos del Tesoro a 10 años se acercarían al 4.5 por ciento. Davis recalca la imprevisibilidad de los riesgos geopolíticos y aconseja concentrarse en lo controlable: costos, diversificación y minimizar gastos de inversión. En tiempos inciertos, la estrategia es vital.

El nearshoring emerge como una estrategia prominente, impulsada por preocupaciones de la cadena de suministro y la geopolítica. Davis alude al potencial de México en la cadena, pero a pregunta expresa admite su estancamiento tecnológico, sugiriendo que debe enfocarse en innovación y tecnología, siguiendo el modelo de China.

¿Cuánto tiempo consideras que durará la baja de inflación?


Si nos fijamos en la inflación de EU, diríamos que ha habido un enorme progreso en términos de dónde estamos hoy en comparación con dónde hemos estado. La inflación llegó a situarse en 9 por ciento y ha remitido a 3 por ciento. El desafío que creo que enfrentaremos es el hecho de que el paso final de intentar ir del 3 por ciento al objetivo de la Reserva Federal, del 2 por ciento, va a ser difícil y tomará algún tiempo.

El factor más importante será la fortaleza del mercado laboral. El país ha creado empleos a un ritmo de aproximadamente 200 mil por mes durante los últimos meses, y esa cifra sigue siendo mayor que la tasa de reemplazo. Si pensamos en las nuevas incorporaciones a la fuerza laboral, se necesitan alrededor de 100 mil puestos de trabajo para alcanzar el equilibrio. El hecho de que se agreguen 200 mil nuevos puestos de trabajo cada mes significa que la tasa de desempleo seguirá bajando con el tiempo y habrá una presión continua en términos de salarios, porque hay más puestos vacantes en relación con la cantidad de trabajadores.

Por tanto, lo que hemos estado viendo en los mercados laborales es que antes estábamos en un punto donde había casi 2.1 puestos vacantes por cada trabajador disponible. Ese número ha bajado a cerca de 1.5 o 1.6. El promedio a largo plazo está más cerca de 1.1. Por tanto, todavía hay una enorme presión en términos del mercado laboral. Y mientras haya presión en el mercado laboral, eso es un buen augurio para quienes buscan aumentos salariales, y eso detona inflación, porque las empresas tienen que trasladar esos costos con el tiempo o disminuir sus márgenes de beneficio, no hay de otra.

En un mercado laboral fuerte, con un sólido crecimiento salarial, ese tipo de factores seguirán ejerciendo presión sobre la inflación y dificultarán que la Reserva Federal baje del 3 o 3.5 por ciento a su objetivo del 2 por ciento.


¿Crees que las altas tasas de interés se mantendrán?

Así es como lo veo: empecemos con lo que ha dicho la Reserva Federal: ellos buscan la tasa neutral. Esa tasa de los fondos federales es básicamente medio punto porcentual. Nuestra estrella (r-star), como la llaman.

En términos reales, nuestra estrella es medio punto porcentual. Nuestro equipo de estrategia de inversión cree que ese número está más cerca del 1.5 por ciento. Entonces tomas ese número y le sumas la inflación. Si el objetivo de inflación es del 2 por ciento, a eso le añades un rendimiento del 1.5 por ciento y tienes una tasa de fondos federales a largo plazo de alrededor del 3.5 por ciento.

Luego hay que asumir que, si vas a prestar dinero a un gobierno o a cualquier otra persona, si estás prestando ese dinero a 10 años en lugar de a un día, debería esperarse que obtengas más. En este momento hemos estado en un entorno donde la curva de rendimiento está invertida, pero a largo plazo se esperaría una curva de rendimiento normal con pendiente ascendente y debería haber una prima de plazo por prestar dinero por un período de tiempo más largo con relación a prestar a corto plazo. Entonces, si tomas el 3.5 por ciento y le sumas una prima de plazo normal de unos 100 puntos base, el valor razonable del rendimiento del bono del Tesoro a 10 años debería estar en algún lugar cercano al 4.5 por ciento; hoy estamos en torno al 4.2 por ciento.

Aún no llegamos al valor razonable. Ahora bien, ¿qué acaba pasando con el extremo corto de la curva? A medida que la economía comience a debilitarse con el tiempo y entremos en una recesión, lo que estimamos sucederá hacia el final de 2024, podrías encontrarte con que las tasas a corto plazo empiezan a bajar, y a esos inversionistas les habría ido mejor si hubieran invertido más lejos de la curva porque ese rendimiento a corto plazo ya no es duradero, porque esas tasas de interés van a empezar a bajar.

Nosotros creemos que el estado estacionario para la tasa de interés a largo plazo de los fondos federales es probablemente del 3.5 por ciento. Ellos están contemplándola en 2.5 por ciento. Eso es lo que han comunicado al mercado. Así que estamos un poco por encima de lo que la Reserva Federal ha dicho, pero tendremos que esperar y ver.

¿A tecnología, a energía? ¿A dónde irá el dinero en los próximos años?

Tenemos carteras diversificadas, de base más amplia. Por lo tanto, cubrimos mucho. La mayor parte del dinero que administramos internamente está sobre todo en acciones, son principalmente índices. También tenemos un pequeño componente cuantitativo, unos 40 mil millones de dólares. Pero la mayoría de nuestros 5 billones de dólares gestionados en renta variable, son fondos indexados de acciones. Por lo tanto, se trata de mandatos de base amplia que contemplan mercados enteros.

Tenemos un par de carteras de subsectores, pero en su mayor parte, cuando pensamos hacia dónde vemos que va el dinero de nuestros clientes, va a estos mandatos de base amplia como el mercado de valores total, el mercado de valores internacional total, el S&P 500 y cosas de esa naturaleza, porque la gente quiere una exposición amplia debido a que la mayoría de los inversores, al menos los que vienen a Vanguard, se han dado cuenta de que es muy difícil saber si un sector específico tendrá un rendimiento superior al del mercado en los próximos tres a cinco años. Solo quieren una exposición amplia y quieren cubrir todo el mercado.

Por eso somos escépticos. Al fin y al cabo tenemos participación en todas las empresas que cotizan en bolsa, algunas serán ganadoras, otras serán perdedoras. Pero estamos en todas ellas. No obstante, con el tiempo, debido a la prima de riesgo de las acciones, esperaríamos que pudieran producir fuertes retornos para los clientes, simplemente que alcancen esa ‘beta’ del mercado.

Pero nuestros clientes, en su mayor parte, se centran en una exposición amplia en lugar de una sectorizada, bien sea el sector de la salud, la energía y cosas de ese estilo. Tienen un enfoque más amplio.

En cuanto a regiones: Norteamérica y Asia crean tecnología y tienen posibilidades de invertir en capital. Pero no vemos lo mismo en Europa ni en América Latina, ¿qué les hace falta?

Creo que por todo el mundo han surgido fuentes de innovación. Claramente ha habido ecosistemas que se han construido en torno a las universidades, en torno al financiamiento. Uno piensa en Silicon Valley con varias universidades que desarrollan ideas desde un punto de vista empresarial y luego tienen a la mano el fondeo del capital riesgo, justo ahí en la carretera Sand Hill Road. Por lo tanto, hay un ecosistema que ayuda a alimentar a estas empresas y las ayuda a ser más exitosas porque puede conectarlas y brindarles orientación operativa que permitirán que estas empresas tengan éxito.

Hemos visto una enorme cantidad de innovación, pero la realidad es que los inversores de capital privado y de capital riesgo están buscando grandes ideas alrededor del mundo. Así que no es exclusivo de EU.

Nuestro economista en jefe ha investigado el efecto multiplicador de ideas. Y la investigación ha demostrado que las mejores ideas provienen de otras ideas. No es que a alguien se le ocurra de la nada una idea brillante. Es más bien como si hubiera repetido la idea que alguien más tenía pero mejorada. Y esa mejora es algo que puede suceder en cualquier parte del mundo.

¿Qué oportunidades o posibilidades de inversión ves vinculadas al nearshoring? ¿Cómo afecta o cambia tu cartera?

Considero que el nearshoring tendrá un mayor impacto en términos del costo de hacer negocios para una variedad de grandes empresas. Por eso la gente se fue a Asia buscando costos de producción y mano de obra más bajos; no obstante, las preocupaciones sobre la cadena de suministro y el riesgo geopolítico entre diferentes países están haciendo que algunas personas reconsideren. Están tratando de descubrir si hay otros lugares, ya sea México, Canadá o Europa, con mejores dinámicas geopolíticas. Pero la realidad es que mucho se tercerizó a estos países del Lejano Oriente porque era más barato. En la medida en que haya desglobalización, se esperaría que fuera algo inflacionaria, a menos que las empresas estén dispuestas a aceptar ganancias y márgenes de ganancia más bajos, lo que probablemente no harán a largo plazo. Así que definitivamente creemos que será un desafío en términos de rentabilidad, y que será algo inflacionario.

Hay quienes hablan de un nuevo momento para México, ¿consideras que México lo vive?

Diría que hay una relación muy fuerte entre Estados Unidos y México, y por el hecho de que estén cerca, con el nearshoring del que hablábamos, México claramente sería un beneficiario de ese trabajo. Por eso, en la integración de las cadenas de suministro, cuya naturaleza es global, este país es un proveedor clave y parte de la cadena de suministro de Estados Unidos. Y lo único que puedo prever es que esa dinámica se fortalezca con el tiempo, dadas todas esas otras dinámicas geopolíticas de las que estábamos hablando. Así que creo que está en un buen lugar y probablemente solo pueda fortalecerse con el tiempo.

En cuanto a la relación de intercambio comercial, en México todavía producimos el mismo producto que fabricábamos hace 25 años y estamos vendiendo lo mismo. Crece la brecha con las naciones avanzadas, ¿qué opinas sobre eso?

China estaba en una situación similar. Estaban en el tramo de la baja tecnología, producían básicamente bienes a un costo muy bajo, y finalmente llegaron a un punto que entrañaba más innovación, más inversión en tecnología. La tecnología es de vital importancia para aumentar el valor, no basta solo con el trabajo humano. Más productividad y más competitividad, aumenta el PIB y el efecto riqueza para toda la economía. Y eso es de vital importancia. ¿Y cómo se llega allí? Pues la educación es un componente clave para eso. Asegúrate de aprovechar los sistemas universitarios tanto como sea posible y de crear un entorno donde pueda ocurrir la innovación, y de que se realicen las inversiones adecuadas para que no se trate solo de mano de obra barata o producir materias primas, sino también del valor agregado que va adjunto, y China ha hecho un trabajo realmente bueno en ese respecto. Han aprendido cómo se hacen esas cosas y han invertido en la infraestructura para crearlas. La razón por la que Alemania vende menos automóviles a China es porque China ahora fabrica sus propios autos, porque ha aprendido de algunos de los mejores fabricantes del mundo. Creo que México también tiene una gran oportunidad en ese espacio.

Hay muchas cosas que puedes controlar, pero otras no. De las que no puedes controlar, ¿cuál te preocupa más?

Creo que las cosas que no puedes controlar en realidad tienen que ver con el riesgo geopolítico. Las tensiones que se dan entre los países siempre son cosas que van a tener un impacto en los mercados y en el funcionamiento de las economías. Sabes que existen y que pueden tener un efecto negativo en términos de si tu tecnología se puede vender o no en un determinado mercado o si cierto tipo de tecnología se puede importar o no. Esos son factores importantes con los que lidian todas las empresas cuando piensan en la innovación, en la inversión, en quiénes son sus clientes, en cómo son sus cadenas de suministro; y el riesgo que el entorno geopolítico imprime en eso también será sumamente importante.

La guerra no existía en nuestro contexto. Ahora hablamos de una guerra en Ucrania y de un posible conflicto en el sudeste asiático, ¿cómo afrontas eso?

Considero que una de las cosas de las que debes preocuparte y que puedes controlar, pero no podemos controlar el conflicto que está ocurriendo entre Ucrania y Rusia, tampoco si escala o no un conflicto potencial en el sudeste asiático. Lo que podemos controlar para nuestros clientes es insistir en algunas cosas que son de importancia crítica, como son los costos, es decir, cuánto pagas por las inversiones que haces, y asegurarnos de que tu cartera esté diversificada. Y una diversificación amplia no solo significa acciones, bonos y efectivo, sino también diversificación global. Asegurarnos de que no tengas todo tu riesgo en un solo mercado. Porque sabemos que las economías crecen a diferentes ritmos, la política monetaria y la política fiscal funcionan de manera diferente en diferentes mercados.

¿Qué crees que les espera a las empresas con la revolución de la inteligencia artificial? ¿Qué nos puedes decir sobre el futuro del trabajo?

Sí, diría que la IA parece ser algo que va a ser muy disruptivo en la forma en que opera una empresa. Y disruptivo de una manera positiva, desde el punto de vista de la eficiencia. Pero ha habido mucha investigación histórica y la consultora Gartner tiene algo llamado el ciclo de sobreexpectación. Y lo que termina sucediendo es que mucha gente sobrestima el impacto que la nueva tecnología tendrá en el corto plazo, pero subestiman la tecnología y el impacto que tendrá en el largo plazo. Así que hay una enorme expectación sobre ChatGPT y cosas de esa naturaleza y la capacidad de aprovechar grandes modelos de lenguaje.

Creemos que será una herramienta muy poderosa que hará que muchos trabajos sean más eficientes y creará un crecimiento de la productividad que probablemente no hemos visto en bastante tiempo. Pero el mercado está dando por sentado que eso va a suceder muy pronto. Probablemente llevará bastante tiempo para que esté preparado y operativo.

Son tus clientes, ¿qué recomiendas a las Afores?

Con ellas he tenido oportunidad de intercambiar opiniones sobre la evolución de la economía, no solo en Estados Unidos, sino en el mundo en general, y del impacto que eso tendrá en los tipos de activos. La pregunta se vuelve la siguiente: si estás administrando un fondo de pensiones, ¿cómo posicionas tu fondo de pensiones para tratar de asegurarte de que esté creciendo de forma sólida con el tiempo? Y, en última instancia, en lo que nos hemos centrado es en hablar de las valoraciones en el mercado de acciones, el hecho de que los mercados de renta fija hoy en día, no solo en EU, sino también en México, ofrecen un valor tremendo y significativamente mayor que hace 10 años.

Comenzaré con lo que ha pasado en EU: ahí tenías tasas de interés básicamente fijadas en cero. Por eso, si inviertes en el mercado de renta fija, en su mayor parte estás perdiendo en relación con la inflación. Ahora en EU estamos en un punto en el que, si inviertes en un fondo del mercado monetario, puedes obtener un rendimiento del 5.25 por ciento. En México no ocurre lo mismo; sin embargo, sigue siendo un rendimiento real que los inversores ahora pueden conseguir, mientras que si miramos atrás a los últimos 10 años, básicamente estaban perdiendo frente a la inflación. Los 525 puntos básicos de aumentos de tasas en EU han ayudado a elevar las tasas a corto plazo. La curva todavía está muy invertida, de modo que los bonos a 10 años todavía cotizan por debajo del nivel de los bonos del Tesoro a corto plazo.

Por eso, se están creando muchas oportunidades para los inversores desde el punto de vista de que ahora estamos en un entorno en el que los mercados accionarios presentan valoraciones algo elevadas. Los inversores ahora tienen una opción. Pueden depositar dinero en un fondo del mercado monetario donde pueden invertir en un fondo de bonos y aún así obtener un rendimiento. Mientras que, en el pasado, esos rendimientos eran relativamente bajos. Y ahora tienen opciones además de invertir en acciones, que desde nuestra perspectiva parecen un poco sobrevaloradas.

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