Tal vez en la infancia jugaste con un kit de construcción donde, con paciencia y quizás un poco de ayuda, podías unir piezas de plástico para formar estructuras colosales. Las piezas más importantes eran las más pequeñas: los conectores. También eran las que se perdían con más facilidad, sin ellas, no eras más que otro miniarquitecto frustrado.
Pues bien, en el mundo son los países que emergen como importantes eslabones o bisagras en una economía global que se está fragmentando en bloques rivales. La retórica actual que sale de EU y China parece decir “estás con nosotros o en nuestra contra”. Pero no todo el mundo está eligiendo bando.
En colaboración con Bloomberg Economics, Bloomberg Businessweek examinó datos en materia de comercio exterior e inversión y encontró cinco naciones que trascienden las fisuras geopolíticas, situándose a horcajadas entre los dos bloques: Vietnam, Polonia, México, Marruecos e Indonesia.
A pesar de sus diferencias, comparten un deseo de aprovechar los beneficios económicos que obtendrán al posicionarse como los nuevos eslabones entre Estados Unidos y China (o China, Europa y otras economías asiáticas).
Y aunque representan el 4 por ciento del PIB mundial, desde 2017 han atraído poco más del 10 por ciento, o 550 mil millones de dólares, de todas las inversiones nuevas o greenfield.
Los economistas del Banco de Pagos Internacionales analizaron datos de más de 25 mil empresas y descubrieron que las cadenas de suministro se estaban alargando a medida que otros países, especialmente en Asia, se convertían en eslabones en el comercio entre China y EU. Las empresas que mudan sus cadenas de suministro fuera de China a menudo están trasladando la producción a países cuyas economías ya están altamente integradas con las de China, como Vietnam. Por otro lado, México, donde la inversión de fabricantes chinos ha aumentado en los últimos años, también se está convirtiendo en un eslabón importante en el comercio entre Estados Unidos y China.
Eso no significa que todo está bien. Aun cuando hay ganadores, los economistas advierten que la interrupción del flujo de la inversión y el comercio tendrá un impacto general negativo sobre el crecimiento mundial, y las naciones pobres sufrirán más que las ricas. Para los consumidores y los bancos centrales, un efecto secundario desagradable será el encarecimiento de los bienes (y por ende una inflación más persistente).
1. Vietnam
El papel de Vietnam como economía conectora se ha acelerado desde que el expresidente Donald Trump impuso aranceles a los productos chinos y la pandemia agudizó el escrutinio sobre las cadenas de suministro.
Un ejemplo: en el norte de Vietnam y con una inversión de mil millones de dólares, una fábrica de Foxconn Technology Group que producirá MacBooks de Apple se construye en lo que solían ser campos de arroz. Justo al otro lado del río Cau, GoerTek Inc., una empresa china que fabrica AirPods, está construyendo una planta en un sitio rodeado de plátanos, estanques de lotos y búfalos pastando.
Gracias a una combinación de bajos costos laborales, mejora de la infraestructura y una creciente lista de acuerdos comerciales, Vietnam ha atraído a una gran cantidad de proveedores de Apple, incluidos Luxshare Precision Industry Co. y Pegatron Corp.
La tendencia de los gigantes de la electrónica de trasladar parte de su producción de China continental a Vietnam se remonta a aproximadamente una década, pero se ha acelerado en los últimos años.
Estados Unidos es el destino de cerca de un tercio de las exportaciones de Vietnam, mientras que China es el mayor proveedor de materiales para los fabricantes vietnamitas, desde maquinaria hasta materia prima para la industria textil.
Vietnam mejoró formalmente sus relaciones con Estados Unidos en septiembre, cambiando la relación a una “asociación estratégica integral”. EU también anunció una asociación para ayudar a Vietnam a desarrollar su naciente industria de semiconductores.
La industria electrónica constituyó el 32 por ciento de todas las exportaciones en 2022, aproximadamente el doble que hace una década. El sector empleaba a 1.3 millones de trabajadores en junio de 2022. El Gobierno confía en elevar esas cifras.
2. Polonia
Cuando el Gobierno polaco anunció el año pasado que el país construiría su propia marca de vehículos eléctricos, llamada Izera, fue claro que las ambiciones iban más allá de ser un hub productor para las automotrices de Europa occidental. La empresa estatal ElectroMobility Poland firmó un acuerdo con la compañía china Geely Holding Group en 2022 para que ésta suministre la tecnología para el proyecto. Está previsto que la producción de un modelo hatchback y un SUV comience a finales de 2025 en una planta ubicada en la región minera de Silesia.
Polonia ya tiene vínculos con la industria automotriz europea, y gigantes como Volkswagen AG y Mercedes-Benz Group AG están instalando plantas para fabricar vehículos eléctricos en el país. Pero la inversión extranjera ha aumentado en los últimos años, y buena parte de los 125 mil 100 millones de dólares en inversiones greenfield que ha atraído desde 2017 provienen de lugares más lejanos.
Polonia solo está detrás de China en el ranking mundial de producción de baterías, con empresas como LG Chem Ltd., Northvolt AB, SK Innovation Co. y Umicore SA. El valor de las exportaciones de baterías de iones de litio fabricadas en Polonia fue de 8 mil 900 millones de dólares en 2022, 2.4 por ciento del total de exportaciones, según datos oficiales.
La aparición de plantas de baterías ha ido acompañada de un aumento en las importaciones de materias primas, como el grafito, de China. El valor de las exportaciones de China a Polonia ha aumentado un 112 por ciento desde 2017, hasta 38 mil 200 millones de dólares el año pasado.
La planta de baterías de iones de litio de LG Energy Solution Ltd., que opera desde 2018 en Breslavia, es la instalación más grande de su tipo en Europa y emplea a más de 7 mil personas. Una vez que se complete una ampliación de 500 millones de euros en 2025, la fábrica producirá suficientes baterías anualmente para 1 millón de automóviles enchufables. Y, en Nysa, una empresa invertirá mil 700 millones de euros en una planta que fabricará material catódico, y Mercedes construye una planta de vehículos eléctricos cerca.
3. Marruecos
Marruecos, que posee las mayores reservas de fosfato del mundo, se está convirtiendo en un actor importante en la transformación de la industria automovilística. El mineral es un ingrediente clave en las baterías litio-ferrofosfato (LFP), una variedad de celdas recargables que se utilizan en los vehículos eléctricos.
El país ya cuenta con un boyante sector automotriz, con plantas de Renault SA y Stellantis NV que producen miles de automóviles por día, asistidas por docenas de proveedores estadounidenses establecidos. Entre ellos se incluyen Lear Corp. (Southfield, Michigan) y Commercial Vehicle Group Inc. (de New Albany, Ohio), que anunció planes de expansión este año.
Ahora está forjándose también una cadena de suministro de baterías para autos eléctricos. Las sólidas relaciones comerciales de Marruecos con Europa y Estados Unidos, junto con su actitud favorable a la inversión extranjera directa, lo convierten en un lugar de encuentro.
Tan solo en 2022 el país norafricano vio el anuncio de nuevos proyectos greenfield financiados por inversores extranjeros por valor de 15 mil 300 millones de dólares, casi tanto como en los cinco años anteriores combinados. Y la tendencia no muestra signos de desaceleración.
En mayo, la compañía china Gotion High-Tech Co. firmó un acuerdo con Marruecos para construir una fábrica de baterías de 6 mil 400 millones de dólares, que sería una de las más grandes del mundo. En septiembre, CNGR Advanced Material Co., un fabricante chino de componentes de baterías, anunció lo que podría convertirse en un proyecto de 2 mil millones de dólares para producir suficientes baterías LFP para equipar a un millón de vehículos al año. Thorsten Lahrs, CEO de CNGR Europe, dice que Marruecos se encuentra en una “posición ideal” para producir las baterías automotrices del futuro.
En septiembre, la firma surcoreana LM Chem, en sociedad con la china Huayou Group, anunciaron planes para hacer de Marruecos su base global en el mercado de las baterías LFP.
4. México
Este año, México superó a China como el mayor exportador de bienes a Estados Unidos. Pero eso no cuenta toda la historia de cómo está cambiando su relación económica con el coloso vecino y el resto del mundo. Desde 2017, el valor de las importaciones de México desde China ha crecido más rápido en términos nominales que el de sus exportaciones a Estados Unidos.
Esto se debe a que muchos de los fabricantes que actualmente abren plantas en los estados fronterizos de México son empresas chinas, y venden de todo, desde piezas automotrices hasta muebles, con un enfoque en el mercado estadounidense. La encuesta a miembros de la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados, elaborada a principios de este año, reveló que prevén que en los próximos dos años, una de cada cinco empresas nuevas será de origen chino.
En abril, TDI Manufacturing Mexico, filial de Zhejiang Yinlun Machinery Co., proveedor chino de sistemas de enfriamiento para automóviles y maquinaria pesada, abrió una nueva fábrica en el Parque Industrial Hofusan, un complejo cerca de Monterrey donde todos los ocupantes son chinos.
Yinlun TDI LLC, la filial californiana del citado fabricante chino, había estado observando cómo aumentaban los costos de mano de obra en EU y también el costo de importar bienes de China, según su presidente y director ejecutivo Scott Chen. Entonces, para atender a sus clientes estadounidenses (Caterpillar, General Motors y John Deere, por mencionar algunos) la compañía decidió en 2021 invertir 20 millones de dólares para construir la fábrica en México.
La apuesta ya dio frutos. En febrero de 2023, casi un año después de que Yinlun comprara el terreno, el Gobierno mexicano anunció que Tesla abriría una Gigafábrica para producir autos eléctricos en el mismo estado, Nuevo León.
La inversión inicial de 20 millones de dólares de Yinlun en su primera fábrica mexicana será pequeña, dice Chen. Pero ya ha alquilado una segunda planta más grande y está pensando en una tercera. Para animar a técnicos e ingenieros de la empresa matriz de Yinlun en China a mudarse a México está ofreciendo bonificaciones de hasta el 80 por ciento del salario base. Con el tiempo, Chen espera reemplazar a casi todos los trabajadores chinos con empleados locales.
Uno de los mayores atractivos para las empresas chinas que se instalan en México es el Tratado de Libre Comercio que tiene con EU y Canadá. Trump presionó con éxito para que se renegociara el pacto original con el objetivo de impulsar la manufactura en América del Norte y reducir la dependencia estadounidense de las importaciones chinas. Pero no previó que las empresas chinas encontrarían en México una puerta lateral a Estados Unidos, una que les permite evadir los aranceles que impuso a las importaciones estadounidenses procedentes de China.
5. Indonesia
Indonesia está cortejando activamente a empresas tanto de EU como de China para cristalizar la visión del Presidente Joko Widodo de construir una cadena de suministro completa de vehículos eléctricos. Ha invitado a Tesla y Volkswagen a invertir, con miras a equilibrar el dominio de las empresas chinas en el refinado de níquel y la fabricación de baterías. Esto ya ha dado lugar a singulares matrimonios corporativos entre los bloques geopolíticos. En marzo, Ford Motor Co. firmó un acuerdo con Zhejiang Huayou Cobalt Co. y la brasileña Vale S.A. para asegurar el abasto de níquel, metal utilizado en la producción de baterías para autos eléctricos.
Con abundancia de recursos naturales y una población de 270 millones, Indonesia apuesta a que es demasiado importante como para verse obligada a elegir entre las dos potencias económicas.
El parque industrial Batang en la provincia de Java Central alberga varias empresas de EU, incluidas algunas que se han mudado desde China. Mientras tanto, el parque industrial Morowali está dominado por inversiones chinas.
Con todo, el equilibrio es difícil y la inversión extranjera directa china en el primer semestre de 2023 duplicó a la de EU. “Puede que estén enojados con nosotros, pero tenemos que sobrevivir”, dijo Luhut Panjaitan, Ministro de asuntos marítimos e inversiones.
—Por Enda Curran, Shawn Donnan, Maeva Cousin, Nguyen Dieu Tu Uyen, Nguyen Xuan Quynh, Maciej Martewicz, Maya Averbuch, Brendan Murray, Annie Lee, Grace Sihombing y Claire Jiao
Lee aquí la versión más reciente de Businessweek México: