La Ciudad de México tiene uno de los mercados de alimentos más grandes del mundo y ahora planea alimentar los autobuses urbanos con electricidad solar generada en sus techos, lo que ayudará a la presidenta entrante a lograr su objetivo de impulsar la energía limpia en un país dependiente de los combustibles fósiles.
La presidenta, Claudia Sheinbaum, anunció la instalación de una central fotovoltaica en el centro alimentario de 327 hectáreas en 2022, cuando aún era jefa de Gobierno de la capital. Ahora, el extenso complejo alberga miles de paneles solares como parte de un proyecto que consta de dos fases.
La primera fase ya se ha completado y los paneles de los tejados suministran energía a partes específicas del mercado, lo que reduce sus facturas de electricidad. En la segunda fase, que empezará en enero de 2025 tras trabajos y pruebas adicionales, la energía se canalizará hacia el sistema de transporte de la ciudad.
Durante su campaña presidencial, Sheinbaum se comprometió a reforzar las compañías petroleras y eléctricas estatales, además de invertir 13 mil 600 millones de dólares en nuevos proyectos de generación eléctrica, incluidas plantas solares. En México, solo el 31 por ciento de la energía producida procede de fuentes limpias, lo que sitúa al país a la zaga de sus vecinos brasileños y colombianos, que obtienen más del 80 por ciento y casi el 70 por ciento, respectivamente, de su energía de productores renovables, según la Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos.
Se prevé que los 32 mil 100 módulos fotovoltaicos instalados en el enorme mercado, conocido como la Central de Abasto de la Ciudad de México, produzcan 26.5 gigavatios hora de electricidad al año. La energía solar que ya se utiliza en la instalación está reduciendo sus facturas de servicios públicos en unos 3 millones de pesos al año.
Con el arranque de la segunda fase, más de 300 autobuses funcionarán con la electricidad que generan los paneles del mercado. Esto ayudará a la capital mexicana a reducir sus emisiones de dióxido de carbono en 13 mil toneladas al año, según el director de energía sustentable de la ciudad bajo Sheinbaum, José Alberto Valdés.
El departamento de energía venderá la electricidad a la unidad de transporte y los ingresos serán utilizados por el mercado para reducir sus costos de mantenimiento. Valdés no proporcionó una estimación de los ingresos de las transacciones de energía, ya que todavía se están realizando pruebas, pero dijo que la unidad de transporte espera ahorrar al menos 18 millones de pesos al año.
Los permisos para la empresa solar han sido concedidos en su totalidad, dijo Valdés, añadiendo que tuvo que crearse una nueva entidad para comercializar la energía. Esto allana el camino para ampliar el proyecto y permitir que más edificios gubernamentales instalen paneles y vendan energía a la red.
Tras una inversión inicial de 400 millones de pesos, el gobierno de Ciudad de México tuvo que invertir otros 200 millones en el mercado para garantizar que los paneles estuvieran debidamente protegidos contra los desastres naturales, como terremotos.
La Central de Abasto abre a las 4 de la mañana todos los días de la semana. Con capacidad para unas 100 mil toneladas de producto, es el principal proveedor al por mayor y al por menor de la capital mexicana, vendiendo alrededor de mil millones de pesos al día en alimentos.
Aunque otros edificios gubernamentales de la Ciudad de México han instalado paneles solares y han visto cómo se reducían drásticamente sus facturas de servicios públicos, muchos departamentos argumentan que no tienen presupuesto para actualizar sus infraestructuras. Para Valdés, es una oportunidad perdida para ahorrar a largo plazo.
“Hay gastos que todos hacemos a nivel común, ¿verdad? Como cambiar de coche o flota y eso te va a costar más de lo que cuesta hacer autónoma tu casa o espacio”, afirma. “La mayoría de las personas no ven sus beneficios porque no son inmediatos. Hace falta cambiar la sensibilidad”, concluye.
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