El nuevo gobierno de nuestro vecino del norte marcará un hito en las relaciones entre los dos países, que tienen una historia por demás compleja y accidentada. Nació esa relación prácticamente con el país, pues apenas México logró su independencia de España en 1821, fue reconocido como nación independiente por el gobierno del presidente norteamericano, James Monroe, en diciembre de 1822.
Una de las primeras crisis de gran magnitud ocurrió apenas 14 años después, cuando en 1836 Texas declaró su independencia de México.
Estados Unidos reconoció inmediatamente a Texas como nación independiente, lo que fue uno de los detonadores de la guerra entre los dos países años más tarde. Nueve años después de la presunta independencia texana, el presidente norteamericano John Tyler decretó la anexión de Texas a la Unión Americana, lo que motivó la ruptura de relaciones entre los dos países y el estallido de la guerra entre ambos un año después, en 1845.
Es conocida la historia de la derrota mexicana, con episodios míticos como la batalla en el Castillo de Chapultepec, teniendo a los ‘niños héroes’ como protagonistas. Finalmente, en 1848 se firmó el Tratado que algunos consideran el más vergonzoso de la historia, el de Guadalupe Hidalgo, mediante el cual, México entregó, además de Texas, los territorios de lo que hoy es California, Nuevo Mexico, Arizona, Nevada, Utah y parte de Wyoming y Colorado.
Para la simple especulación histórica, ¿se imagina cuánto hubiera cambiado la historia, no solo de nuestros países sino del mundo en caso de que no se hubiera producido esa cesión de territorio? A este hecho se sumó en 1853 una operación comercial entre los dos países, la venta del territorio denominado “La Mesilla”, de casi 77 mil kilómetros cuadrados, mayormente en Arizona y Texas, por 10 millones de dólares.
El fin de los gobiernos conservadores y el ascenso de los liberales, con Benito Juárez como presidente, condujo a la firma en 1859 de otro tratado muy polémico: el McLane-Ocampo, con el cual, el gobierno mexicano otorgaba al de Estados Unidos el derecho de construir una ruta interoceánica en el sur del país (algo así como el tren transístmico).
El gobierno de Juárez, que ya había firmado, se topó con la negativa del Senado de EU, de ratificar el Tratado. Tal vez, de no ser así, el juicio de la historia respecto a Juárez sería otro. La invasión francesa de México y la instalación del Imperio encabezado por Maximiliano fue parte de un ajedrez internacional a través del cual Francia buscaba poner freno al poder de Estados Unidos.
Sin embargo, el fracaso de la invasión y el respaldo del presidente Lincoln al gobierno de Juárez, selló el fracaso de la invasión y marcó el inicio de un periodo de relaciones cordiales entre los vecinos en Norteamérica a partir de 1878 cuando Estados Unidos reconoció al gobierno de Porfirio Díaz.
Fue un periodo en el que llegó inversión norteamericana, sobre todo a la zona norte de México y también a la industria petrolera y minera. La cumbre de esta buena relación ocurrió en el año 1909 cuando por primera vez se reunieron los presidentes de México, Porfirio Díaz y de Estados Unidos, William Taft.
Los tiempos de la Revolución Mexicana marcaron momentos también complejos. Tras el asesinato de Madero, el presidente Woodrow Wilson desconoció al gobierno de Huerta, lo que dio lugar al arresto de personal norteamericano en Tampico, tras lo que ocurrió una invasión más, con la ocupación estadounidense de Veracruz, de corta duración.
Otro incidente ocurrido en el marco del conflicto armado en México fue la llamada “expedición punitiva” del general Pershing. Las tropas de Pancho Villa penetraron al territorio de EU, hasta Columbus, Nuevo Mexico. Y luego regresaron al territorio mexicano. El general Pershing ingresó a territorio mexicano, pero no pudo capturar a Pancho Villa y sus tropas regresaron a los Estados Unidos.
Tras el final del conflicto armado en México, el gobierno de Estados Unidos, a cargo de Calvin Coolidge, firmó con el presidente Álvaro Obregón el polémico Tratado de Bucareli, que, entre otras cosas, establecía la no retroactividad del artículo 27 constitucional a las concesiones petroleras norteamericanas entregadas antes de que entrara en vigor la Constitución.
El gobierno de Plutarco Elías Calles, que sucedió a Obregón, repudió el Tratado de Bucareli y nuevamente las relaciones se tensaron. El punto más álgido ocurrió tras la expropiación petrolera realizada por Lázaro Cárdenas en 1938, la que afectó a diversas empresas norteamericanas, entre ellas a la poderosa Standard Oil.
Sin embargo, la acción del presidente Roosevelt primero y luego el involucramiento de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, lograron una solución negociada del conflicto, ya que México también se sumó a los aliados en el conflicto.
La guerra trajo consigo también el programa “bracero”, mediante el cual trabajadores temporales provenientes de México iban a laborar a Estados Unidos, lo que trajo consigo al paso de las décadas una gigantesca corriente migratoria, documentada e indocumentada.
En los años siguientes, el aspecto dominante de la relación de los dos países fue el económico, ya que México se convirtió en receptor de inversión norteamericana y exportador de diversas materias primas a EU. Esta relación económica intensa fue coronada en el año 1994, con el arranque del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica.
Pasamos del enfrentamiento militar a la creación de un tratado que nos pone como socios frente al resto del mundo, haciendo un viaje entre extremos.
Cuando se ve la agenda bilateral que hoy existe entre México y Estados Unidos, con temas migratorios, comerciales, de seguridad, entre otros, no se puede perder de vista que en realidad tienen raíces históricas muy profundas cada uno de ellos.
Los conflictos que surgirán, así como las oportunidades que puedan presentarse a partir de enero de 2025, cuando comience la nueva administración en Estados Unidos, deberán tener presente el contexto histórico de una relación que ha sido de conflicto, incluso expresado en invasión y conquista, así como de intensa cooperación en diversos momentos de la historia.
Las agendas de los dos gobiernos deberán tener presentes los antecedentes de cada tema para tratar de limitar las fuentes de conflicto y ampliar las oportunidades de cooperación.
Ojalá se pueda.
- Texto escrito antes de que se conociera el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
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