El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no ha salido del país en casi dos años, desde septiembre de 2017, cuando viajó a Washington y a Cantabria, en el norte de España, para visitar las tierras de su difunto abuelo, según su oficina de prensa.
Tras casi dos años, el mandatario mantiene firme su postura de que "la mejor política exterior, es la política interna". El presidente hizo pública su decisión, este martes, de no asistir a la reunión de líderes del G20 en Osaka, Japón, que se celebrará el 28 y 29 de junio.
AMLO ha centrado sus primeros seis meses como presidente en asuntos internos, desde combatir la corrupción y la inseguridad hasta reforzar a la petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Por el contrario, en sus primeros seis meses como presidente, Enrique Peña Nieto hizo nueve viajes internacionales, incluyendo a China y Japón, mientras que Felipe Calderón viajó al extranjero cuatro veces.
"No voy a viajar sin motivo", dijo en una de sus conferencias de prensa matutinas en marzo. "Es decir, no voy a hacer turismo político. Tengo muchas cosas que hacer en este país. Siempre he pensado que la mejor política exterior es la política interna".
México estará representado por su canciller, Marcelo Ebrard y su secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, en la reunión mundial, anunció AMLO este martes. Esta sería la primera vez que un presidente mexicano no acude a la cumbre de los líderes más poderosos del mundo, que se lleva a cabo desde 2008.
El énfasis de AMLO
La negativa de AMLO de acudir al G20 se da en un momento en que al país le vendrían bien más compradores para sus exportaciones, con la amenaza arancelaria de EU, que es el comprador de 80 por ciento de sus productos.
Atraer a turistas internacionales también es importante, dado que la industria recaudó 23 mil millones el año pasado, por detrás solo de las remesas y las exportaciones de petróleo como fuentes de divisas.
"Hay una sensación real de que no le da importancia a lo que sucede a nivel internacional, porque todas sus señales han estado en esa línea", asegura Verónica Ortiz, analista política y anfitriona de un programa en el Canal del Congreso.
Que un presidente no asista a la reunión del G20 podría no ser tan importante en una época en que los líderes pueden mantenerse en contacto a través de videoconferencias y teléfonos celulares. Pero con Obrador no es el caso. El presidente mantiene una apretada agenda de viajes dentro de México, organizando reuniones y lanzamientos de sus programas sociales en muchas de las ciudades más pobres del país. Su decisión de viajar comercialmente y vender el avión presidencial en una muestra de austeridad significa que, en ocasiones, otros líderes no pueden comunicarse con él fácilmente.
El mes pasado, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, buscaba a AMLO para coordinar un anuncio sobre el levantamiento de los aranceles al acero, no pudo contactarlo.
El presidente estaba en un viaje de cinco horas por Chiapas hacia una ciudad de 5 mil habitantes, para un evento en un programa de semillas agrícolas y no tenía recepción en su teléfono celular, según el subsecretario de Relaciones Exteriores, Jesús Seade, quien representa a AMLO en las negociaciones comerciales.
La última vez que AMLO abandonó el país fue en septiembre de 2017, cuando viajó a Washington y a Cantabria, en el norte de España, para visitar las tierras de su difunto abuelo, según su oficina de prensa.
Este martes el presidente anunció que no acudiría al G20 durante su conferencia de prensa matutina y anunció que Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores y Carlos Urzúa, secretario de Hacienda, representarán a México en dicho evento.
"Les adelanto que no voy a ir a la reunión de los 20, del G20, pero si les voy a enviar una carta sobre los problemas de la desigualdad en el mundo, que para eso deben ser estas reuniones", declaró.