Al igual que Donald Trump, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha prometido un rápido crecimiento económico, y podría necesitar la ayuda de bajos tasas de interés.
A diferencia del mandatario estadounidense, AMLO ha guardado silencio hasta el momento. El Banco de México (Banxico) mantuvo este miércoles sin cambio su tasa de interés en 8.25 por ciento, en línea con lo esperado por el mercado, incluso después de que la economía se contrajera inesperadamente.
Con guerras comerciales que se ciernen en el panorama, y el aumento de la presión política sobre los bancos centrales en todo el mundo, algunos analistas se preguntan cuánto tiempo durará el voto de silencio de López Obrador.
Podría decirse que López Obrador tiene más razones para quejarse que su contraparte del norte. La economía de Estados Unidos se ha expandido a un ritmo decente, aún cuando Trump 'regaña' a la Reserva Federal (Fed) por fallar en darle un poco más de 'sustancia'.
Por el contrario, México, que como una nación en vías de desarrollo debería crecer rápidamente, vio una caída en la economía durante el primer trimestre.
También ha tenido un desarrollo inferior a largo plazo, con tasas de crecimiento que han quedado rezagadas en los mercados emergentes por décadas.
Con su enfoque cauteloso en la política monetaria, México ha evitado en gran medida los fracasos que han plagado a diversos países de Latinoamérica, asimismo a otras economías en desarrollo como Turquía.
López Obrador a menudo citó el bajo crecimiento económico durante su campaña electoral, antes de su aplastante victoria el año pasado, y se comprometió a 'darle la vuelta'.
Sin embargo, por el momento, los economistas pronostican que el crecimiento no superará el 2 por ciento hasta al menos 2021, cuando el plazo propuesto por el presidente esté a medio camino.
El mandatario tiene la promesa de un crecimiento de 4 por ciento promedio durante el sexenio.
'La tentación aumentará'
A menos de que haya una recuperación, López Obrador podría terminar por romper su promesa de no meter tanta presión a los responsables de la política monetaria, dijo Josephine Shea, gerente senior de cartera de BNY Mellon en Boston.
"La tentación de intervenir crecerá", dijo, aunque tal vez no hasta "uno o dos años más tarde".
Ociel Hernández, jefe estratega de BBVA en la Ciudad de México, señaló que López Obrador podría comenzar a opinar públicamente sobre las decisiones de tasas antes de lo dicho, para fines de este año, si Banxico no ha comenzado a 'aflojar' para entonces. La mayoría de los economistas no esperan un recorte de tasas antes del cuarto trimestre.
Gerardo Esquivel, uno de los dos nombrados por AMLO la Junta de Gobierno del Banco Central junto a Jonathan Heath, apoyó la decisión de marzo de mantener las tasas sin cambios. Sin embargo, no estuvo de acuerdo con la declaración acompañante, diciendo que le daba demasiada importancia a los riesgos inflacionarios.
"Es probable que la división dentro de la junta continúe aumentando", indica Felipe Hernández, economista en América Latina de Bloomberg Economics.
Al designar miembros que comparten su enfoque moderado, López Obrador "no está limitando la independencia del Banco Central. Se está asegurando de que el banco central piense más como él", agrega.
La inflación se ubicó en 4.4 por ciento el mes pasado, por encima del límite superior del 4 por ciento del rango objetivo del Banco. La mayoría de los economistas dicen que fue causado por cambios en el índice, y pronto se revertirá.
'¿Cómo va el peso?'
Las tasas de interés reales, calculadas al ajustar la tasa nominal de inflación, son consideradas como la mejor medida para calcular los costos de pedir dinero prestado, o el rendimiento de prestarlo. México se ubica cerca del 4 por ciento, más alto que la mayoría de sus pares.
Eso ha ayudado a hacer del peso la moneda con el mejor desempeño del mundo desde que López Obrador asumió el cargo en diciembre, lo que podría ayudar a explicar el por qué el presidente no ha presionado más fuerte al Banco Central, de acuerdo con Luis Maizel, director general senior de LM Capital Group en San Diego.
"La gente muy cercana a él me dice que lo primero que pregunta por la mañana es '¿cómo abrió el peso?' ", indicó Maizel. Pero mientras las altas tasas de interés apuntalan las monedas, también recortan los préstamos bancarios que hacen que las economías crezcan. México tiene bajos niveles de crédito en estándares de mercados emergentes.
En enero, el gobierno anunció un paquete de medidas destinadas a cambiar eso. Las tasas más bajas no figuraban en el plan.
Aún así en el lanzamiento, junto al jefe de Banxico, Alejandro Díaz de León, López Obrador dijo que le gustaría que el Banco Central "también piense en el crecimiento".
Fue un momento raro cuando la nueva administración de izquierda hizo pública su preocupación por la política monetaria de México.
Otra llegó un par de días después. Al analizar el plan de créditos en una entrevista en Nueva York, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, señaló la preocupación de que la tasa de referencia del 8.25 por ciento de México "podría ser un obstáculo".
Rápidamente dio marcha atrás, diciendo que hay formas de que el crédito fluya sin apoyarse en el Banco Central. "La tasa no es tan alta".