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Así fue el gran robo de whiskey que ‘nunca ocurrió’

En octubre de 2013 desaparecieron 200 botellas de una edición especial valuadas en 26 mil dólares y el escándalo le han dado a la marca Pappy Van Winkle un aura casi mítica.

El 15 de octubre de 2013, Buffalo Trace Distillery reportó que habían desaparecido unas 200 botellas de su famoso bourbon Pappy Van Winkle, valuadas en 26 mil dólares, de sus instalaciones en Frankfort, Kentucky. El crimen llegó a ocupar portadas en diarios internacionales, pero casi un año y medio más tarde, ningún ladrón había sido capturado.

11 de marzo de 2015: el sheriff del condado de Franklin, Kentucky, Pat Melton, recibió un aviso anónimo en el que se acusaba a Toby Curtsinger, un antiguo empleado de Buffalo Trace, de ser el genio detrás del robo de Pappy Van Winkle.

Melton y sus oficiales se apresuraron a la casa de Curtsinger. En su patio trasero encontraron cinco barriles de bourbon. Eso, más fotos en su teléfono de varias botellas de Pappy Van Winkle colocadas en lo que parecía ser el asiento de su camioneta, fue suficiente para arrestarlo. Melton dio una conferencia de prensa en la que llamó a Curtsinger el líder de un complejo grupo de contrabandistas y declaró cerrado el caso.

Curtsinger había permanecido en silencio sobre el caso hasta ahora. Aceptó hablar públicamente por primera vez desde su arresto porque, afirma, está harto de que lo describan como una especie de mente maestra criminal.

El hombre comenzó a trabajar para Buffalo Trace en 1989, cuando la empresa era conocida como Ancient Age. Después de su primer turno, sus compañeros de trabajo lo condujeron a un cuarto trasero donde la gente sumergía vasos de plástico en whisky "white dog", una bebida de menor calidad a la que se embotella.

"No soy totalmente inocente en muchas de estas cosas, pero no soy el único culpable".

"Veía gente bebiendo en el trabajo. Los veía desmayarse y los echaban a un lado y continuaban con sus asuntos. Todos cuidaban de todos. Nadie salió lastimado", dijo.

Según Curtsinger, su historial criminal data de 2003, cuando fue asignado a un depósito de bourbon que no cumplía con los estándares de producción. Se habían acumulado más de la cantidad habitual de barriles y Curtsinger bromeó con su jefe diciéndole que podría escribirle un permiso para sacar algunos barriles del lugar sin ser detenido por el personal de seguridad de la fábrica. Curtsinger se sorprendió, relata, cuando su jefe hizo exactamente eso.

"Hice algo de dinero con esos barriles".

Pappy Van Winkle se lanzó por primera vez a principios de la década de los noventa como una forma para que el destilador de tercera generación Julian Van Winkle III se deshiciera del viejo bourbon que había estado en barriles. Pegó una foto de su abuelo, Julian "Pappy" Van Winkle, en la etiqueta y llamó "ultra añejo" al líquido de las botellas. Desde 2002, Buffalo Trace comercializa de esa forma la bebida.

En 2013, el bourbon de 23 años de Pappy Van Winkle se vendía por más de 100 dólares cada trago en bares de EU.

Mientras tanto...

Curtsinger siguió tomando barriles no deseados y pronto desarrolló una reputación por mover bourbon robado. La seguridad era poco estricta, dice, pero se concentró en marcas de gama baja como Buffalo Trace y Ancient Age e ignoró las cosas costosas.

Algunos de sus amigos no fueron tan cautelosos. Una vez, un compañero de trabajo apareció borracho en la casa de Curtsinger, en plena madrugada, con unas botellas de Pappy y pidiendo ayuda para descargarlas. En otra ocasión, cuenta, un compañero de trabajo en busca de efectivo rápido para alimentar su hábito de drogas le llevó dos cajas completas que accedió vender.

Cuando las salieron las noticias del atraco de Pappy, Curtsinger y sus compañeros de trabajo se sorprendieron de que alguien se molestara en llamar a la policía: 200 botellas faltantes simplemente no eran para tanto. Curtsinger insiste en que no es el autor intelectual, pero tampoco es un idiota; aprovechó el ruido sobre el robo para obtener mejor precio por las botellas de Pappy que robaron sus amigos.

Los barriles de whisky en el patio trasero de Curtsinger -dice que fueron abandonados allí por un amigo- resultaron ser de la destilería Wild Turkey, a unos 32 kilómetros de Frankfort. Él y ocho supuestos cómplices fueron acusados de piratería y hurto. Curtsinger se enfrentó al cargo adicional de involucrarse en el crimen organizado, y el 1 de junio fue sentenciado a 15 años de prisión.

Nadie logró encontrar las 200 botellas de Pappy que supuestamente robó Curtsinger y su sentencia solo fue por los barriles de Wild Turkey y algunos otros cargos. A pesar de la publicidad generada por el "Gran Robo de Pappy van Winkle", no hay evidencia de que haya ocurrido como se ha descrito en muchos medios.

Las noticias le dieron a la marca Pappy Van Winkle un aura casi mítica. Buffalo Trace ha mantenido un silencio total sobre el robo. La empresa negó a hacer comentarios sobre esta historia o poner a disposición a cualquiera de sus empleados para entrevistarlos. La producción anual de Pappy se vende casi de inmediato, y las botellas se pueden encontrar en el mercado negro con precios que alcanzan las cuatro cifras.

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