Si uno quiere conocer la historia de Edo López Kobayashi, puede hacerlo de tres formas: en español, el idioma del país que lo vio nacer y crecer como chef y empresario restaurantero; inglés, necesario para su expansión en Estados Unidos; y japonés, la lengua de sus abuelos y su lugar de inspiración para revolucionar la oferta gastronómica en el país.
No importa la lengua que uno escoja, al final, el éxito de este joven oriundo de Tijuana, Baja California, se traduce de la misma manera. En solo unos años, su conglomerado restaurantero, Grupo Kobayashi, ha desarrollado al menos 17 conceptos de restaurantes y experiencias culinarias en la Ciudad de México, Jalisco, Sinaloa, Baja California y Estados Unidos. Pero fue en la capital del país donde todo comenzó.
Pese a que desde la década de los noventa la oferta de comida japonesa comenzó a crecer de manera significativa en la Ciudad de México, en realidad pocos restaurantes y cadenas respetaban las recetas, ingredientes y métodos de cocina tradicionales de Japón.
La 'tropicalización' de la milenaria gastronomía de ese país motivó a Edo a ofrecer un concepto completamente apegado a los sabores y aromas de la nación de la cual huyeron sus abuelos durante la Segunda Guerra Mundial.
Así nació Rokai, su primer restaurante en la colonia Cuauhtémoc, en la capital, en donde buscó ofrecer sushi auténtico y otros platillos más complejos.
Posteriormente, Edo abrió restaurantes en otras zonas de la ciudad y continuó su expansión hacia otras urbes de la República. Eventualmente, el éxito de sus platillos, que constantemente buscaba refrescar con viajes a Japón, alcanzó sitios como San Diego y Miami, en Estados Unidos, uno de los sitios más exigentes con los sabores de la comida nipona fuera de Japón.
La experiencia que busca ofrecer Grupo Kobayashi a sus clientes va incluso más allá del paladar.
Cada uno de sus restaurantes se ha convertido también en un auténtico pedazo de Japón, con mobiliario que recuerda el estilo minimalista tradicional del país asiático y la sobriedad en el servicio y la decoración de cada uno de los platillos. Sentarse en una de sus locaciones es adentrarse en una pequeña escenografía del Lejano Oriente. Edo y su equipo también han experimentado con conceptos como pizzas con ingredientes japoneses y menús de brunch, así como un bar de cocteles con tragos de autor y música tocada en viniles.
Una de las cosas que más impresionan de la historia de Edo y su conglomerado es que fue apenas en 2013 cuando arrancó su aventura empresarial. Es decir, en tan solo seis años ha logrado revolucionar los sabores de la cocina nipona en México, ha puesto un pie en la escena gastronómica al norte de la frontera y ha honrado la herencia de su legado familiar.
¿Cómo se dice 'tipo exitoso' en japonés?