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El fantasma de la deuda perseguirá a Pemex el próximo año

Las obligaciones financieras de la empresa petrolera más endeudada del mundo la obligarán a buscar alternativas en el mercado de dinero y asociaciones con privadas para mejorar su estado.

En 2021, una sola palabra estará presente en el destino de Petróleos Mexicanos (Pemex): deuda. De acuerdo con analistas y expertos, la petrolera más endeudada del planeta tendrá que idear un plan casi perfecto para mejorar una situación financiera que amenaza con afectar las finanzas públicas del país.

Pemex está quebrada, según los especialistas, porque sus deudas superan su capital contable, por ello es urgente que implemente una estrategia para ser eficiente operativamente. Sin embrago, destacaron, solo podrá hacerlo al asociarse con compañías privadas con las que comparta el riesgo de los proyectos de exploración y producción. Es decir, modificar el rumbo y apostar por una estrategia hasta ahora ignorada.

Víctor Gómez, subdirector de análisis económico de la casa de bolsa Finamex, destacó que el principal reto de Pemex para 2021 es aprovechar el apetito de los inversionistas de la bolsa por emisiones, lo que permitirá a la petrolera mejorar su perfil de vencimientos de corto plazo. El directivo detalló que la empresa tiene cerca de 110 mil millones de dólares de deuda emitida en el mercado, la cual debe pagar a los inversionistas en distintos plazos.

Sus vencimientos más próximos son del cuarto trimestre del 2020.  "El principal reto es cómo va a pagar esa deuda o a cambiarla de vencimiento con operaciones de mercado", sugirió Gómez. "Pemex enfrenta importantes retos de refinanciamiento, sobre todo de sus vencimientos de corto plazo". Es importante, añadió, definir si puede redistribuir de alguna forma esos vencimientos porque tiene un riesgo de refinanciamiento de corto plazo bastante fuerte. Sin embargo, para hacerlo de forma exitosa requiere mostrar resultados en la parte operativa.

Gómez comentó que, en ese rubro, Pemex requiere identificar proyectos que le permitan mantener un nivel de producción adecuado.

"El principal reto sigue siendo la recuperación de la producción de petróleo", planteó el analista. "Tiene muy restringidas las capacidades de ampliar su portafolio de producción a otras áreas, dadas las restricciones de recursos presupuestales y la dependencia de las finanzas públicas del gobierno federal".

La apuesta de Pemex es bastante modesta, ya que solo puede optar por áreas relativamente desarrolladas como las aguas someras del Golfo de México, en donde la infraestructura no es tan costosa de desarrollar.

A nivel global, las petroleras han realizado farmouts, es decir, asociaciones donde se comparte el riesgo con privados para mejorar las condiciones de los proyectos, aunque hasta ahora Pemex ha huido de ellas. La situación por la que atraviesa podría forzar un cambio.

Los alcanza el corto plazo

En octubre pasado, el Órgano de Gobierno de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) aprobó por unanimidad tres cambios a los artículos 15, 16 y 19 de la Ley de Hidrocarburos sobre las características de las licitaciones para la selección de socios, o farmouts, por parte de Pemex.

Al respecto, Gómez destacó que si Pemex no decide realizar más asociaciones con privados, requiere implementar otro modelo donde pueda generar recursos y habilidades para manejar riesgos que actualmente no forman parte de su estrategia.

"Mientras no exista una propuesta sostenible de mediano plazo de recuperación de la producción, el problema seguirá siendo que se encuentran soluciones solo de corto plazo", advirtió.

El problema de fondo es que la producción sigue cayendo, lo cual sucede desde hace 15 años, y la tendencia no se puede revertir porque los costos de desarrollar nuevas formaciones geológicas, que son aguas profundas, requiere recursos y habilidades operativas que Pemex no tiene.

Gabriel Ruiz, socio de la práctica de energía de Thompson & Knight, expuso que la visión que tenía el mercado respecto a Pemex antes de que iniciara el sexenio era de competencia con empresas privadas en sus distintas actividades, así como de lograr eficiencia en sus procesos.

"Un ambiente de competencia donde el mismo mercado obligue a Pemex a concentrarse en sus fortalezas puede ser una salida", dijo. "El tema es que el actual gobierno busca que por decreto Pemex sea la empresa dominante, pero a la larga eso no tendrá los efectos de mejorar sus procesos, actividades y finanzas".

Proyectos complejos

Miriam Grunstein, socia de la consultoría Brilliant Energy, opinó que los mayores retos de Pemex son la exploración de campos de mayor complejidad. La petrolera pudiera buscar financiamiento externo para que los proyectos que sean viables, como aguas profundas, se realicen mediante alianzas público privadas.

"Con los debidos apoyos y alianzas podemos ir por pedacitos devolviéndole a Pemex sus capacidades de exploración y producción", aseguró.

Mientras tanto, Adrián Calcáneo, quien es líder para Latam Midstream y Líquidos de IHS Markit, destacó que Pemex todavía no ha definido cómo generará los recursos para pagar su deuda,

"El panorama se ve bastante oscuro para Pemex en 2021", señaló. "Este año fue muy malo en cuanto a pérdidas y no hay cambio de estrategia. No hemos visto un giro para corregir esta tendencia a perder dinero. Hay una deuda que se tiene que pagar, a la que se suman las pérdidas por esta obsesión de producir más crudo. Eso no se traduce en dar rentabilidad", advirtió Calcáneo.

En la actualidad, Petroleos Mexicanos tiene algunos campos de exploración donde se han dejado de producir cerca de 100 mil barriles por día en el último año.

Por ello, Calcáneo destacó que el declive va a continuar y que Pemex debe encontrar cuál es el punto óptimo de equilibrio de producción donde puede ser rentable.

"La verdadera métrica del rescate a Pemex no es llegar a los 2.3 millones de barriles por día, eso no importa si necesita constante apoyo del gobierno", dijo. "La verdadera métrica es que la empresa se pueda parar por sí sola, que tenga números negros y que pueda financiarse a sí misma".

Desde que arrancó el sexenio, abundó, esa meta se ha alejado con decisiones como invertir en la refinería de Dos Bocas, Tabasco.

Pese al escenario planteado, no queda claro si Pemex realizará asociaciones con privados, y si ha obtenido todavía financiamieto de la bolsa es porque el pago a los inversionistas sigue garantizado por el gobierno federal, aseguró Carlos González, director de análisis económico de Monex Grupo Financiero.

"Los mercados le han asignado el precio de una empresa prácticamente quebrada. Las calificadoras muestran a los bonos de Pemex como especulativos, mejor conocidos como chatarra, pero apoyados por el gobierno, lo que hace que la empresa todavía pueda salir a los mercados", explicó.

Sin embargo, si actualmente Pemex fuera una empresa pública que cotiza en bolsa, presentaría un capital contable definitivamente negativo.

De ese tamaño es el reto de la compañía y del gobierno, que contará con menos recursos para apoyarla tras el impacto de la crisis sanitaria por COVID-19.

"La empresa debe más de lo que tiene en capital, la empresa está quebrada técnicamente", comentó. "Lo único que la hace viable es el apoyo implícito del gobierno de no dejarla quebrar y de cumplir sus compromisos de corto, mediano y largo plazo".

Este texto es parte del especial de la revista Bloomberg Businessweek México de 'Lo que viene en 2021.' Consulta aquí la edición fast de este número

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