Cuando compras o te regalan chocolates, aunque vengan en un caja bonita, regularmente tienen la misma forma y color, pero una emprendedora le dio un giro a lo anterior y prepara chocolates pintados a mano que parecen más un adorno que un dulce.
Susanna Yoon es la fundadora de Stick With Me Sweets, una chocolatería de lotes pequeños en el vecindario Nolita de Nueva York.
"Cada uno está especialmente diseñado para contar una historia. Dentro de las páginas de estas cajas bellamente diseñadas hay una historia dulce, contada en 6, 12 y 24 bocados", explica Yoon en la página oficial.
La empresaria concibe cada uno como un postre independiente, tiene sabores como té verde matcha y dulce de leche, y los remata con un acabado brillante y pintado a mano para que se vean tan bien como saben.
Los precios oscilan entre los 88 dólares por una caja de 24 piezas.
Estos chocolates son 'demasiado hermosos' como para comerse. Es el relleno el que los distingue: el sabor de nuez de Vero está hecho con nueces Elliot de Georgia y mezclado con caramelo de sal marina y praliné ( almendra garapiñada crujiente). Hay otro de pastel de merengue cítrico incluye una capa de flan, crema batida y una base de galleta graham delgada. El caparazón, una explosión de amarillo brillante cubierto de bolas verdes.
Competencia
● Uno de los primeros chocolateros de colores fue Jacques Genin, que ha estado vendiendo chocolates pintados a mano en su tienda de París, diseñada como una tienda de cosméticos chic, durante casi una década. Una caja de nueve piezas cuesta 14 dólares.
● En Nueva York, el chef Gabriel Kreuther vende dulces de azafrán y jazmín con un toque pictórico. A 3.25 dólares cada uno.
● La tienda de San Francisco de Christopher Elbow ofrece colecciones gourmet de chocolate, que incorporan los ingredientes de la temporada, la pieza cuesta 2.50 dólares.