Los inversores han padecido mucho últimamente, desde el apocalipsis de la semana de Navidad hasta el "volmagedón" o intensa volatilidad del año pasado. Ahora verán si pueden sobrevivir a una nueva amenaza: los unicornios desbocados.
Es una cuestión de resiliencia. ¿Aguantarán los mercados cuando su frágil superficie sienta el peso de esos cascos? Los datos de Bloomberg muestran que las ventas de acciones aumentarán en 2019, un diluvio de títulos valores con el potencial de agregar más estrés a la racha alcista más larga de la historia.
Hace tiempo que nadie se preocupa por la dilución de las acciones y, de hecho, lo que suceda este año será apenas una gota en el océano al lado del valor general del mercado, el volumen diario negociado o el volumen de recompras. Sin embargo, en un mundo donde las valoraciones están altas y el más mínimo indicio de problemas puede provocar el pánico, la llegada de compañías valoradas en decenas de miles de millones de dólares parece una receta para la volatilidad.
"Los ciclos terminan cuando todo se ve bien, salvo el momento en el que la oferta supera la demanda", aseguró Michael Shaoul, director de Marketfield Asset Management LLC. "Eso fue verdad en el año 2000 con la tecnología, fue cierto también en 2005 con la vivienda, fue cierto en 2008 y luego otra vez en 2011 con los commodities".
De acuerdo con los datos compilados por Bloomberg a partir de información generada por Dealogic y Goldman Sachs, se prevé que la oferta total de nuevas ofertas públicas iniciales (OPI) en Estados Unidos como porcentaje de la capitalización bursátil del S&P 500 casi doble el promedio de los últimos cinco años.
Un aumento de ese calibre sería el mayor observado desde al menos 1995, y más de tres veces la variación anual promedio durante el periodo.
Mires donde mires, los unicornios están inquietos. Desde las empresas de viajes compartidos Uber y Lyft hasta el servicio de alquiler de viviendas Airbnb, 2019 verá a muchos gigantes debutar en bolsa. Descubrir si los mercados podrán soportar esto se reduce a economía básica, un ejercicio de oferta y demanda.
Preguntarse si hay suficiente apetito de riesgo para esas OPI es una cosa. Una pregunta mucho más grande es cómo ese diluvio de acciones afectará al mercado en general.
Para Shaoul, el problema es tanto la oferta de acciones como los excesos que puedan presentarse, luego de dos años en los que las cinco compañías FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google) agregaron un billón 500 mil millones de dólares a su valor y dos alcanzaron valoraciones nunca antes vistas en el mercado estadounidense. Aunque la llegada de otro tropel de gigantes vinculados a internet no condene el rally alcista, es otra cosa por la que preocuparse.
"No tenemos una bola de cristal que nos diga que haber tenido compañías de miles de millones de dólares cotizando en el Nasdaq fue el punto álgido, pero ciertamente pudo haberlo sido", señaló Shaoul. "La caída bursátil de octubre y diciembre se concentró alrededor del sector tecnológico de Estados Unidos de una manera en que no lo había hecho ninguna otra venta masiva".
Goldman Sachs estima que el valor de las OPI en Estados Unidos alcanzará los 80 mil millones de dólares este año, el doble del promedio anual desde 1990. Para llegar a ese pronóstico, la firma toma en cuenta seis unicornios tecnológicos que podrían cotizar en bolsa cuya valoración combinada totaliza 150 mil millones de dólares. Si el 20 por ciento de eso llega a los mercados públicos, el valor de las OPI tecnológicas, por sí solo, podría ser de 30 mil millones de dólares, apenas por debajo del promedio anual. Luego están el resto de las OPI.
"En general, la actividad OPI se intensifica hacia el final del ciclo cuando las compañías buscan valoraciones a múltiplos altos", escribieron en una nota estrategas de Goldman en noviembre.
Tomemos 2007 como ejemplo, justo antes de la crisis financiera. Según Dealogic, ese año unas 290 nuevas empresas salieron a bolsas estadounidenses con un valor combinado de 65 mil millones de dólares. Esas cifras fueron las más altas desde 2000. Antes del desplome de las punto com, las OPI registraron un aumento durante años, con un valor que superó los 100 mil millones de dólares en 1999 y 2000.
Parte de la razón por la cual la estimación de este año es tan alta se debe a la madurez de las empresas y las altas valoraciones. No es inconcebible que Uber alcance los 120 mil millones de dólares, Lyft podría valuarse en hasta 30 mil millones de dólares y la más reciente valoración de Airbnb la ubicó en 31 mil millones de dólares. La última vez que tres empresas tecnológicas estadounidenses con una valoración por arriba de los 10 mil millones de dólares debutaron en bolsa en el mismo año fue en el 2000.
Para Kathleen Smith, fundadora de Renaissance Capital, una firma proveedora de investigación institucional centrada en las OPI y los fondos cotizados, existe una posibilidad de que el monto de este año exceda la estimación de Goldman. ¿Podría esa colocación de acciones impactar al mercado y causar volatilidad? "Sin ninguna duda", dijo.
Hay algunas cosas que no auguran una acogida ordenada, entre ellas los cambios en el mercado desde la burbuja de las punto-com, dice Smith. Uno de esos cambios es el crecimiento de la inversión pasiva y la disminución de la gestión activa, que elimina a compradores potenciales. Hoy los inversores individuales no participan tanto en las OPI como hace 20 años, y los mercados privados (fuera del mercado de valores) se han disparado.
"Si nos fijamos en lo que se necesitó para tener un sólido mercado de ofertas públicas iniciales, ahora no tenemos muchas de esas dinámicas", advierte Smith. "Además tienes el problema adicional de toda esta oferta. Y estamos en un mercado muy diferente. ¿Dónde está la demanda?".
Al mismo tiempo, las últimas convulsiones del mercado plantean una pregunta para todas esas gigantes no cotizadas: ¿por qué esperaron tanto? Después de todo, entre 2015 y 2017, el VIX, el índice de volatilidad del CBOE, promedió entre 14.5 y 25 por ciento por debajo del promedio a largo plazo.
No obstante, la emisión de ofertas públicas iniciales fue la más lenta en años.
"Estamos en una dinámica diferente y el mercado acaba de salir de una terrible corrección", dijo Smith. "Me asombra que todas estas compañías hayan permanecido fuera de la bolsa por tanto tiempo. Como diría mi madre: 'Necesitas que te examinen la cabeza para no salir al mercado en 2017'".
El tira y afloja entre la gestión pasiva y la activa está por alcanzar un punto de inflexión en 2019, pues todo parece indicar que para fin de año los fondos pasivos tendrán más activos que los fondos activos. Y aunque los fondos cotizados (pasivos) pueden incorporar en sus tenencias a empresas de reciente debut bursátil, a menudo tardan más en hacerlo. Un ejemplo es Spotify Technology S.A. que se estrenó en bolsa en abril pasado, de más de mil 500 fondos cotizados que se negocian en Estados Unidos, solamente el uno por ciento tiene acciones de Spotify, de acuerdo con datos compilados por Bloomberg.
Si el mercado se indigesta de esas OPI, podría ser mal augurio para los precios de las acciones. Por lo general, a los inversionistas les gusta voltear a ver compañías similares, que ya cotizan, para darse idea de la valoración adecuada. Si el mercado es más bajo, las OPI tendrán un precio más bajo. Por otro lado, si un inversor en un sector similar quiere comprar acciones de una empresa recién cotizada pero no tiene dinero extra para hacerlo, podría vender acciones que ya posee para hacerle hueco a las nuevas.
"Es un poco como una profecía autocumplida porque va a ejercer una presión a la baja en las empresas comparables, lo que potencialmente ejerce una presión a la baja en la valoración de la propia OPI", explicó Erin Browne, directora gerente y gerente de cartera para asignación de activos en PIMCO. "El exceso de oferta en los mercados puede ser un obstáculo para los mercados globales de renta variable, pero en Estados Unidos eso se ve menos. Debido a la profundidad del mercado estadounidense, este puede manejar una oferta bastante robusta siempre que las condiciones económicas sean muy sólidas y los mercados de acciones vayan bien".
La perspectiva de que el PIB de EU crezca 2.5 por ciento este año y que las ganancias 6.7 por ciento, da razones para el optimismo. Pero luego de sentir las pisadas de un mercado bajista en diciembre y, pese al posterior repunte, el nerviosismo se mantiene.
"Todo cambió en el cuarto trimestre de 2018, ahora el sentimiento parece ser mucho más frágil en torno a estas preocupaciones sobre las cosas macro. Así que veremos si realmente afecta la actividad de las OPI", dijo David Ethridge, líder de servicios de OPI para Estados Unidos en la consultora PricewaterhouseCoopers. Pero incluso si se llegara a materializar una irrupción de unicornios en la bolsa, "cuando miro eso y pienso en el impacto real sobre el mercado más amplio, pienso en un efecto de onda en lugar de una marejada".