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Los estadounidenses no conocen el informe completo de Mueller, pero han visto suficiente. La advertencia que hice en la Convención Nacional Demócrata de 2016, sobre que Donald Trump no es apto para el cargo, es más clara que nunca.
El informe encontró que el gobierno ruso interfirió en las elecciones de 2016 de manera "radical y sistemática" para dañar la campaña de Hillary Clinton y beneficiar a Trump. Y aunque Mueller no estableció una conspiración criminal entre los agentes rusos y el mandatario, sí halló un patrón espantoso de conducta que no corresponde a un presidente estadounidense.
La campaña de Trump ideó una estrategia de comunicaciones para explotar el sabotaje ruso, según el informe, y el propio candidato indicó a un asistente que había sido informado de una próxima filtración de información robada.
"Varias personas afiliadas a la campaña de Trump mintieron al Congreso acerca de sus interacciones con personas afiliadas a Rusia y asuntos relacionados", informa Mueller. "Esas mentiras perjudicaron materialmente la investigación de la interferencia electoral de Rusia".
El propio Trump se negó a ser entrevistado y proporcionó respuestas "inadecuadas" a las preguntas escritas de Mueller, invocando variaciones de la declaración "No recuerdo" más de 30 veces.
La obstrucción de la justicia sigue siendo perturbadora y muchas de las acciones del presidente ya son familiares. Pero el informe también muestra los esfuerzos alarmantes de Trump fuera del foco de atención para interferir con e incluso terminar el trabajo de Mueller.
El Congreso de EU debe asegurarse de que la decisión de Mueller de no presentar cargos por conspiración no se considere un precedente legal para futuras prácticas de campaña. La asistencia extranjera en comicios, especialmente proveniente de una nación hostil, está expresamente prohibida en EU.
Se necesita una nueva legislación para proteger las campañas y los sistemas de votación contra futuros ataques.
Sin duda, algunos legisladores también considerarán el juicio político. Dada la mayoría republicana en el Senado, tal esfuerzo no tendría posibilidades de éxito. Incluso podría mejorar las perspectivas políticas de Trump.
En cualquier caso, el juicio político en este punto no debería ser necesario. El pueblo estadounidense tendrá la oportunidad de emitir el veredicto que considere adecuado en las elecciones de 2020.