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Negociar no puede ni debe ser una opción para Venezuela

México y Uruguay se han ofrecido para mediar entre Nicolás Maduro y Juan Guaidó, pero esto podría prolongar el conflicto en lugar de resolverlo.

La postura que ha adoptado México frente a la crisis del país sudamericano afecta el impulso internacional contra Maduro. En la crisis de Venezuela muchos buscan un camino intermedio. Para evitar la guerra civil, dicen, la oposición y el dictador deben dialogar.

México y Uruguay se han ofrecido para mediar en el conflicto entre Nicolás Maduro y Juan Guaidó, a quien la mayoría del Hemisferio Occidental considera el presidente de Venezuela. Grecia también apoya las negociaciones. El propio Maduro señaló que se sentaría a conversar con Guaidó y aceptaría nuevas elecciones para la Asamblea Nacional.

No obstante, esta manifestación de conciliadores está minando la democracia venezolana y corre el riesgo de prolongar el mismo conflicto que buscan resolver. Vale la pena explicar cómo y por qué.

La internacionalización del conflicto en Venezuela ignora las fuertes razones constitucionales por las que Maduro es ilegítimo. La Corte Suprema en el exilio ha guiado a Guaidó desde el 9 de enero, cuando el primer mandato de Maduro expiró y dejó la presidencia vacante. Guaidó invocó la cláusula de la Constitución que establece el papel que debe desempeñar la legislatura cuando la presidencia está vacante. La clave es que la elección simulada de Maduro, que fue ampliamente deplorada como ilegítima por la mayor parte del hemisferio, no lo hizo presidente.

En este punto simplemente no puede ni debe haber negociación.

Cualquier "diálogo nacional" solo favorecería a Maduro. Esta no es la primera vez que finge estar dispuesto a comprometerse cuando se enfrenta a una protesta generalizada. Eso fue lo que sucedió en la primavera de 2017, después de que la Corte Suprema, cuidadosamente seleccionada por Maduro, disolviera efectivamente la Asamblea Nacional y asumiera sus poderes.

Un proceso de paz internacional para Venezuela en este momento socavaría el impulso que se desarrolla contra Maduro.

Varios países europeos ya se unieron a EU, Canadá y la mayor parte de América Latina para reconocer a Guaidó.

La cascada de democracias también envía un mensaje a los militares venezolanos. Es revelador que Maduro no diera la orden para dispersar a las masas de manifestantes con violencia. Eso indica que él sabe que la mayoría de su ejército no lo seguiría.

Esta es la razón por la cual el enfoque de Trump, seguir el liderazgo de Guaidó y la Asamblea Nacional, es lo mejor. En este punto, la única discusión con Maduro es cómo y cuándo dejará el cargo.

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