Estados Unidos se beneficia del elevado estatus del dólar en el comercio internacional, para empezar, tiene la facilidad de obtener préstamos más baratos. Por ello la divisa estadounidense enfrenta desde hace tiempo aspirantes a competidores. El euro se creó en parte para debilitar su dominio, y China ha impulsado el uso más extendido del yuan. Pero ninguna de las dos monedas ha desbancado al dólar de su posición. Según datos que se remontan a 1989, el dólar no ha perdido cuota en las reservas de moneda extranjera de los bancos centrales, en el comercio de divisas ni en los pasivos transfronterizos del sector bancario. De hecho, su participación en la deuda emitida en moneda extranjera ha crecido.
Sin embargo, los desafíos no han desaparecido. Están las monedas digitales, como la criptomoneda Libra proyectada por Facebook, y las guerras comerciales y las políticas aislacionistas del presidente Trump, que han dado a otros países un empujón para buscar alternativas. Europa, por ejemplo, está tratando de esquivar las sanciones de EU contra Irán mediante el establecimiento de un sistema de pago alternativo que no dependería del dólar.
Pero analistas y economistas dicen que los posibles sustitutos del dólar presentan problemas más grandes que el statu quo. "El dólar no tiene que ser el mejor, solo tiene que ser el menos malo", explica Paul Sheard, investigador de Harvard y execonomista jefe de S&P Global.
"China sigue siendo un país comunista en transición lenta. Los europeos reconocen que la unión monetaria sigue siendo un proyecto en desarrollo. Tomará décadas para que cualquiera de ellos llegue a ser una alternativa real". Debido a las sanciones impuestas por EU, los bancos centrales de Rusia e Irán han abandonado parcialmente sus tenencias denominadas en dólares. Empero, eso no ha servido de mucho para inclinar la balanza, especialmente porque gran parte de la diversificación se ha producido en forma de aumentadas reservas de oro. Y por ahora, el vehículo financiero especial creado por Europa para comerciar con Irán es solo para alimentos y medicinas y no ha logrado persuadir a Irán para que cumpla con el acuerdo nuclear que firmó en 2015.
Facebook, que tiene a casi un tercio de la población mundial como usuarios, es una fuerza formidable que ha trastocado muchos sistemas heredados. Sin embargo, en esta etapa Libra suena más como un sistema de pago alternativo que una nueva moneda. Visa Inc. y Mastercard Inc. están entre los patrocinadores iniciales del proyecto. Y el valor de la criptomoneda se basará en una canasta de monedas tradicionales. "Se necesita el respaldo del Estado para cualquier moneda legítima", dice Philip Suttle, execonomista del Banco de Inglaterra que ahora dirige su propia firma de asesoría. Es poco probable que los Estados permitan que Libra se convierta en un medio anárquico de intercambio mundial, especialmente si pone en peligro los esfuerzos contra el lavado de dinero. Y el apoyo de Visa y Mastercard no durará si el proyecto se topa con obstáculos regulatorios, afirma el analista de Morgan Stanley James Faucette.
Efectivamente, los ejecutivos de Facebook se estrellaron contra un muro de legisladores estadounidenses escépticos durante las audiencias a mediados de julio. Sherrod Brown, senador demócrata de Ohio, calificó el proyecto de la tecnológica como "delirante", y agregó: "Miren el historial de Facebook. Estaríamos realmente locos si les diéramos la oportunidad de experimentar con las cuentas bancarias de las personas".
En cuanto al euro y al yen, poseerlos tiene un atractivo limitado ahora porque los rendimientos de los bonos y las tasas de interés en la eurozona y Japón son muy bajos, en algunos casos negativos.
Y hay un problema adicional en Europa: "No hay un bono paneuropeo, el mercado de bonos del continente está fragmentado con muchos emisores diferentes, casi como el mercado de deuda municipal de Estados Unidos", critica Marc Chandler, estratega jefe de Bannockburn Global Forex.
El yuan es un retador relativamente nuevo ya que la economía china se ha convertido en la segunda más grande del mundo. Su presencia en las reservas, las transacciones globales y el comercio de divisas ha crecido de prisa, aunque desde una base muy baja. Hasta 2016, el Fondo Monetario Internacional ni siquiera desglosaba la cuota o participación del yuan en las reservas mundiales de divisas, incluyéndolo en la categoría genérica de "otras monedas".
Un obstáculo para el yuan es que las autoridades chinas controlan su valor, lo que hace que los actores del mercado desconfíen de él. "El yuan definitivamente desempeñará un papel más importante, pero en qué medida depende de qué tan rápido liberalicen su moneda", dice Fred Bergsten, director fundador del Instituto Peterson de Economía Internacional.
Por todo lo anterior, la mayor amenaza para el dólar tendría que venir del mismo Estados Unidos. Las políticas que pueden provocar una alta inflación podrían erosionar la confianza en la moneda, asegura Suttle. Eso podría suceder si Trump reemplazara al presidente de la Reserva Federal y llenara ese banco central con gobernadores que seguirían sus órdenes en su segundo mandato, o si lo mismo sucediera bajo un presidente demócrata populista. "La expansión fiscal financiada por la Reserva Federal podría hundir al dólar", dice Suttle.
Pero para que eso ocurra el Congreso tendría que aceptar tanto los nombramientos de la Fed como la expansión presupuestaria. El escenario más probable, cree Bergsten, es que el euro y el yuan se vuelvan más importantes en las próximas décadas, dando lugar a un régimen monetario multipolar. Aun así, el dólar probablemente mantendría su preeminencia. "Si Estados Unidos mete la pata en grande, y los europeos y los chinos hacen las cosas bien, y esas tres cosas ocurren al mismo tiempo, el dólar podría perder su primer puesto", dice Bergsten. "Pero no es una combinación que se dé fácil".