Jeff Bezos anunció el lunes que aportará 10 mil millones de dólares para salvar el planeta. Su publicación de 130 palabras en Instagram no aportó muchos detalles, pero todavía hay mucho que podemos decir en función de lo que sabemos.
Este no es el primer gran anuncio climático de Bezos, por supuesto. En septiembre, el hombre más rico del mundo comprometió a Amazon a "alcanzar emisiones netas cero para 2040". Ese anuncio se produjo después de meses de protestas de los empleados que desean que la compañía haga más sobre el cambio climático, especialmente en comparación con colegas tecnológicos como Microsoft y Google.
Bezos Earth Fund será diferente del fondo Breakthrough Energy Ventures de mil millones de dólares liderado por Bill Gates, que busca realizar inversiones que generen retornos. En cambio, Bezos quiere hacer donaciones a científicos, activistas y ONG. Eso cambia el juego en la filantropía climática.
Solo mira el tamaño del fondo. El total donado a causas relacionadas con el clima en Estados Unidos, que constituye la mayor parte de las donaciones globales, es de aproximadamente 500 millones de dólares anuales, dice Noah Deich, director ejecutivo de Carbon 180, una ONG enfocada en la eliminación de carbono. Incluso si Bezos entregara su suma durante un período de 20 años, probablemente duplicaría las donaciones por la causa. Eso le da a Bezos el poder de influir fuertemente en la dirección que toman las filantropías climáticas en su conjunto.
Pero desplegar todo ese dinero de manera efectiva será difícil, incluso si Bezos emplea un ejército de expertos en clima. El modelo de mega-filantropía viene con límites. En su libro reciente, Winners Take All , el escritor Anand Giridharadas sugiere que la donación multimillonaria mejor intencionada probablemente tenga impacto solo en los márgenes.
Otro problema potencial es que no hay muchas organizaciones que puedan hacer un buen uso de tan grandes sumas de capital, dicen expertos en el tema. A modo de comparación, el Fondo de Defensa Ambiental y Sierra Club, dos de las organizaciones ambientales más grandes de Estados Unidos, gastan alrededor de 200 millones y 85 millones de dólares anualmente.
¿Qué pasa con la investigación científica? Donar una parte del fondo para investigación podría encajar con el pensamiento de Bezos detrás de la empresa espacial Blue Origin, específicamente en el punto de que la Tierra es un jardín que debemos proteger moviendo las industrias al espacio.
Si, en cambio, Bezos está pensando en apoyar soluciones climáticas vinculadas a la Tierra, solo tiene que voltear a ver a Gates, que ha apoyado empresas durante años que aún no han hecho una gran mella en la curva de emisiones.
Pero al final, la mayoría de los expertos con los que hablé dicen que el uso más efectivo del dinero de Bezos podría ser en política. La publicación en Instagram dice que está interesado en donar a "activistas". Pero en última instancia, los gobiernos tienen más poder que nadie para doblar la curva de emisiones a través de la legislación y la regulación. Incluso más que un hombre cuya riqueza se estima en 130 mil millones de dólares según el índice de multimillonarios de Bloomberg . Poner en el poder a políticos respetuosos con el clima en EU y en todo el mundo podría ser la mejor manera de hacerlo.
Esa es una manera "directa y poco sofisticada" de tratar de volver a encaminar al mundo, dice Noah Kaufman, economista de clima y energía del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia.
Y probablemente costaría mucho menos de 10 mil millones de dólares.
*Akshat Rathi escribe el boletín Net Zero sobre la intersección de la ciencia climática y la tecnología libre de emisiones.