El asesinato de más alto perfil hasta ahora ha sido atribuido al régimen del dictador de Chile, Augusto Pinochet, que estuvo en el poder de 1973 a 1990.
Después de una investigación de 18 años, un juez dictaminó el miércoles que el expresidente Eduardo Frei Montalva fue envenenado por médicos militares durante una operación hospitalaria, en 1982, y posteriormente se ocultó la autopsia para evitar la culpabilidad.
El expresidente Feri Montalva es el oficial de más alto rango entre los más de 3 mil 65 muertos y desaparecidos de la dictadura.
Frei fue asesinado porque representaba a la oposición moderada en un momento en que la economía se había derrumbado, el desempleo estaba aumentando y la gente se había atrevido a comenzar a protestar nuevamente después de nueve años de dictadura. Como fundador del Partido Demócrata Cristiano, Frei no podía ser desestimado como un radical de izquierda dedicado al derrocamiento violento de la dictadura. Por ende, Pinochet no podía permitirse estar vinculado a su muerte.
"La muerte de Frei dejó a la oposición de Pinochet sin líder en un momento clave", señala Luciano Foullioux, el principal abogado del Partido Demócrata Cristiano en la causa. "Este fallo es un punto de inflexión: redefinirá la relación de los partidos políticos con las fuerzas armadas y reescribirá la historia política de este país".
Frei Montalva fue operado de una hernia por un equipo de médicos en los que confiaba, de acuerdo con los documentos judiciales presentados por la fiscalía. La operación fue un éxito, pero días después regresó a la clínica diciendo que todavía tenía algo de dolor. Fue operado de nuevo por un equipo diferente de médicos, algunos de los cuales pertenecían al ejército.
Los doctores administraron dosis pequeñas pero múltiples de medicamentos que contenían talio y gas mostaza, según los documentos. Estos químicos debilitaron su sistema inmunológico y lo indujeron a un shock séptico que causó su muerte.
Las seis personas acusadas del asesinato de Frei o como cómplices del delito fueron declaradas culpables y recibieron penas de prisión de entre tres y diez años.