"Estamos aquí para ayudarles a comprender los datos que Uber tiene", señaló Nick Pailthorpe, un exinvestigador de la Policía Metropolitana de Reino Unido que ahora trabaja para la compañía de transporte compartido y que en una fría mañana de enero conversaba en la sede de la policía nacional holandesa en Utrecht.
Lo invitó a hablar uno de sus colegas, quien recibió ayuda de Uber Technologies Inc. para identificar la dirección IP de un sospechoso.
Los agentes, jefes de departamento de equipos de ciberseguridad en Holanda, se reúnen cada mes para discutir estrategias para acabar con el cibercrimen en el país.
Las diapositivas de Pailthorpe no provocaron mucha respuesta hasta que explicó cómo Uber intentó ayudar a las autoridades parisinas tras los ataques terroristas de noviembre 2015, en donde murieron 130 personas.
Un conductor de Uber, contó, pensó que un usuario era un terrorista involucrado en el incidente. Otra diapositiva mostró la habilidad de Uber para rastrear al conductor en Christchurch, Nueva Zelanda, acusado de violación. Los detectives empezaron a ver el potencial.
"¿Quieres decir que guarda direcciones? ¿Puedes ver cuántas personas bajaron en una ubicación?", preguntó un policía. Pailthorpe respondió con cautela, "Tenemos que comprender la investigación y saber que todo lo que compartimos es legal y proporcionado".
Uber no es precisamente sinónimo de la ley y el orden. Se ganó una turbulenta relación con las autoridades en muchos mercados globales (incluso en Holanda, en donde una serie de accidentes fatales que involucraron a sus conductores ocasionó que activistas exigieran que se prohibiera el servicio) en parte por un historial de negarse a difundir evidencia de abusos de conductores y otros crímenes. Al menos dos docenas de veces, según Bloomberg Businessweek, la sede de Uber en San Francisco desconectó sistemas remotamente en oficinas extranjeras para proteger archivos de registros policiales.
Pero conforme la compañía se adapta a su nueva vida en la bolsa, quiere que los policías estén de su lado. El equipo legal global de Uber creció y ahora tiene más de 70 miembros. En 2018, cooperaron con 300 agencias en 51 países y construyeron relaciones con la policía para facilitar compartir información.
Con 3 millones de conductores realizando 15 millones de servicios diario, la compañía tiene un tesoro escondido de datos (ubicaciones GPS, licencias de conductor, teléfonos, números de tarjetas de crédito, información del vehículo y seguro) y utiliza software de reconocimiento facial que puede dar a conocer apodos. En 2018, los desarrolladores de la app introdujeron un botón de emergencia que comunica directamente a los usuarios en Estados Unidos y partes de México con el 911.
La tecnología le da a las autoridades actualizaciones de GPS cada 10 segundos, que significa que los operadores no tienen que triangular llamadas de 911 a través de las torres de celulares. Uber también implementó una característica que permite que amigos o familiares sigan el viaje y ha comenzado a borrar direcciones de las apps de los conductores cuando termina un viaje.
El equipo legal de Uber, que se encarga de pesquisas a crímenes que van desde robos hasta tráfico humano, está dividido en cuatro oficinas, la más grande en Ámsterdam (dos más están planeadas para Brasil y México) y recibieron más de 400 peticiones de información en 2015; en 2017 ese número aumentó a 14 mil 275.
Uber aplica la ley estadounidense en las peticiones de información de agencias de Norteamérica y, en la mayoría de los casos, la ley holandesa para las peticiones internacionales.
Llegan llamadas de todos los países en donde Uber tiene presencia y los equipos contactan a la policía cuando hay crisis. El 3 de junio de 2017, durante el ataque terrorista en el Puente de Londres, la compañía estableció una reja geográfica alrededor del área para evitar más servicios, limitando las opciones de huida de un posible sospechoso.
Uber también asistió durante el tiroteo en la escuela Parkland de Florida del 14 de febrero de 2018, al alertar al Departamento de Policía del condado Broward de que el supuesto agresor había tomado un Uber a la escuela. "Uber cooperó mucho y respondió rápidamente a las necesidades de nuestros detectives al darles información que rápidamente impulsó la investigación", escribió una vocera del departamento en un email.
Uber es proactivo al involucrarse con la policía comparado con otras tecnológicas. "Movemos a las personas en un espacio real en tierra. Estamos físicamente en la comunidad. Nuestra huella es diferente, así que necesitamos una estrategia diferente", afirma Mike Sullivan, jefe legal a nivel global de Uber.
Pero la compañía también tiene antecedentes de mal uso de datos. En septiembre acordó pagar 148 millones de dólares en acuerdos relacionados con una violación de datos a gran escala que expuso información personal de más de 25 millones de usuarios en Estados Unidos. Entre otros escándalos se encuentran uno en el que información de conductores fue analizada para determinar las ciudades con más encuentros sexuales de una noche, datos que fueron publicados en un blog interno y luego hechos públicos. "Uber no tiene el mejor historial de mantener la información privada", aclara Wendy Seltzer, abogada afiliada con el Centro de Internet y Sociedad Berkman Klein en Harvard. "La gente que se registra en Uber deberá saber que su información... puede usarse en una investigación policial".
La policía abarca mucho cuando investiga un crimen y los usuarios que no tienen nada que ver con la ofensa pueden quedar atrapados en la petición de información. Ese cliente en París, por ejemplo, era un empresario internacional cuyo viaje simplemente fue igual a los movimientos de algunos de los terroristas en los ataques.
Al final de su presentación, Pailthorpe abrió su mochila y sacó una bolsa de monedas de desafío, que miembros del ejército y policía comparten como señal de camaradería. "Ahora tengo monedas de alrededor del mundo", mencionó mientras los detectives tomaban las monedas de Uber. Las piezas tienen el logo negro de Uber al frente y la frase en latín en la parte de atrás Aedificium Relationes Ubique, que se traduce vagamente en "construyendo relaciones en todas partes".