La Asamblea General de las Naciones Unidas confirmó a Antonio Guterres para un segundo mandato como secretario General del organismo mundial, que enfrenta desafíos como la profundización de las desaveniencias entre Estados Unidos y China y la pandemia de coronavirus que afecta a zonas del mundo en desarrollo.
La decisión de este viernes, adoptada por aclamación sin votación nominal, se esperaba después de que el Consejo de Seguridad diera su respaldo a principios de este mes a otro mandato de cinco años para el exprimer ministro de Portugal, de 72 años.
“Soy muy consciente de las inmensas responsabilidades que me confían en un momento tan crítico de la historia”, dijo Guterres tras la reunión de la Asamblea General. “La pandemia ha puesto de manifiesto nuestra vulnerabilidad compartida, nuestra interconexión y la absoluta necesidad de acción colectiva”.
Además de centrarse en la pandemia, Guterres pretende utilizar su segundo mandato para seguir haciendo hincapié en la lucha contra el cambio climático. En mayo, Guterres sostuvo que los países deben dejar de lado las políticas centradas únicamente en el crecimiento económico, que, según él, han alimentado la desigualdad y la degradación del medio ambiente.
Al felicitar a Guterres, la embajadora de EU, Linda Thomas-Greenfield, expuso en un comunicado que el nombramiento es un testimonio del “liderazgo del Secretario General para abordar los crecientes desafíos del mundo”, desde la pandemia y el cambio climático hasta “el hambre y la migración masivas, los abusos de los derechos humanos y las crisis humanitarias”.
‘Pase libre’
Pero algunos grupos de defensa de los derechos humanos han dicho que Guterres ha evitado criticar a los poderosos Estados miembros de la ONU.
“Ha condenado a países como Birmania y Bielorrusia”, señaló Louis Charbonneau, director de Human Rights Watch en la ONU, en un comunicado. “Pero China no debería obtener un pase libre en forma de ‘diplomacia privada’ por sus crímenes contra la humanidad en Sinkiang. Tampoco debería Rusia por su apoyo a las atrocidades del Gobierno sirio”.
Guterres enfrentó poca oposición para la reelección, aunque algunos críticos dijeron que ya era hora de que la ONU nombrara a su primera secretaria general. Varios otros candidatos presentaron solicitudes, pero solo Guterres fue nominado por un Estado miembro de la ONU, como se requería.
Guterres asumió el cargo en enero de 2017 justo cuando Donald Trump se convirtió en presidente de EE.UU. y prometió una política exterior de “EU primero” que amenazaba con ponerlo en conflicto directo e inmediato con la ONU. Sin embargo, como jefe de la ONU, Guterres inicialmente encontró una causa común con la Administración Trump en los esfuerzos por reducir las costosas e ineficaces misiones de mantenimiento de la paz.
La relación se volvió más tensa luego de que EU criticara y luego se retirara de organismos de la ONU como el Consejo de Derechos Humanos y la Organización Mundial de la Salud (OMS).