Estados Unidos se está preparando para intensificar sus quejas de que las políticas energéticas favorables al estado de México violan el tratado de libre comercio de las naciones, dijeron personas familiarizadas con el asunto, una medida que podría exacerbar las tensiones entre los gobiernos de los países.
La oficina de la Representante de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai, ha estado trabajando en las últimas semanas en una solicitud de consultas formales en virtud del Acuerdo entre EU, México y Canadá y discutiéndola con otras agencias, según las personas, que pidieron no ser identificadas sin permiso para hablar en público. El momento de la solicitud aún se está determinando, dijeron las personas.
Según las reglas del T-MEC, dicha solicitud le daría a México hasta 30 días para aceptar programar consultas. Si después de 75 días no se llega a un acuerdo, Estados Unidos podría solicitar que un panel formal escuche los argumentos de las dos naciones. Si bien ese proceso se enfoca en lograr que México acepte acciones correctivas, los conflictos prolongados en última instancia pueden llevar a que EU imponga aranceles punitivos a las importaciones de México en el pacto comercial de dos años.
La oficina de prensa de USTR se negó a comentar. Un portavoz de la Casa Blanca no hizo comentarios de inmediato.
Una escalada ahora puede correr el riesgo de enojar al presidente, Andrés Manuel López Obrador, antes de una visita planificada a Washington en las próximas semanas, luego de que rechazó la invitación del presidente Joe Biden a la Cumbre regional de las Américas en Los Ángeles a principios de este mes.
López Obrador, conocido popularmente como AMLO, proviene del estado rico en petróleo de Tabasco y es un feroz defensor de las empresas nacionales de crudo y electricidad. La visita a la Casa Blanca se anunció hace dos semanas, el mismo día en que López Obrador dijo que no asistiría a la cumbre de Los Ángeles porque Cuba, Venezuela y Nicaragua fueron excluidas por motivos de democracia y derechos humanos.
La cooperación de México también es clave para abordar un aumento en la migración indocumentada que es una vulnerabilidad política para Biden de cara a las elecciones intermedias en noviembre.
López Obrador y la reforma energética de 2014
López Obrador es crítico desde hace mucho tiempo de una reforma promulgada bajo su predecesor en 2013-2014 que puso fin a casi ocho décadas de nacionalización de la energía. Desde que asumió el cargo a finales de 2018, ha trabajado para devolver a la empresa estatal de petróleo y gas Petróleos Mexicanos, conocida como Pemex, y a la eléctrica CFE su antiguo esplendor mediante la adopción de políticas que perjudican a los participantes del sector privado en la industria.
El acuerdo comercial USMCA, negociado principalmente por el gobierno mexicano anterior pero finalmente aceptado por López Obrador, buscaba en parte proteger a los inversionistas privados contra una reversión de la apertura de la industria energética.
Tras las repetidas quejas de decenas de legisladores, Tai advirtió en una carta de marzo a su homóloga mexicana, la ministra de Economía Tatiana Clouthier, sobre las preocupaciones de Estados Unidos de que se violarán las obligaciones fundamentales del T-MEC.
Las empresas de energía de EU continuaron enfrentándose a un trato arbitrario en México, con más de 10 mil millones de dólares en inversión de Estados Unidos en el país puesta en riesgo, gran parte en energía renovable, dijo Tai.
Tai dijo entonces que estaba considerando todas las opciones disponibles bajo el USMCA para abordar las preocupaciones.