El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo que recuperar Crimea, que fue anexada por Rusia en 2014, así como la región oriental del Donbás, ocupada durante mucho tiempo, son condiciones para poner fin a la guerra de nueve meses.
“Un simple alto el fuego no funcionará”, dijo Zelenski en una entrevista por video durante el Bloomberg New Economy Forum en Singapur. “A menos que liberemos todo nuestro territorio, no traeremos la paz”.
Recuperar todo el territorio de Ucrania reconocido internacionalmente implicaría ambiciones que van más allá de los logros militares rusos desde que comenzó la invasión en febrero. Después de que Rusia se hiciera cargo de Crimea hace ocho años, el Kremlin apoyó a las fuerzas separatistas en Donbás en un conflicto que escaló pese a una iniciativa de paz franco-alemana, ocupando efectivamente gran parte de las regiones de Lugansk y Donetsk.
La contraofensiva ucraniana desde el verano ha hecho retroceder a las fuerzas rusas en la región nororiental de Járkov y, más recientemente, en la región sur de Jersón después de que Moscú ordenara una retirada a través del río Dniéper.
A pesar de que el Ejército ucraniano recuperó más de la mitad del territorio que había perdido ante Rusia desde febrero, Rusia todavía ocupa grandes extensiones del sur y el este del país, además de la península del Mar Negro.
Crimea “no es solo un Estado dentro de un Estado, es parte de nuestro país y parte de nuestra soberanía”, dijo Zelenski. “Por lo tanto, la desocupación de Crimea y Dombás pondrá fin a la guerra”.
Aun así, después de la retirada a través del Dniéper y con ambos bandos atrincherándose antes de los meses de invierno, el camino a seguir será “difícil”, dijo Zelenski.
Zelenski no negociará con Putin
El líder ucraniano reiteró su mensaje de que no negociaría con el presidente ruso, Vladímir Putin, después de una serie de referendos para anexar territorio ucraniano adicional hace dos meses, que fueron rechazados por la mayor parte del mundo.
A medida que enfrenta reveses en el campo de batalla, Rusia cambia de táctica a una guerra aérea, lanzando bombardeos de ataques con misiles contra la infraestructura de energía de Ucrania y otros blancos civiles. Moscú disparó casi 100 misiles el 15 de octubre, el mayor ataque de este tipo desde que comenzó la invasión, dejando a millones de hogares sin electricidad.
La campaña de misiles casi desencadenó una gran escalada con la OTAN cuando un cohete cayó dentro de territorio polaco y mató a dos personas en el pueblo de Przewodów. La alianza militar y los líderes polacos determinaron que el ataque probablemente fue causado por la defensa aérea de Ucrania, restando tensión al incidente, aunque el Gobierno de Zelenski refutó la explicación.