La menor demanda por vehículos eléctricos ha desencadenado una guerra de precios tan brutal que incluso el gigante Tesla no se ha podido salvar. Sin embargo, para las empresas más nuevas en esa industria es una batalla por su supervivencia.
Los mediocres resultados trimestrales informados esta semana por empresas de vehículos eléctricos ponen de manifiesto una antigua preocupación: La rápida caída de los precios afectará sobre todo a los fabricantes más pequeños y poco rentables. Dos de los más grandes en ese grupo —Rivian Automotive Inc. y Lucid Group— registraron pérdidas mayores a lo previsto y destruyeron una asombrosa cantidad de dinero por cada vehículo que vendieron.
“Realmente no hay espacio para las nuevas empresas en este entorno. Las tasas son demasiado costosas para financiar el crecimiento y los márgenes no son lo bastante fuertes para atraer capital privado”, dijo Brian Mulberry, fund manager en Zacks Investment Management.
¿Cómo han sido afectados los fabricantes de autos eléctricos?
Las acciones de Rivian cayeron hasta un 10 por ciento el miércoles tras sus resultados, mientras que Lucid cayó un 1 por ciento el martes.
Ambas empresas se encuentran en una espiral descendente desde que colocaron acciones en bolsa en pleno apogeo de los vehículos eléctricos, el que coincidió con la pandemia del COVID-19.
Desde entonces, sus acciones acumulan bajas de más de un 90 por ciento en comparación con sus máximos históricos. Para el resto del grupo, el panorama es muy similar.
El crecimiento en las ventas de los autos eléctricos comenzó a ralentizarse a finales del año pasado, luego que se agotaran los “compradores entusiastas”, típicamente los primeros en comprar cualquier nueva tecnología.
¿Cómo le va a Tesla en el mercado de los autos eléctricos?
El consumidor general es más cauteloso, sensible a las altas tasas y preocupado por los problemas cotidianos de tener un auto de esta naturaleza, como acceso a un sistema de carga y el desplome en el precio de los modelos usados. Incluso Elon Musk ha dicho que la empresa se encuentra actualmente entre dos grandes olas de crecimiento.
Como resultado, los fabricantes comenzaron una implacable guerra de precios, con Tesla a la cabeza. Todo el mundo está sufriendo las consecuencias. Las ganancias ajustadas de Tesla llevan tres trimestres consecutivos de caída interanual, y los analistas estiman que volverá a caer en el segundo trimestre. Sin embargo, su posición dominante en el sector y su enorme pila de efectivo le dan la flexibilidad necesaria para seguir bajando los precios, algo que sus rivales no rentables no pueden permitirse.
“Los fabricantes de automóviles más grandes y bien financiados como Tesla, BMW, Mercedes y Porsche tienen la capacidad de utilizar el precio contra rivales más pequeños”, dijo el analista de crédito de Bloomberg Intelligence, Joel Levington. Es una amenaza creciente para empresas como Lucid y Rivian.
De hecho, advierte Levington, puede haber consecuencias nefastas: las quiebras de fabricantes podrían repuntar.
“La acumulación de vehículos eléctricos en los concesionarios de Estados Unidos y la asombrosa caída del 32 por ciento en los precios de vehículos eléctricos usados desde principios de 2023, sugieren que los fabricantes que elaboraron planes en torno a una trayectoria de crecimiento rápido ahora tienen un camino más difícil por delante”, escribió Levington en una nota el miércoles.
¿Cuáles son los fabricantes de autos eléctricos que corren más peligro?
Según su análisis, Fisker, Lucid, Rivian y Aston Martin Lagonda Global Holdings Plc serían los fabricantes de automóviles más en peligro.
Los problemas ya se ven. Fisker suspendió la producción y ha dicho que podría declararse en quiebra. Su filial austriaca inició esta semana el procedimiento de insolvencia. Otras empresas en problemas financieros son Lordstown Motors Corp, la filial británica de Arrival SA y el fabricante de autobuses eléctricos Proterra Inc.
Mulberry de Zacks dijo que espera ver cierta consolidación en la industria, pero hasta que eso suceda, las empresas de menores márgenes como Fisker colapsarán “bajo el peso de las tasas de interés más altas apretando la demanda”.