WASHINGTON DC.- Los pacientes en los Estados Unidos, están a un par de meses de no tener que preocuparse por la mayoría de las facturas médicas sorpresa, esos costos adicionales que pueden ascender a cientos o miles de dólares cuando las personas son tratadas sin saberlo por un médico u hospital fuera de la red, esta práctica dará certeza a los pacientes, pero perjudicará a los médicos.
“The No Surprises Act”, o la Ley No Sorpresas, que entra en vigencia el próximo 01 de enero, prohíbe a las aseguradoras cancelar esas facturas enviadas por los médicos o asociados externos a los pacientes y, en cambio, requiere que los proveedores de atención médica y las aseguradoras lleguen a un acuerdo entre ellos; normalmente este es un proceso que deja muchas veces a los pacientes malparados con su buró de crédito y una sola factura, con frecuencia menor a 100 dólares, consume del paciente al menos seis horas de conferencias telefónicas. El tiempo que las asistentes médicas utilizan, podría fácilmente ser más alto que esta cifra.
Algunos observadores han especulado que la ley tendrá la consecuencia involuntaria de cambiar los costos y generar primas de seguro más altas en los Estados Unidos. Pero también podría ralentizar el crecimiento de las primas de los seguros médicos.
La razón, dijo Katie Keith, miembro de la facultad de investigación del Centro de Reformas de Seguros de Salud de la Universidad de Georgetown, es que una nueva regla publicada el 30 de septiembre por la administración de Biden parece “poner un pulgar en la balanza” para desalentar los acuerdos por montos más altos de lo que generalmente pagan la mayoría de las aseguradoras por la atención dentro de la red médica de cada aseguradora.
Esa regla generó oposición inmediata de grupos de médicos y hospitales. La Asociación Médica Estadounidense lo calificó como “un regalo inmerecido para la industria de seguros”, mientras que el Colegio Estadounidense de Radiología dijo que “no refleja las tasas de pago del mundo real” y advirtió que depender tanto de él “provocará grandes cortes de imágenes -en procesos de imaginología-, y reducirá el acceso del paciente a la atención”.
La Ley No Sorpresas tiene como objetivo una práctica común: el envío de “facturas de saldo” grandes e inesperadas a los pacientes asegurados por servicios como tratamiento de emergencia en hospitales fuera de la red o mediante compañías de ambulancia aérea. Algunos pacientes reciben facturas incluso después de usar instalaciones dentro de la red porque reciben atención de un médico que no se ha inscrito en la red de una aseguradora.
Una vez que la ley entre en vigencia, “es completamente irrelevante si un médico de la sala de emergencias está en la red o no. A todos los efectos, ese médico está en la red. El paciente pagará los costos compartidos dentro de la red y hay un precio que el proveedor debe aceptar y la aseguradora tiene que pagar”.