Laredo, Texas.- “Mi corazón se divide en dos”, describe el venezolano Keiber Alexander Monzon refiriéndose a que mientras está en espera de su cita para solicitar asilo en Laredo, Texas, su esposa e hija se encuentran en Estados Unidos, y el resto de su familia, a quienes probablemente nunca volverá a ver, en Venezuela.
Cuatro años han pasado desde que Monzon fue obligado a salir de su país de origen por persecución política de parte del gobierno de Nicolás Maduro al ejercer su profesión como periodista.
“Creo que como periodista uno está para informar, no para ocultar, para eso uno ejerce su carrera como profesional para informar a los televidentes lo que esté sucediendo en tu nación y creo que lo que estaba intentando hacer el gobierno de Nicolás Maduro era privatizar las noticias, que los televidentes se enteren de la realidad, de lo que ocurre en su nación”, señaló.
El periodista y comunicador social trabajaba en un canal de televisión en Venezuela hasta que inició la censura en la empresa donde laboraba. Monzon, con alto sentido de la responsabilidad que implica la profesión, decidió renunciar para colaborar con el Partido Primero Justicia para tratar de hacer frente al régimen de Maduro desde esa trinchera, sin saber lo que esa decisión le causaría.
“Trabajaba con el Partido Primero Justicia en Caracas, Venezuela, por ello recibí dos audiencias en el Tribunal Mayor de Caracas, de los cuales salí ileso de mi audiencia para una tercera. El gobierno de Nicolás Maduro quería inculparme con el artículo 146 de nuestra Constitución como terrorismo, incitar al odio a la nación venezolana -por ejercer mi trabajo-”, explicó.
Fue entonces cuando tuvo que salir de su país para dirigirse a Ecuador y tratar de comenzar una nueva vida. Apenas hace cuatro meses llegó a México junto a su esposa e hija recién nacida, para seguir un proceso de solicitud de asilo en Estados Unidos que podría devolverle su profesión, calidad de vida y la posibilidad de poder ejercer su profesión sin temor a ser perseguido, encarcelado o peor, poner en riesgo su vida y la de los suyos.
Sin embargo, al estar en Ciudad de México, fue secuestrado por grupos criminales, y mientras eso ocurría, su esposa e hija continuaron su proceso de asilo y consiguieron llegar a Estados Unidos para ponerse a salvo en Detroit, Michigan, sin él. Desde entonces han pasado dos meses que Keiber no ve a su esposa e hija recién nacida.
“Toda mi familia está en Venezuela, en territorio venezolano, es algo que marca mi vida por completo, el separarme de mi familia, tener que dejar a los míos por un gobierno que te lo impide. Mi corazón se divide en dos porque al velar todos los días por mi madre es algo que me invade por completo, yo no puedo regresar a Venezuela mientras esté el gobierno actual que está gobernando mi país, mi corazón está en dos mitades, mi otra familia está en EU”, expresó.
La esperanza para Keiber en esta situación ha sido la medida recién implementada por el gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, a través de la cual solicitantes de asilo de países como Venezuela, Haití, Nicaragua y Cuba pueden solicitar de manera más sencilla una cita mediante la aplicación “CBP One” para agendar una entrevista en uno de los puertos fronterizos de EU con México y así exponer su caso.
Luego de buscar un “patrocinador” en territorio estadounidense que lo apoye económicamente para su estancia en EU, y completar todos los datos que el proceso exige, Monzon se encuentra en Nuevo Laredo, Tamaulipas, México, en un refugio temporal que brinda el gobierno de dicha ciudad, en espera de que le confirmen la fecha en que podrá acudir a su primera audiencia en Laredo, Texas.
“Creo que para muchos de los inmigrantes se nos hace más fácil con esta medida del gobierno de Joe Biden entrar de una manera legal a los Estados Unidos y de que nuestra vida no corra peligro por entrar de manera ilegal. Yo le deseo la mejor de las suertes a cada compatriota, a cada inmigrante que viene en este caminar, no es un camino fácil pero creo que tampoco es imposible, creo que con perseverancia y con mucha fuerza podemos lograr nuestro sueño”, argumentó.
Por el momento, para Monzon, sólo queda esperar a que las autoridades estadounidenses le brinden una cita para presentar su caso.
De acuerdo con las medidas de control fronterizo y procesos adicionales, seguros y ordenados que dio a conocer el Departamento de Seguridad Nacional -DHS, por sus siglas en inglés-, Estados Unidos aceptará 30 mil asilados mensualmente y este número podría crecer aún más si se cuenta con los fondos suficientes.