LAREDO, Texas.- A dos años de que la tormenta ártica Uri golpease a Texas con especial fuerza, y provocara fallas en todo el sistema de la infraestructura eléctrica del estado, que dejó aproximadamente a 4.4 millones de habitantes sin electricidad durante varias noches y más de 500 mil texanos permanecieron sin electricidad hasta 5 días más tarde, la ciudadanía tiene claro que se debe hacer un cambio hacia la energía renovable.
Frente a tal panorama y su alto costo que ascendió a 195 mil millones de dólares, la mayoría de los texanos apoya que se promueva el uso de la energía solar, así como otras fuentes alternas de electricidad en el país, esto de acuerdo con el informe de la encuesta publicada por la Escuela Hobby de Asuntos Públicos de la Universidad de Houston.
El estudio revela que el 64 por ciento de los encuestados está a favor de expandir la dependencia de EE. UU. de las plantas de energía solar; por su parte, 59 por ciento prefiere la independización de las plantas geotérmicas, y el 57 por ciento quiere la dependencia de las granjas de turbinas eólicas.
Por su parte, el 42 por ciento se mostró a favor de aumentar la dependencia de las instalaciones de energía nuclear, así como aquellas alimentadas con gas natural. El 41 por ciento también prefiere expandir la dependencia de los EE.UU. en el petróleo y gas convencionales.
Y si eso no fuera suficiente, el 90 por ciento de los texanos apoyan la legislación de medición neta que permitiría a los hogares y negocios con paneles solares vender a la red eléctrica cualquier energía adicional que generen por el mismo precio que la empresa de servicios cobra a los consumidores por esta. Aunado a ello, el 82 por ciento de los encuestados está de acuerdo en que haya incentivos fiscales para que propietarios de viviendas y compañías instalen paneles solares en los techos y baterías de almacenamiento.
Actualmente el estado de la estrella solitaria cuenta con un superávit presupuestario de $33 mil millones de dólares que podrían utilizarse en impulsar fuentes de energía alternativas.
La directora ejecutiva sénior e investigadora Renee Cross dice que, en general, existe un fuerte apoyo para usar algunos de esos fondos en energía alternativa.
“Ya sea que estemos hablando de energía solar o eólica, incluso plantas de energía de hidrógeno y represas hidroeléctricas. Dicho esto, vemos divisiones partidistas y generacionales. Texas tiene un legado energético establecido:, lidera la nación tanto en producción como en consumo de energía. Pero somos parte de la transición energética y la mayoría de los texanos en todos los ámbitos, más allá de las líneas partidistas, están apoyando fuentes de energía alternativas”, dijo.
Los datos de la escuela Hobby mostraron que los votantes republicanos y adultos mayores tienden a favorecer las fuentes de energía tradicionales, mientras que los demócratas y los votantes más jóvenes favorecen la energía alternativa.
Este estudio es uno de siete que la escuela hará sobre temas legislativos en referencia al resultado del superávit del presupuesto estatal. Así se conocerá con más claridad la opinión de los texanos y podrá ser tomada en cuenta por la legislación a la hora de decidir en qué gastar esos recursos.