Al sur de Coahuila, entre la sierra y el desierto, se encuentra un oasis que cautiva la mirada por su verdor. Rodeado de manantiales, el Valle de Parras fue el sitio que sedujo a los jesuitas hace 425 años, no sólo por su belleza natural, sino también por la calidad de sus suelos. Ahí encontraron uvas silvestres que transformaron en un vino ácido. Más de cuatro siglos después, la calidad de ese sitio para la producción vinícola sigue intacta.
En los últimos cuatro años la proliferación de vinícolas va al alza en toda la zona de Parras, pero también en otros nueve municipios, como San Buenaventura, Cuatrociénagas, General Cepeda y Saltillo.
Tienen algunos de los viñedos más altos del mundo, localizados a más de 2 mil 100 metros sobre el nivel del mar, donde hay pozos de aguas profundas que aseguran el cultivo de la vid, que crece sobre suelos calizos con veranos calientes e inviernos fríos.
"Esas variaciones de temperatura aseguran que la maduración de la uva sea la correcta y todo ello repercute en sabor", comparte David Mendel, presidente de la Asociación de Productores de Vino de Coahuila (Provico).
Recién llegado de la Feria Internacional de Turismo de España, en donde la asociación que representa fue galardonada por el impulso a la industria vinícola de la región con el Premio Excelencias Gourmet 2018, Mendel agrega que se trabaja para posicionar la Ruta del Vino, expandir la cultura de los caldos y mostrar las bellezas naturales de este destino.
"Somos la cuna del vino en América. El primer lugar donde se produjo fue en la Hacienda San Lorenzo que hoy es Casa Madero. A finales de año la Ruta del Vino debe estar terminada y planeamos un museo que estará en Parras", explica.
Sobre la razón por la que Coahuila no es tan conocida como región vinícola en el país, pese a producir etiquetas de calidad, Mendel sostiene que fue después de la fundación de Provico que los productores comenzaron a trabajar en conjunto.
Desde 2014 se han emprendido varias acciones como la negociación con la Universidad Tecnológica de Parras, que desde hace tres años imparte Enología como carrera técnica, para formar profesionales que trabajen en la industria. Ahora trabajan de la mano con la Secretaría de Turismo del estado para promover las vistas antes de que la ruta opere formalmente.
"Empezamos 12, ya somos 21 afiliados y vamos creciendo. Esto no sería posible sin la calidad de vinos que han triunfado en diferentes mercados internacionales como Inglaterra y Bruselas", refiere.
Entre las fortalezas de las etiquetas que se producen en la región destaca su nulo contenido de sodio, sal o azufre, que interfieran con el aroma o con el sabor. Las cepas que más se siembran son syrah y cabernet sauvignon.
Si desea visitar la región vinícola hay casas que ofrecen experiencias completas con catas, maridajes y recorridos por sus instalaciones para conocer sus procesos de elaboración, como Casa Madero, Don Leo, Rivero González, Hacienda del Marqués, San Juan de la Vaquería y Los Cedros, entre otras.
"En San Lorenzo se plantaron las primeras uvas, esas primeras plantas ya no producen, pero todas las parcelas aledañas sí y con excelente calidad; es una experiencia por descubrir", recomienda Mendel.