El famoso diseñador de interiores François Catroux se ha encargado de interiores de yates de Barry Diller, castillos de los Rothschild, un apartamento de David Geffen y ha diseñado casas para él mismo que igualan o incluso superan a las residencias de sus famosos clientes.
Uno de esos proyectos, un complejo de 4 hectáreas en Provenza, ha sido el lugar de vacaciones de él y su esposa Betty desde principios de los años noventa.
"Estaba más o menos en ruinas", señaló Betty Catroux. "No sé cuánto tiempo tomó [renovarla] pero François hizo todo, yo no hice nada".
Después de reflexionar, Catroux, que ha sido modelo y musa de gente como Yves Saint Laurent, fijó un cronograma de construcción de "unos dos años". Sin duda, agregó, "tomó bastante tiempo amueblarla".
Ahora la casa, los terrenos y todo lo que está dentro está a la venta por 11.5 millones de dólares. "Ahora François quiere ir al mar", comentó Catroux. "Compró algo cerca de Niza, así que allá vamos".
La propiedad consta de una casa de piedra del siglo XVI, que se divide entre cuartos principales y una sección separada para invitados. En total, mide casi 500 metros cuadrados y tiene nueve habitaciones.
Una casa para recibir invitados
"A François le gusta entretener", dijo Catroux. "A mí me gusta no tener a nadie en mi casa, así que dependía de él".
Catroux fue más allá y se definió a sí misma como "una horrible anfitriona".
"Cuando todos van a la piscina yo voy a mi habitación para evitar a mis invitados", admitió. "Pero por supuesto que todos están encantados, porque de todos modos nadie quiere ver al anfitrión". ¿Y quiénes eran estos huéspedes presumiblemente famosos? "No es muy elegante citar nombres y las personas que nos conocen, lo saben".
De todos modos, la casa está diseñada pensando en el entretenimiento. Hay una gran sala de estar con un techo abovedado y un piso de cemento incrustado con piedras de río.
Catroux explicó que la decoración es una mezcla de temas. "Es muy sobria, no es un escaparate. Puedes mirar las fotos y juzgar por su cuenta", precisó. "Sé cuando las cosas son hermosas y todo lo que hizo François es perfecto. Solo tengo que mirar a mi alrededor. Fui muy feliz y muy afortunada".
La propiedad
Entre las tantas mejoras realizadas, agregaron una enorme terraza al aire libre, un garaje para dos autos y una casa con piscina. Tal vez lo más impresionante es que la propiedad está cubierta de jardines con bojes, lavandas y flores, además cipreses, una cancha de tenis y amplias zonas de estar al aire libre.
Una vez más, Catroux rechazó recibir el crédito por los cuidados jardines. "Todo fue idea de François", indicó. "Quería que todo fuera verde y tenemos al jardinero más increíble trabajando con nosotros y durante años los ha mantenido a la perfección".
La finca se ubica en un entorno rural, pero está relativamente cerca de una variedad de ciudades y ofertas culturales. Se sitúa a 10 minutos a pie de la localidad de Lourmarin, que Catroux recuerda fue el lugar de nacimiento del escritor Albert Camus.
Pese que para ella el lugar es "un pedazo de cielo", Catroux no se arrepiente de vender la propiedad y todo lo que contiene.
"No tengo apego a lo material", aseveró.