Para purificarse y conseguir lucidez, los aztecas ayunaban. Cuando se iban a casar o había un acto importante preferían asistir a los templos dedicados al ayuno. Ello les conectaba a nivel espiritual con sus deidades, sin saber que también tenía un beneficio biológico. Prácticas como esa están plasmadas en el Códice Florentino.
La sociedad azteca creó un modelo de alimentación que por su efectividad ha sorteado el paso del tiempo, asegura la doctora Teresa Ochoa, académica del departamento de Salud de la Universidad Iberoamericana, quien encabeza un grupo de investigación sobre cómo mejorar la salud practicando ayuno.
"Los aztecas no fueron los únicos, civilizaciones tan importantes como los egipcios se dieron cuenta de sus beneficios, si bien es una práctica común en muchas culturas con fines religiosos y espirituales, también tiene una repercusión importante a nivel celular", agrega.
Miles de años han pasado y las investigaciones más recientes sobre el tema apuntan a que el ayuno puede ser de gran ayuda en el combate de enfermedades como diabetes, cáncer, hipertensión y artritis reumatoide.
Ochoa es nutrióloga y tiene un doctorado en Antropología Social, afirma que México aún está en pañales, respecto a adoptar el ayuno como apoyo en el tratamiento de esas enfermedades, pero en sociedades como la alemana, la seguridad social tiene años de recomendarlo y han obtenido buenos resultados, y señala al doctor Andreas Michalsen en el hospital Krakenhouse de Berlín, como pionero.
"Es un nuevo paradigma que está revolucionando la medicina, lo interesante es que sea ayuno intermitente, durante una semana hay que practicarlo dos días. El organismo optimiza las reservas de glucosa que tiene y el hígado utiliza los lípidos como reserva", explica la investigadora.
Ello funciona como un "reseteo" al cuerpo. Se induce un proceso a nivel celular que se llama autofagia, que es un estado que permite al organismo depurarse por sí mismo y durante 12 horas combate desechos metabólicos, virus y bacterias.
Incluso se ha demostrado que quienes lo practican ganan lucidez y aumentan endorfinas que aportan viveza y felicidad, al tiempo que mejora su capacidad cognitiva. Se debe practicar durante las horas de sueño, se deja de comer y beber cualquier tipo de líquido a las 22:00 horasy se reactiva la ingesta de alimentos a las 10 am del día siguiente.
"Para conseguir mejor salud, lo más importante es tener disposición y constancia y solo se recomienda en personas clínicamente sanas y bajo supervisión de un especialista", puntualiza Ochoa.