El planeta es uno y nos lo estamos acabando, sostiene Livia Firth, activista a favor de la sostenibilidad como motor de cambio. En 2009 fundó Eco Age, consultora especializada en ofrecer soluciones a las marcas de lujo para que mejoren los procedimientos de obtención y fabricación de sus artículos. Saber cómo y de dónde provienen los insumos se ha convertido en su obsesión.
Desde entones su nombre aparece continuamente ligado al de firmas como Chopard, Gucci, Stella McCartney y Tom Ford, que son sus clientes habituales y con las que trabaja en pro de una industria de la moda y la joyería con un compromiso ético, social y ambiental.
Con McCartney y Ford trabajó en el desarrollo de prendas hechas con materiales reciclados, y apoyó a Gucci a convertirse en la primer empresa en crear bolsos con cuero grado cero de deforestación.
Su colaboración con la joyera Chopard es una de las más difundidas no sólo porque la empresa suiza es la única en el mundo en vender joyas y relojes fabricados con oro ético, sino porque dentro de las acciones que se toman para certificar la piezas, como Fairmined, se garantiza la obtención respetuosa de materia prima y su trazabilidad, así como la puesta en marcha de programas para reducir la desigualdad y promover un pago justo a los mineros involucrados. El Viaje al Lujo Sostenible -así nombran a su colaboración- que Firth y Chopard iniciaron en 2013, no termina, es un camino largo con el que se buscan abrir brecha para que otras empresas se interesen en transitar esa vía.
"Ellos probaron que se puede, no solo lo creyeron, lo concretaron. El cambio es posible y no solo me refiero a la industria del lujo, todos, desde el primer ministro, el director de una empresa o una maestra de escuela podemos contribuir", explicó durante su más reciente visita a México.
Recomienda poner atención en los patrones de consumo particulares, desde lo que se come hasta los productos que se adquieren en el supermercado, pasando por la cantidad y calidad de las prendas de vestir que se adquieren.
La italiana de 49 años asegura que ella vivió en otra época en la que no se pensaba en usar y tirar. Comparte que aún viste el mismo suéter de lana que cuando tenía 16 años, o los mismos pantalones que se compró a los 20, incluso porta algunas prendas que usó su madre. Agrega que antes se tenía que comprar con conciencia y criterio porque eran prendas que se utilizarían por mucho tiempo.
"Es algo que se tiene que recordar a las nuevas generaciones, sobre todo las que crecen con la industria del fast fashion, que lo vino a cambiar todo. Mi guardarropa está lleno de recuerdos, de prendas que he usado muchas veces y que cuentan una historia", afirma quien recomienda calidad sobre cantidad.
Otro de los focos rojos que identifica es el uso excesivo de plástico, por lo que aconseja preferir bolsas ecológicas, erradicar el uso de botellas y popotes fabricados con ese material, al igual que los productos con ese empaque. "Hemos llegado al punto en el que todos los recursos del planeta están en riesgo, aún tenemos posibilidades de remediarlo con pequeñas acciones".
De su mano
Su labor se expande a la lucha por los derechos de las mujeres, tarea que comparte con Annie Lennox en The Circle, grupo de defensa para empoderarlas y ayudarlas a superar la pobreza. En 2012 recibió el premio Leader of Change Award que otorga la ONU; en 2014, ella y su marido, el actor Colin Firth, fueron galardonados con un premio honorífico en los Germany Sustentability Awards.
Es la principal promotora del Green Carpet Challenge, iniciativa que promueve el uso de moda ética, sostenible y reutilizable. Es embajadora de Oxfam y por segundo año consecutivo hizo alianza con la Camera Nazionale della Moda Italiana para entregar los premios Green Carpet Talent.