Buena Vida

¿Una ‘chela’? Pídela de pino, sal o mezcal

Actualmente en México los productores de cerveza artesanal elaboran propuestas muy 'mexicanas' con sabores y texturas únicas y alejadas de los ingredientes tradicionales de la cerveza en el mundo.

En la última década, México ha desarrollado un microcosmos de cerveza artesanal capaz de satisfacer a los paladares más tradicionales, pero también a los más sofisticados y atrevidos.

Que la cerveza artesanal represente el 0.1 por ciento de la producción nacional de esta bebida ha permitido que los productores se muevan en un ecosistema marginal donde se elaboran propuestas muy mexicanas, que rayan en la experimentación y la vivencia gastronómica. Es así que se obtienen mezclas de sabores y texturas únicas que ya no dependen de los ingredientes tradicionales de una cerveza.

¿Un trago de cacao?

Elaborada con el fruto de la región chiapaneca del Soconusco —el mejor del mundo— y cinco maltas diferentes, Soconuco Dunkel Weisse es una cerveza de trigo oscura, ideal para quien busca sensaciones densas en el paladar. Compleja y de gran cuerpo, es una bebida intensa que no está ni pasteurizada ni filtrada. El sabor a chocolate es sutil al final del trago. Se aconseja maridarla con salchichas alemanas o platillos mexicanos como pollo con mole y huauzontles. Tiene una graduación de alcohol de 5.7 por ciento. Se encuentra a la venta en Zazá Condesa y The Beer Company Naucalpan; sólo en barril.

Sólo para osados

Elaborada por la microcervecería queretana Hércules, Quetzsal es una 'gose' (estilo basado en una receta alemana muy antigua que utiliza altas fermentaciones) que sabe salada y ácida porque entre sus ingredientes hay ralladura de limón y sal de Colima. Madurada con roble y mezcal, se trata de una cerveza ligera con graduación de alcohol de 4.5 por ciento. A la venta en Tasting Room Roma y Jardín de Cerveza Hércules (Querétaro); únicamente en lata.

Beba y salve un perro

Apolo es la bebida ideal para quienes no están acostumbrados a los sabores de la cerveza artesanal. De cuerpo ligero, es una Indian Pale Ale (IPA) con amargor discreto y notas cítricas que recuerdan cáscaras de naranja, lima y pino. Con una graduación de 5.5 por ciento de alcohol, es una bebida que, por su bajo volumen de producción, no está en el mercado más de dos meses. Tampoco está pasteurizada ni filtrada.

Su nombre se debe al lúpulo Apolo, que se utiliza para su elaboración, pero también a Apolo & Friends, una asociación independiente que se dedica a rescatar perros en situación de calle en la Ciudad de México y sus alrededores, cuentan sus creadores Maggie Flores y Max Chávez. Parte de las ganancias se destina a esta causa. A la venta en El Trappist Condesa, Cerveza en Punto y Taberna Calacas Beer Shop; sólo en botella.

Adiós al amargor

La Saison Citronnelle es una cerveza atípica y totalmente orgánica, de cuerpo ligero. Elaborada por Cosaco con una única malta pilsner, alcanza los 6 grados de alcohol y posee una espuma blanca y acolchonada. Su característica principal es que no tiene lúpulo —el ingrediente que brinda el amargor típico de la cerveza— y en su lugar tiene zacate limón, una planta cuyo olor a cítricos dejará en su boca una sensación refrescante. También se perciben las notas a jengibre.

Su creador, Gustavo González, asegura que se trata de una bebida prima del kombucha por sus sabores ligeramente especiados. Recomienda maridarla con platillos orientales, principalmente comida japonesa y tailandesa. Ideal para acompañar con pescados crudos y maricos picantes. A la venta en todas las tiendas The Green Corner; sólo en botella.

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