Alejandro Gómez Reyes contestó el teléfono con la esperanza de saber dónde habían trasladado a su esposa y su madre, víctimas del accidente ocurrido la noche del lunes en la estación Olivos de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México.
De inmediato su rostro se desencajó, sus ojos se cristalizaron y solo respondió un poco alterado a su interlocutor, “sí, voy para allá”, al colgar confirmó que su madre había muerto y a su esposa le amputaron una pierna.
En entrevista con El Financiero, explicó que fue minutos después de la 10 de la noche cuando alguien llamó a su teléfono diciendo que era paramédico y le informó que su esposa y madre habían tenido un accidente.
“Me acabaron de marcar que mi esposa quedó prensada, que le iban a cortar la pierna, pero no sé nada, no me dejaron entrar –a la zona cero del accidente-, no sé nada” narró el hombre de 33 años, que parecía desorientado.
Y es que al llegar al lugar el hombre pidió informes a policías, militares y paramédicos, pero nadie le ayudó. Simplemente le recomendaron que esperara a que subieran la lista de hospitalizados en Facebook.
Mientras esperaba que alguien lo ayudara, Alejandro Gómez accedió a la entrevista. Dijo ser técnico automotriz y narró que su esposa iba de regreso a su casa junto con su madre.
Advirtió que en general su familia utiliza con bastante frecuencia la Línea 12 del Metro y nunca tuvieron, siquiera sospecha, de que una tragedia de esta magnitud pudiera ocurrir y muchos menos que ellos fueran víctimas.
-¿Desde qué hora estás aquí?
>Acabo de llegar, pero no me dicen nada.
-¿Como se llama tu esposa y qué edad tiene?
>Lesli González López Torres, de 30 años.
-¿Y tu mamá?
>Se llama María Soledad Reyes, tiene 55 años.
El hombre dijo sentirse desesperado, tener la boca seca y la angustia de lo que sucederá con su familia, además pidió a las autoridades que, tras lo ocurrió, no los abandonen.
El accidente dejó al menos 23 personas muertas, entre ellas menores de edad, y 65 personas heridas.