Stonewall Inn es desde hace 52 años una referencia al comienzo de la lucha por los derechos de la comunidad LGBTTIQ+ en Estados Unidos.
Los disturbios en el bar ubicado en Nueva York fue el inicio para conmemorar cada 28 de junio el Día Internacional del Orgullo LGBT+, esto en momentos donde se llevaban a cabo redadas policiales en bares gay de manera regular.
A medida que el movimiento adquirió relevancia, fue hasta 1978 cuando el activista Gilbert Baker le dio popularidad a la bandera con el ‘arcoíris’, convirtiéndolo en el símbolo mundial del orgullo lésbico, gay, bisexual y transexual.
Los colores plasmados en un inicio fueron el rosa, sexualidad; rojo, la vida; naranja, salud; amarillo, la luz del sol; verde, la naturaleza; turquesa, el arte; azul, la serenidad; violeta, al espíritu.
Sin embargo, ahí no se detienen los diseños, colores y símbolos que representan la diversidad sexogenérica.
Priscila Palomares Garza, activista y escritora, detalla que en el movimiento existen diversas identidades y orientaciones, por lo que es importante visibilizar todas las siglas involucradas, así como sus banderas, para entender las necesidades dentro de la lucha.
Asimismo, destaca que todavía hay mucho que hacer con relación al movimiento LGBTTTIQ+ en México, uno de los retos más destacables es socializar la información para romper con estigmas que pueden llegar a convertirse en actos de disciminación.
“Parte de esta información es entender que el género no es binario, no hay solamente hombre y mujer. Y que justamente estas identidades de género no siempre van ligadas al aparato reproductivo”, apunta.
En ese sentido, te contamos qué otras banderas existen.
Bandera lésbica
Fue creada en 1999 por Sean Campbel.
El hacha blanca fue un símbolo de la sociedad matriarcal de Europa y Asia. El triágulo invertido se retoma del holocausto, ya que era utilizado para marcar a las personas con cualquier orientación sexual diferente a la heterosexual.
El color representativo es el violeta, el cual fungía como símbolo identificativo para la comunidad lésbica y mujeres durante el siglo XX.
Bandera transgénero
Mónica Helms creó esta bandera en 1999 y sus colores principales son el azul y el rosa, esto debido a que son tonalidades estereotipadas para niños y niñas, respectivamente, mientras que el blanco representa a las personas que se encuentran en transición o consideran que su género es neutro o fluido.
Bisexual
Su origen data de 1998 y su creador es Michael Page. Se conforma por tres colores: el rosa, representando la atracción por alguien del mismo género; el azul, simbolizando la atracción por alguien con una identidad diferente a la propia; el morado, símbolo de ambas atracciones.
Intersexual
Creada en 2013 por la Organización Internacional Intersexual de Australia. Esta bandera posee colores diferentes a los comunes, es decir, los rosas y azules.
El color que predomina es el amarillo y en el centro se ubica un círculo morado que representa el derecho de elegir quién eres y cómo quieres ser.
Pansexual
El color rosa, haciendo alusión a lo femenino; el amarillo, relacionado con lo no binario; y el azul, haciendo referencia a los masculino, son los colores que le dan sentido a esta bandera. Empezó a circular en 2010 a través de internet y es una forma de distinguir la bisexualidad de la atracción sexual y sentimental hacia cualquier persona independientemente de su identidad de género.
Asexual
La Bandera de asexualidad tiene cuatro bandas de colores negro, gris, blanco y morado. Se liga con las personas que no tienen un interés sexual hacia cualquier persona, hombre o mujer.
No binario
Es aquella que representa a quienes no se identifican a sí mismos con ningún tipo de género, masculino o femenino.
Consta de tres bandas horizontales con la misma anchura y colores lavanda, blanco y verde.
En México se han realizado esfuerzos más notorios para destacar la inclusión de esta comunidad. Sin embargo, aún queda camino por recorrer.
En esa línea, el 29 de junio se llevará a cabo el encuentro binacional de poesía Queer México-Reino Unido, presentado por Josefa González Blanco, embajadora de México en el Reino Unido.
Al día de hoy, en el país solamente 10 estados garantizan la adopción para familias homoparentales. Y 14 estados permiten a las personas cambiar sus papeles de acuerdo con su identidad de género. El último en sumarse fue Puebla, con la Ley Agnes.
Priscila Palomares remarca la relevancia de nombrar a las personas no binarias a través del pronombre ‘elle’ porque, subraya, “significa validar su identidad, existencia y resistencia”.
La escritora concluye que el escenario ideal para las, los y les miembres de la comunidad es “que las personas de la diversidad podamos vivir una vida libre de violencia y discriminación y gozar plenamente de nuestros derechos”.