Si bien Jesús de Nazaret es el personaje central de la Pasión de Cristo, representada cada año en diversas partes del mundo como Iztapalapa, en esta historia encontramos personajes cuya reputación ha sido negativa durante dos milenios.
Además de Cristo, en libros y películas hemos conocido a otros personajes principales como los 12 apóstoles, quienes eran los seguidores de Jesús, así como su madre, María, y otros como María Magdalena o Dimas.
Y como en todas las historias, la Pasión de Cristo también tiene a sus ‘villanos’ que, de acuerdo con la tradición, fueron culpables en menor o mayor medida de que Jesús fuera crucificado.
No obstante, de acuerdo con los relatos bíblicos, ellos solo cumplieron con lo que Dios les tenía destinado, pues escrito estaba que el nazareno debía morir en la cruz para cumplir con su misión.
Estos son los personajes que fueron clave para que se cumplieran los designios de las Escrituras:
Judas Iscariote
‘¿Acaso seré yo, maestro?’ Se trata de uno de los 12 apóstoles quien, dice la tradición, traicionó a Jesús al entregarlo a sus enemigos con un beso en la mejilla a cambio de 30 monedas de plata.
En el Evangelio de Mateo se menciona que Judas, lleno de culpa, terminó por ahorcarse. Sin embargo, se refiere que el propio Jesús lo perdonó pues estaba dicho que debía traicionarlo para que se cumplieran las Escrituras.
Barrabás
‘¡Suelta a Barrabás!’, pedía el pueblo a Poncio Pilatos, según el Evangelio de San Mateo, pero ¿quién era este personaje? Era un criminal quien estaba condenado por asesinato y robo, por lo que su pena era la muerte.
A pesar de eso, terminó siendo liberado. ¿Cómo? Por tradición de Pascua, el gobernador romano en turno liberaba a un prisionero. Cuando Pilatos preguntó a los fariseos a quién querían libre, estos pidieron salvar a Barrabás y condenar a Jesús a la cruz.
Poncio Pilatos
Era el gobernador de la provincia de Judea, la cual estaba bajo el yugo del Imperio Romano. En distintas referencias se menciona que era un férreo enemigo de los judíos a los que reprimió en diversas ocasiones.
Aunque tenía en su poder el decidir el destino de Jesús, en quien no encontraba nada malo para condenarlo a la muerte, terminó cediendo a las exigencias de los jefes de los judíos y dando origen a la famosa frase de ‘lavarse las manos’: las escrituras relatan que Pilatos entregó a Jesús para que lo crucificaran no sin antes limpiarse las manos con agua como señal de que él no era responsable de esa muerte.
Caifás
Lideró el complot para arrestar y condenar a Jesús.. Era uno de los sumos sacerdotes que fueron señalados por el nazareno por no seguir los mandamientos divinos.
En Hechos de los Apóstoles, uno de los libros del Nuevo Testamento, se menciona que tras la muerte de Jesús continuó persiguiendo a sus seguidores, pues ellos seguían realizando milagros.